Como buen fan de las películas de Rocky, y de Stallone he disfrutado de la continuación de Creed, un spin-off cuya primera parte me sorprendió años atrás. Pero tengo que decir que esta vez aunque me lo he pasado bien, que de eso se trata, la considero una película menor que la dirigida por Ryan Coogler en 2015.
Mucho ruido para no demasiadas nueces
La película esta bien producida, está bien realizada y no le puedo poner casi pegas en ese sentido. Y los actores hacen un buen trabajo. La aparición estelar de Dolph Lundgren y de ojo, Brigitte Nielsen le dan a esta cinta un plus de nostalgia que hace que sea una continuación directa de la mítica Rocky IV.
Pero es que lamentablemente Adonis Creed no es Rocky Balboa y aunque el mencionado Rocky le entrena y le anima y le hace ver el mundo desde otra perspectiva, no llega tanto al espectador. Y no es lo mismo porque, como en la primera entrega, todo es previsible porque ya se contó con anterioridad. Con esto quiero decir que no es que me disguste revisar la historia, pero es lo que más le hace perder frescura. Creo que con la primera entrega podría tener un pase, un añadido incluso, pero otra vez no. En esta ocasión existe de nuevo un paralelismo con otra entrega de la saga de Rocky, en este caso con la IV, la del mítico enfrentamiento entre Balboa y Drago. Para mi eso ya le quita toda la épica, toda la gloria que quieren darle a la película y al personaje de Adonis Creed, que lamentablemente siempre será una sombra de su progenitor, y como no, de su entrenador. Y es más, le quita incluso… no, no, le roba a Rocky parte de su heroísmo al hacer otro entrenamiento espartano con tal de vencer al retoño del mítico Drago. Esto en alguna medida minimiza la victoria de Rocky en 1985.
Para mí también sobra tanta parafernalia antes de los combates pero supongo que estamos ante una película de Rocky pero modernizada. Fijaos bien que en este caso he escrito Rocky en cursiva. Y aunque el drama social, el drama vivido por Adonis y su familia (donde incluyo a su bebé), está bastante logrado no llegamos a empatizar con Adonis tanto como con Rocky en el pasado, y es que de nuevo al ser algo visto ya no deslumbra tanto. Como extra, y de modo acertado, podemos ver a la familia Drago caída en desgracia en Kiev. Y de algún modo u otro también acabas simpatizando con el antiguo némesis de Rocky y su hijo Viktor.
Visto así parece que podemos estar ante un peliculón, pero lamentablemente le falta una marcha más, un punto que si que tuvo la primera película. Aquí, siendo una película emocionante falta algo. Y es que por ejemplo recuerdo los entrenamientos de Rocky, con su música clásica como creíbles, como algo que tocaba fibra. Aquí los entrenamientos al ritmo de hip-hop y rap (y casi sin referencias anteriores) no llegan a calar, emocionar como lo hacía Rocky. Y es que aunque la fórmula está, el director no lo agita bien, no lo sabe administrar en las cantidades o el orden correcto. Creo que para hacer una buena película no basta sólo con buenos ingredientes, se necesita un buen director de orquesta, un buen cocinero y Steven Caple Jr no da la talla. Una pena.
Otra cosa que no pasa por alto es la disparatada diferencia de peso, de corpulencia y de altura de los contrincantes. No se si sabéis un poco de boxeo. Os comento. Una cosa es un combate callejero o UFC donde una patada en la cabeza o un golpe bien dado puede tumbar a alguien más grande, fuerte y pesado que tú, y otra bien distinta es hacerlo bajo el paragüas de las reglas del boxeo. Las diferencias de peso en boxeo entre dos rivales entrenados son muy importantes y aquí son descomunales. No hablamos de que en Rocky IV el ruso fuera mucho más alto que Balboa, que lo era, pero al menos Rocky estaba igual o más fuerte que Drago. La corpulencia de Stallone era tremenda (lejos de su delgadez de Rocky III) y bueno, ganó el combate en un acto heroico. Pero es que en esta secuela Viktor Drago es una auténtica mole, y aunque Adonis tiene un cuerpo espectacular, y definido está lejos de las musculaturas de antaño y de su actual oponente. Lo que quiero decir es que bajo las reglas del boxeo y con atletas entrenados (aquí los dos están entrenados) sería un milagro divino que Adonis (que sería de varias categorías de peso inferiores) ganara al ruso. Un solo golpe de Drago le destrozaría o le mandaría varios metros hacia atrás por la fuerza del mismo. Pelearos con las reglas del boxeo ante un oponente al que le sacas en musculatura, altura y corpulencia unos 30 o 35 kilos con el mismo entrenamiento que el tuyo y comprobaréis lo que os digo.
Bueno, aun con todas estas locuras y estas barbaridades la película es puro entretenimiento, y como siempre las apariciones de Rocky son las que dan sentido a estos spin-off. Yo la recomiendo pero avisando que es peor que la primera entrega de esta saga.
Un saludo y sed felices.
Pues sí, previsible y a veces tostonazo de peli. La peor de la saga con diferencia.