InicioCineBuba (2022): entretenida cinta de mafiosos en Netflix

Buba (2022): entretenida cinta de mafiosos en Netflix

Buba es una de esas películas sobre el crimen organizado que se alejan de la alargada sombra de Coppola para ofrecer una visión más desenfadada del tema. Este spin-off de Cómo vender drogas online (a toda pastilla), que se puede disfrutar de forma independiente, se presenta como una comedia negra sobre un personaje patético y maltratado por la vida. Pese a los problemas que tiene y las desafortunadas comparaciones con otras películas de mafiosos más redondas, este largometraje tiene muchas risas y reflexiones que ofrecer.

Buba: Año Uno

Jakob, que acabará siendo conocido como Buba en los círculos criminales, lleva desde pequeño obsesionado con los cuentos populares y sus enseñanzas. Su abuela le inculcó la idea de que los finales felices no existen y de que la felicidad solo acaba causando desgracias. Esta tesis parece demostrarse cuando, después de que el joven Jakob se escaquee de un viaje familiar para participar en un concurso de baile, sus padres mueren en un accidente de coche y su hermano Dante se queda cojo. Desde entonces, intentará sufrir a propósito para que el karma recompense a Dante.

Buba

A lo largo de los años, los hermanos subsistirán gracias a pequeños hurtos y estafas, pero su camino se acabará cruzando con el de la mafia albanesa, que ofrece protección a un individuo al que han timado. A partir de este momento, el dúo intentará demostrar que merecen formar parte de la organización criminal, y Jakob se reencontrará con un antiguo amor de la infancia. Pero algo le dice que nada bueno puede durar y que su éxito solo será temporal…

Sufrimiento altruista

Buba parte de una premisa extraña pero que la cinta logra explotar gracias al buen hacer de sus guionistas, que plantean distintas situaciones (como los tatuajes o las peleas callejeras donde participa el personaje principal) en las que el masoquista Jakob debe pagar por los regalos que le ofrece la fortuna. Su resistencia al dolor, desarrollada a través de años de dar el callo por su egoísta hermano, se convertirá en su principal atractivo para sus superiores en la mafia, pero también favorecerá una tendencia autodestructiva que le hará tropezar mil veces en la misma piedra.

En este sentido, puede que haya demasiado negro y poca comedia para algunos, pero algunas hilarantes secuencias compensan con mucho el tono amargo que desprende la tesis del filme y su contundente final. También cuenta con secundarios divertidos y con una enternecedora historia de amor que supondrá un respiro para nuestro desgraciado protagonista y, por qué no decirlo, para el espectador.

Buba

El largometraje no carece de problemas: su corta duración, aunque hace que la película sea más ligera y fácil de ver, provoca que muchos personajes acaben desdibujados, como si se tratase de meras caricaturas concebidas por un mal imitador de Tarantino. Asimismo, apenas vemos a los hermanos interactuar con sus compañeros mafiosos: en esta historia de auge y caída, el auge se encuentra prácticamente ausente y, por tanto, la caída resulta menos impactante de lo que debería ser.

Sin embargo, a pesar de que no se trata de una película perfecta, hay que destacar su valentía a la hora de presentar un retrato más agrio que dulce, nada romántico, del crimen organizado y, por extensión, del mundo. A través de los cuentos populares, de los que se critica su versión edulcorada por parte de Disney, se presenta una filosofía pesimista de la vida que nunca sabremos si el guión está defendiendo como verdadera o si, por el contrario, se trata de una profecía autocumplida en la que el personaje principal acaba cayendo por culpa de su abuela. En cualquier caso, la ausencia de un final cómodo y feliz en una comedia de este tipo le aporta un sabor distintivo.

Conclusión

Babu es una cinta modesta, que arrastra irremediablemente su condición de producto derivativo pero que resulta más sustancial que otros proyectos faraónicos como la mediocre El agente invisible. Su escasa duración, que no llega a la hora y media si ignoramos los créditos, hace que merezca la pena darle una oportunidad para poder disfrutar de sus momentos de humor negro y de los entrañables personajes que presenta. Y, si nada de eso funciona, recordaremos al menos la lección que nos enseñó el cuento de Caperucita Roja: hay que escoger bien en quién confiamos.

Máximo Simancas
Máximo Simancashttps://laautopistadepalabras.wordpress.com/
Periodista. Redactor en esta página y, antes, en el portal digital madridesnoticia. Creador de contenido para redes sociales.
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