Todo el mundo, o casi, recuerda con cariño las aventuras del marsupial más irreverente de PSX, no por nada fue todo un éxito, hasta el punto de ser considerado como la mascota de la consola y de la marca PlayStation en general. A pesar de todo el éxito que tuvo la saga fue vendida a Activision y los chicos de Naughty Dog empezaron a centrarse en otras IP’s (la excelente trilogía de Jak, Uncharted y The Last of Us, no hay mal que por bien no venga). La IP que tantas alegrías había dado a la comunidad jamás volvió a ser lo mismo, Activision lo intentó pero no pudo ser, había perdido la magia por el camino. Eso fue así hasta el año 2016, año en el que la compañía anunció una “nueva” entrega con el divertido marsupial de protagonista. Todo se veía tal y como lo recordábamos, las expectación estaba por la nubes, pero nunca pudimos imaginar hasta que punto se parecía a los originales. Tras haber jugado durante unos días, y haber corroborado lo dicho anteriormente, me dispongo a dejar mis impresiones acerca del título en este artículo. Sin más dilación, empezamos.
Crash Bandicoot
En el panorama plataformil de los 90, Mario era el rey indiscutido, había personajes como Sonic que le habían dado guerra anteriormente pero que habían dejado de luchar por el trono tiempo atrás. Llegó la nueva generación y la ilusión estaba por la nubes con la tecnología conseguida (después de tener una Megadrive ver una PSX en movimiento fue como contemplar ciencia ficción). Nintendo lo había vuelto a conseguir, había trasladado a su personaje estrella a las 3D con Super Mario 64, un título que quedaría en la memoria como uno de los mejores juegos de la historia de los videojuegos.
Nadie podría haber imaginado que un estudio de poca relevancia hasta entonces en el mundo de los videojuegos, haría peligrar su permanencia en el trono. El estudio californiano trabajaba en un nuevo plataformas protagonizado por un loco marsupial, bebía de otros muchos títulos, pero lejos de parecer clónico, era algo totalmente nuevo pese a su manida premisa. Sony necesitaba a Crash y Naughty Dog necesitaba a Sony para ganar el impulso suficiente como para sacar sus juegos en la primera PlayStation. Así nació Crash, llamado a ser un icono dentro de la primera generación de Sony.
Yo no conocí al marsupial durante sus primeros pasos, no sería hasta la salida de Warped que llegaría a mis manos. La sensación de cosquilleo en mi estómago que tuve al ver los primeros compases del juego la he vuelto a sentir con este remake, todo se ve tal y como lo recordaba pero con un lavado de cara que le sienta como un guante. Los chicos de Vicarious Vision han hecho un gran trabajo golpeando con el guante de la nostalgia a los fans del marsupial, todo un acierto.
Se ha respetado todo lo que hizo grande y desafiante al original desde su jugabilidad hasta su dificultad, y es que el juego en más de una ocasión podía ser tremendamente injusto, plataformas que se reían del jugador, enemigos que en lugar de matarte te lanzaban hacia el vacío y muchas cosas por el estilo que podían llegar a desesperar hasta al jugador más veterano (el nivel Road to Nowhere es todo un dolor de cabeza). Eso también se ha respetado en este remake, la jugabilidad se ha mantenido intacta, y ese punto se va notando a medida que vas probando las diferentes entregas. El primero destacó por ser el pistoletazo de salida, el segundo se notó más pulido en comparación con el anterior y el tercero es una verdadera joya que todo gamer debe probar al menos una vez en la vida. Es la experiencia old-school que todos estábamos esperando (Bloodborne o cualquiera de la saga Souls pasan a la categoría de hardcore, probadlos si tenéis oportunidad).
Un clásico renovado
El juego, en ocasiones, va más allá del lavado de cara añadiendo así novedades como la posibilidad de pasarnos los tres juegos como Coco o poder comparar nuestros mejores tiempos con los de nuestros amigos gracias a las funciones online del título. Los chicos de Vicarious Vision han hecho un gran trabajo respetando lo mejor de los originales (y lo peor, que también lo han mantenido) y dándole a los jugadores la posibilidad de volver a disfrutar de estos títulos de manera que éste sienta que está jugando a algo nuevo pero a la vez totalmente clásico.
No podemos olvidar, ni pasar por alto, el mimo con el que se ha tratado la obra original de Naughty Dog, en cada momento del título se puede respirar el respeto hacia la compañía californiana. La trilogía cuenta con algunos guiños hacia otros títulos de la empresa como ya los hubo en Uncharted 4 y su famosa escena del sofá (que vemos aquí en el portátil de Coco). Toda una declaración de que las cosas entre Activision y Naughty Dog van bastante bien, ojalá desemboque en una futura colaboración en la que Crash ocupe la pieza central. Soñar es gratis.
La comunidad gamer te echa de menos
Hasta aquí el repaso a lo más destacable, en mi opinión, de este título cargado de nostalgia que no solo sirve como forma de revisitar un clásico sino que también puede ser una genial carta de presentación al mundo del marsupial. Está vendiendo bastante bien y espero que eso haga sonar las campanas en las oficinas de Activision para que se pongan ya con el siguiente o al menos para que nos traigan a Spyro de vuelta. Hasta la próxima y que seáis muy felices.