En el cada vez más extenso catálogo de series de ciencia ficción de Netflix, hace un par de semanas que se incorporó Perdidos en el espacio, que narra las peripecias espaciales de la familia Robinson, junto a otros viajeros de la Tierra, en su búsqueda de un nuevo comienzo en otro planeta. Como caras más conocidas del reparto están Toby Stephens (el mítico Capitán Flint de Black Sails) y Molly Parker (conocida por su papel en Deadwood).
Antes de analizar la serie en sí, quiero retrotraerme un poco en el tiempo. La razón es sencilla, Perdidos en el espacio no es una historia nueva, sino que es un remake de otra de igual título, emitida desde 1965 a 1968, y creada por Irwin Allen, conocido por haber co-dirigido El coloso en llamas junto a John Guillermin. Y aquí viene el dato literario, porque la serie del 65 era a su vez una adaptación (en clave de ciencia ficción eso sí) muy libre de la novela Los robinsones suizos de J.R. Wyss. Queda por mencionar que, antes de la versión de Netflix de este 2018, en 1998 se hizo una película.
Pese a que el largometraje contaba con Stephen Hopkins en la dirección, y actores como William Hurt, Gary Oldman, Mimi Rogers o Matt LeBlanc en el reparto, pasó con más pena que gloria, y poca gente la recuerda. Aunque más triste fue el último intento de sacar adelante una nueva serie, ya que en el 2003 se rodó el piloto de la misma y ahí se quedó la cosa, más perdida en el espacio que los protagonistas.
¿Qué historia cuenta Perdidos en el espacio? Ante la necesidad de colonizar nuevos planetas, la familia Robinson, junto a muchas otras, emprende un viaje por el espacio para establecer una colonia y vivir un presente y futuro mejores. Sin embargo, el viaje colonizador se ve bruscamente interrumpido por un ataque a la nave principal, lo que provoca que la mayor parte de las personas, tras huir en sus naves, terminen en un planeta desconocido. Es aquí donde, viviendo constantemente situaciones peligrosas, la familia Robinson y los demás supervivientes, tratarán de huir del planeta para dirigirse a su verdadero destino.
Y la clave es esa, la supervivencia. Porque la familia Robinson, como protagonista de la función, se verá envuelta en situaciones peligrosas en todos y cada uno de los 10 episodios de la primera temporada. Algunos peligros los afrontarán juntos, y otros por separado. A fin de cuentas, la familia está compuesta por 5 miembros (John y Maureen que son los padres, y los hijos Judy, Will y Penny), y eso da pie a muchos conflictos que han de afrontar. Las tramas no sólo se centran en esta familia, ya que hay más personas en el planeta con ella, pero sí que ocupan el grueso de la serie. Los demás personajes que tienen importancia en la trama son la doctora Smith, que será la villana de la función (aunque en mi opinión sobra porque no le encuentro sentido a que estropee todo intento por salir del planeta), el piloto Don West, y un robot que se encontrarán en el planeta.
¿Merece la pena esta serie? Sí, siempre que la disfrutéis sabiendo que no es ciencia ficción del tipo que os va a cambiar la vida o haceros reflexionar sobre algún aspecto trascendental. Tampoco hay acción a raudales ni una calidad excelsa en el guión o el desarrollo de personajes. La finalidad de esta serie no es ni más ni menos que entretener al espectador mientras se narra la forma en que la familia Robinson intenta salir adelante por encima de todo. Es lo que en cine suele asociarse a la frase “película para ver en familia”, pero en formato serie. Y al menos en lo que a mí concierne, teniendo en cuenta que cuando la vi no buscaba otra cosa que un producto de entretenimiento, ha logrado su cometido.
Así que, como conclusión, os animo a darle una oportunidad a esta serie. Como suelo decirle a la gente, no se pierde nada por ver los 2 primeros capítulos y decidir si merece la pena dedicarle más tiempo o ver otro producto del extenso catálogo de Netflix. Tanto si habéis visto la serie y queréis opinar algo sobre la misma, como si simplemente os apetece comentar algo, vuestros comentarios serán bienvenidos. ¡Hasta la próxima viajeros espaciales!
Hola José:
A mí me encantó. Hay gente que quería volver a ver la serie de los sesenta con el robot en forma de refrigerador pero eso hoy es imposible. Estamos en otro tiempo y era evidente que la cosa iba a venir mucho más “aggiornada” a ello. La producción es increíble: prácticamente cinematográfica y en la segunda temporada más aún. La mala noticia es que la tercera temporada va a ser la última; la buena es que, por lo menos, vamos a tener un final.
Un abrazo, Carlos, gran artículo.
Hola Rodolfo. Creo que algo indudable aquí es la excelente factura técnica de la serie, donde da la sensación de que, hasta donde alcanzara el presupuesto, no se reparó en gastos. Luego, sobre la narrativa en sí es bastante entretenida, más tendente a meter en un apuro tras otro a los personajes, pero bastante dinámica, sin olvidar la interacción entre las personas. Me queda por ver las otras temporadas, a ver qué tal están. Gracias por tus palabras y otro abrazo Rodolfo.
pues perdidos en espacio son geniales