Va un vídeojuego español indie y el día de su lanzamiento se pone entre los primeros del mundo en ventas, directos en twitch, mejores críticas y análisis en los medios más visitados y en webs especializadas como Korosenai. ¿Te lo crees? Pues eso es lo que le ha pasado a Blasphemous, que hace ya un tiempo desde que salió al mercado pero no deja de sorprendernos.
El hecho de pasear a un tipo con un capirote por diferentes pantallas de niveles con mazmorras y referencias a la cultura popular española (desde cuadros y arte clásico hasta Lola Flores) no es motivo para dudar de este juego, es más, es la clave que ha llevado a este título del estudio sevillano a que muchos medios pongan la vista en su publicación. Es verdad que de primeras puede parecer un planteamiento extraño, pero no deja de ser un juego de plataformas, por lo que hay que arroparlo de un contexto original si los desarrolladdores quieren destacar en este mundo cada vez más difícil en cuanto a competencia. Pero es que Blasphemous no sólo es un conjunto de buenas decisiones sino también mucho esfuerzo.
En primer lugar, como hemos destacado, en cuestión de arte y contexto estético roza la genialidad, y es acertada la reducción de gráficos con apariencia consolera de hace dos décadas, porque eso hace que pueda funcionar en cualquier ordenador y que los amantes del género indie estén encantandos, demostrando una vez más que lo importante es la jugabilidad y la historia. Y, pese a eso, a esa apariencia de gameboy, luce perfecto y visualmente es una maravilla, lleno de tributos muy interesantes. Nos ha hecho recordar esa Edad de oro dorada del videojuego español, en que juegos como La Abadía del Crimen era conocidos a nivel mundial, y los responsables eran jóvenes ilusionados que han puesto mucho tiempo, dinero y esfuerzo, y sobre todo que han bebido de las fuentes adecuadas para llegar a sacar un producto muy interesante.
En la jugabilidad hay que reconocer que tienes que saber a lo que vas para disfrutarlo, sino puede que sea motivo de frustración, ya que es un juego difícil. Las decisiones en cuanto a objetos, trampas o cosas tan importantes como ¿si morimos, dónde vamos a resucitar? han sido tomadas siempre evitando lo más fácil, y por eso queremos decir que eligiendo una opción compleja, que requiere tiempo y esfuerzo. Pero es lo que también buscan muchos jugadores y es lo que ha hecho crecer al indie. Muchos aficionados, hartos de la simpleza y la rapidez de los títulos más conocidos, han decidido optar por olvidarse de los gráficos y las grandes campañas de publicidad y refugiarse en un género que le da más alegrías. No obstante, eso no quiere decir que sea uno de esos escasos éxitos en los que sin un céntimo invertido en publicidad acaban llegando el mundo entero. No es así, pero han hecho una buena campaña eligiendo una buena promoción y sobretodo dando algo inherente al género: la promesa de que lo que ves es lo que vas a tener cuando pagues.
Blasphemous no es el mejor juego del mundo… es uno de los mejores juegos de este año, y dentro del género, cuando llegue el 2020 y hagamos listas de lo mejor de la década tenemos aquí un muy buen candidato. No hay más que ver la recepción de la prensa especializada pero también de los propios usuarios, que han llenado YouTube y Twitch de este extraño personaje con capirote.