Sangre de Zeus es la nueva propuesta de anime de Netflix, un terreno por el que está apostando con fuerza. La plataforma quiere diversificar su oferta para diferenciarse de sus competidores y ha encontrado en la producción propia de animación un nicho interesante. Y dentro de este apartado, el anime gana terreno gracias a series tan buenas como Castlevania (aunque también hay otras no tan logradas como Dragon Dogma).
Como la jugada le salió bien con Castlevania, Netflix repite y se vuelve a aliar con Powerhouse Animation para ofrecernos en Sangre de Zeus una particular visión de unos mitos griegos que nunca pasan de moda. Hay que advertir que, como ocurre con la serie de vampiros, Sangre de Zeus es una producción en la que hay fuerte dosis de gore y la sangre salpica la pantalla cada dos por tres. No es una serie para todos los públicos.
Charley y Vlas Parlapanides, los creadores de este anime de ocho capítulos, no nos van a contar ninguna leyenda griega de las que todos conocemos ya que optan por ofrecer una historia original, pero en la que están presentes todos los elementos de los mitos clásicos.
Sangre de Zeus nos cuenta la historia de Heron, un joven paria que vive con su madre en la más absoluta pobreza y marginado por todos hasta que los demonios invaden su aldea y descubre que es hijo del mismísimo Zeus.
Desde ese momento se desata una epopeya en la que Heron deberá hacer frente al líder de los demonios, Serafín, un personaje que tiene una fuerte relación con su pasado. Y a la vez veremos una lucha fratricida entre los dioses del Olimpo mientras tienen que lidiar contra sus enemigos ancestrales, los gigantes.
Uno de los principales aciertos de la serie es la manera en que entrelaza estas dos líneas argumentales, mezclando mortales y seres mitológicos en un enorme conflicto. A pesar de ser una trama original todos los elementos propios de la mitología griega están presentes en la historia. Los mortales son los verdaderos protagonistas, y son ellos los que de una manera u otra van a decantar la balanza de la victoria para uno u otro bando.
Los creadores de la serie se basan en la relación de Herón y Serafín para ir desarrollando una saga en la que no faltan las batallas espectaculares y las revelaciones inesperadas. Esto hace que se mezclen los momentos de acción con un cierto exceso del uso de flashback, pero el ritmo no decae nunca tanto como para hacer que nos aburramos. La ambientación en el mundo clásico está muy lograda y hay varios giros que encantaran a los conocedores de los mitos griegos.
Se añaden algunos secundarios (alguno de marcado carácter humorístico) que ayudarán a Herón en su lucha, pero quedan bastante difuminados. El caso más sangrante es cuando al grupo se unen un puñado de soldados y guerreras de aspecto imponente para luego no decir ni una triste frase.
Pero por otro lado, brilla la caracterización clásica de los dioses como deidades egoístas que manejan a su capricho a los pobre humanos o la lujuria (aquí disfrazada de amor) de Zeus por las mujeres mortales. Y su personalidad está muy bien trabajada, aunque al ser una serie corta hay algunos dioses que destacan más que otros. Especialmente acertada es la representación de Hera, que nos recuerda a la diosa que tan mal se lo hizo pasar a Hércules, otro bastardo de su marido. En cuanto a Zeus, una de cal y otra de arena. Es cierto que nos lo presentan como un personaje muy interesante, pero está muy suavizado para poder encarnar el papel de heroico tutor y maestro de Herón. El resto de dioses que aparecen son plenamente reconocibles y cumplen su papel sin más. No hubiera estado mal profundizar algo más en ellos pero…
Hablando de apartado técnico, recordar que Powerhouse Animation es la responsable de la serie por lo que la animación tiene un nivel similar al de Castlevania. Es buena en los momentos de acción, con muchos personajes danzando por las batallas, pero en algunas ocasiones se resiente y es más limitada.
Donde la serie brilla es en el diseño de los dioses, monstruos y demonios. Los primeros lucen magníficos y poderosos, como tiene que ser, mientras que los malvados lucen aterradores, recordando los monstruos a los diseños de algunos animes de terror clásicos. Es una pena que el diseño de Herón resulte tan soso y simplón, pareciendo siempre que está muy muy muy triste y apenado por todo lo que pasa a su alrededor y sin tener ninguna personalidad.
También hay que señalar el papel de la música. La partitura de la serie es reamente espectacular, magnificando los momentos importantes y las grandes batallas, de tal manera que en muchas ocasiones parece que estemos viendo una ópera ya que apenas hay diálogos para poder resaltar las secuencias que estamos viendo subrayadas por la música. Todo un acierto en una serie que quiere emular el mundo de la Grecia clásica.
En resumen, Sangre de Zeus es un acercamiento original y a la vez clásico a los mitos griegos y que presenta una historia muy entretenida con fuertes dosis de violencia y sangre envuelta en un acabado técnico más que correcto. No estamos ante la serie del año pero al igual que pasa con Castlevania, es una serie que gustaría a los amantes del anime, sobre todo si además son fans de Zeus y compañía.