Los amantes del terror made in Spain ya puede disfrutar en Amazon Prime Video de El Llanto, la última película de este género que se estrena en la plataforma y que tiene el atractivo de estar protagonizada por una Ester Expósito ganándose a pulso el título de scream queen española.
En el terror parece que ya está todo inventado, que las historias que nos cuentan sólo pueden dar vueltas a fórmulas ya de sobra conocidas por todos. Contra esta corriente se han revuelto algunos realizadores empeñados en mostrar que dentro de este género se puede ir más allá, con planteamientos originales y alejados de los típicos clichés. Este movimiento se conoce como “terror elevado” y podemos tomar de ejemplo cintas como Déjame Salir, Hereditary o Midsommar. Y dentro de esta corriente es en la que se podría englobar El Llanto, ya que la cinta que nos ocupa intenta hacer que cale en el espectador un mensaje crítico contra la violencia machista y la opresión a la que se ven sometidas las mujeres.
El Llanto nos cuenta la historia de varias mujeres, todas de la misma familia, acosadas por una misteriosa maldición. La primera de ellas es Andrea, interpretada por una genial Ester Expósito. Andrea es una joven española que empieza a notar una presencia maligna a su alrededor, un fantasma que solo se puede ver a través de cámaras de video. Nadie parece comprende lo que está sufriendo, situación que se recrudece al descubrir que su madre biológica (vive con sus padres adoptivos con los que mantiene una tensa relación al descubrir que es adoptada) tuvo problemas mentales y que murió en un edificio en Argentina que de repente parece haber aparecido en Madrid.
Una vez que conocemos a Andrea la película nos muestra a Camile (Malena Villa), una joven estudiante de cine que vive en la Argentina de hace 25 años. Camile se obsesiona con una chica francesa llamada Marie (Mathilde Ollivier) que resulta ser la madre de Andrea, estableciéndose una relación entre el pasado y el futuro que es el misterio que la película presenta al espectador.
La película es un gran puzle en el que se entretejen las vidas de cuatro mujeres de manera primorosa gracias a la acertada dirección de Pedro Martín-Calero, un director novel que logra sacar brillo a una historia complicada de contar gracias en parte al buen hacer las actrices protagonistas.
El director consigue que la trama funcione y que las distintas historias fluyan completándose una a la otra dando forma a un entramado general que cada minuto que pasa es más apasionante. Tiene una forma de filmar que hace que las atmosferas oscuras y opresivas que pueblan la película logren dar mucho miedo sin abusar de los sustos fáciles, lo que es un mérito añadido en una cinta de este tipo. Además, la manera en que muestra las conversaciones por mensaje de los protagonistas es muy interesante, logrando unas escenas originales y llenas de color que contratan con el tono general de la película.
Todo lo que he ido comentado hasta ahora es muy positivo, pero el resultado final de la película no puede ser más decepcionante. ¿Por qué? Pues porque el guion se centra tanto en contar la historia de estas mujeres y la opresión a la que se ven sometidas que se olvida de dar respuestas y lo que es mas grave, de ofrecer un cierre coherente y digno.
Al final, todos los temas que el guion ha ido tocando de forma acertada e interesante, se quedan en meros apuntes deslavazados. Hablo del aborto, del estigma de los problemas mentales, de lo mal visto que estaba (y puede seguir estando) el lesbianismo, de las adopciones internacionales sin mucho papeleo o del abuso de las tecnologías. Temas sobre los que se podría haber profundizado un poco más para ofrecer una historia mucho más redonda.
Por no hablar del núcleo central de la película, la misteriosa maldición que afecta a las protagonistas. No hay ninguna duda de que se trata de una metáfora de trazo grueso sobre la opresión a las mujeres. Está contada de manera tan cristalina que acaba siendo un poco burdo. Estas historias con mensaje funcionan mucho mejor si el quid de la cuestión se aborda de una manera más sutil, jugando con las expectativas del espectador, que se supone que ya dejó atrás la edad infantil en la que las historias tienen que darlo todo mascado.
Por otro lado, las buenas películas de miedo son aquellas que al final funcionan como un thriller en el se acaba resolviendo un misterio terrorífico. Aunque muchas de las cintas de género dejen un final abierto, siempre se dan respuestas sobre el origen del asesino, de la maldición o de lo que sea. Pero en El Llanto no vamos a tener ninguna respuesta. Los guionistas parecen pensar que no hace falta, que el origen de la maldición que atormenta a Andrea y Marie está más que claro al establecerse la metáfora que hemos comentado anteriormente y basta con dejar un final abierto para tener un buen cierre de la historia. Pero esto lo único que consigue es que el espectador se quede con cara de tonto, pensando que falta un trozo de película al final.
En resumen, El Llanto es una película que tiene buenas ideas y una atmósfera opresiva que enmarca una gran historia en la que las actrices protagonistas brillan con luz propia pero que se cae con todo el equipo al final al no ofrecer un cierre digno de todo lo que hemos visto.