La suerte de los Logan es el regreso a la silla del director del prolífico Steven Soderbergh, un cineasta con fuertes raíces artísticas pero conocido por el gran público gracias a algunos de sus éxitos más comerciales como la trilogía de robos Ocean’s, que dirigió al completo, o Magic Mike. La suerte de los Logan es su primer largometraje desde Detrás del Candelabro de 2013 y nos llega cuatro años después de su supuesta jubilación de la gran pantalla creando, como es lógico, una gran expectación.
Nos encontramos ante una película bien dirigida que cuenta con una magnífica cinematografía de parte de Peter Andrews (Soderbergh, usando el primer y segundo nombre de su padre) y escrito por la novata Rebecca Blunt (posiblemente otro seudónimo, aunque no está del todo claro). Está distribuida de forma independiente por Fingerpint Releasing compañía propia del director y razón principal de su regreso tras una retirada provocada por el asfixiante control de industria Hollywoodiense.
La cinta está protagonizada principalmente por Channing Tatum y Adam Driver como los hermanos Jimmy y Clyde Logan, uno un antiguo deportista y el otro un exmilitar que se ganan la vida honradamente en West Virginia. Cuando ciertas circunstancias les obligan a conseguir dinero rápidamente, deciden realizar un atraco durante una carrera de NASCAR para lo que reclutan a Joe Bang, un presidiario especialista en volar cajas fuertes interpretado por un inmenso Daniel Craig.
Un gran sentido del humor, una fotografía excelente y un elenco de actuaciones estelares son lo que salvan a lo que de otro modo habría sido una película del montón. Los personajes de Daniel Craig y Adam Driver son los puntos fuertes de la cinta con Joe Bang, en particular, comiéndose al resto en la mayoría de escenas. Este es sin lugar a dudas el papel que Craig necesitaba para gritar a los cuatro vientos lo increíblemente desaprovechado que está como actor. Adam Driver por su parte borda el papel de un ex veterano con brazo protésico que insiste es “sólo una mano” y que hace gala de una personalidad excéntrica sazonada de un taciturno humor sardónico. Tatum por su parte se erige como el centro emocional del reparto, pero lejos de destacar queda difuminado dentro de lo que es claramente una trama coral.
Respecto al argumento de la cinta, hay que admitir que no es su aspecto más fuerte. El principal problema es que no hay nada que haga al espectador involucrarse emocionalmente en el robo. Si bien es cierto que la exesposa de Jimmy amenaza con llevarse a su hija al otro extremo del estado y que Joe tiene sus propias cuitas económicas, la trama carece de elemento real de peligro, algo que imprima a la narrativa de una verdadera sensación de riesgo y urgencia. Por otro lado, hay que admitir que el éxito o no del robo no es lo más importante, sino que los elementos que hacen brillar al film son tanto la interacción de los personajes en el momento como una saludable dosis de humor.
Podríamos definir La película en sí como una variación menos glamorosa y más divertida de Ocean’s Eleven (admitido por el propio Soderbergh, que bromea dentro de la cinta llamando a la cuadrilla los Ocean’s Seven Eleven). Como regreso de un laureado cineasta a la gran pantalla, gran parte del público entrará al cine buscando algo de importancia, algo que les quite el aliento sin embargo no es eso lo que el director nos propone con este producto, estamos sencillamente ante una película bien filmada, divertida y efectiva que sobresale en la acción por momentos, en la interacción de personajes y en el humor pero que carece de una base fundamental que la haga más trascendente. Sus ambiciones son sencillas incluso en las lecciones que da: ser un padre mejor, no ser codicioso, saber cuándo retirarse , valorar lo que se tiene etc. Lecciones valiosas, pero que a título personal no estoy seguro de que encajen dentro de otra película de robos.
En definitiva, en la línea habitual de Soderbergh, La suerte de los Logan es una película con tientes artísticos envuelta sobre la trama de una película convencional, más próxima en estilo al cine de los hermanos Cohen que a las obras anteriores del cineasta, algo que sin duda deleitará a parte del público pero decepcionará a aquellos que busquen el ritmo rápido, la complejidad y la elegancia típica del género de atracos o que alberguen grandes expectativas sobre el regreso del director. Es una bonita película llena de grandes actuaciones, que a un servidor le ha gustado mucho, pero que en última instancia no va más allá de una experiencia agradable y divertida.