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El cómic de la semana: La Broma Asesina

Bienvenidos un sábado más a la sección de los amantes del cómic, bienvenidos a el cómic recomendado de la semana.

Esta semana me ha parecido una oportunidad excepcional coger las riendas de esta sección (gracias a Mario Losada) para aprovechar y reseñar La Broma Asesina, ya que como todos sabréis está de plena actualidad gracias a su estreno en forma de película de animación, probablemente la más ambiciosa de DC Comics hasta la fecha. Aquí podéis leer la crítica que realicé de la cinta dirigida por Sam Liu a primeros de esta semana.la broma asesina las cosas que nos hacen felices

Su primera publicación fue por 1988, aquel fue el año en el que Alan Moore y su compañero al dibujo, Brian Bolland, dieron a luz uno de los cómics más importantes del universo Batman. Fue un éxito rotundo, tanto en ventas como en crítica, esto quedó bien claro gracias a los galardones que consiguió en los Premios Eisner de 1989: Mejor Novela Gráfica, Mejor Guionista y Mejor Dibujante. Tras unos pesos pesados como fueron Watchmen y El Regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller nos topamos con esta pequeña joya del cómic, que consiguió aportar una gran influencia y redefinición a la industria en las décadas posteriores. Aun que Moore repudia, en cierta forma, su propia creación al no considerarla un trabajo completamente perfecto, no podemos pasar por alto la increible influencia y resonancia que ha tenido en el universo y mitología del cruzado de Gotham. Eso es un hecho.

Alan Moore tiene dos importantes virtudes que le hacen destacar por encima de sus coetáneos, el primero es su conocimiento del género superheroico a un nivel histórico y teórico excepcional y, la segunda es la habilidad y facilidad con la que consigue plasmar ideas y conceptos desde sus inicios, consiguiendo explotar de forma magistral las actitudes de todos los dibujantes con los que ha tenido la oportunidad de trabajar. Esto es fácil observarlo en Watchmen, V de Vendetta y From Hell, pero es en la obra que ocupa esta reseña en la que más claramente podemos apreciarlo, gracias a su sencillez estructural.

la broma asesina las cosas que nos hacen felices 1

La broma asesina, con 28 años ya (tiene más que yo), no nos encontramos con uno de los tantos enfrentamientos que hay entre Batman y el Joker, “dos personalidades icónicas, representativas del Orden y el Caos, del Bien y el Mal”, no es solo un paso más en la mitología del personaje creado por Bob Jane y Bill Finger en 1939, es una obra que condensa perfectamente lo que es Batman y su universo, y una respuesta a por qué es un personaje icónico atemporal, llegando a ser la figura más reconocible de la cultura popular de las últimas décadas.

Es gracias a su atemporalidad que la obra de Moore siga funcionando a la perfección en nuestros días, manteniendo esa frescura y halo de actualidad con los que nació. Todo esto ha propiciado un lugar para ella en los puestos de honor en las mejores historias cortas del Hombre Murciélago en su, ya longeva, trayectoria. Pero como pasa, al menos en muchas ocasiones, una gran obra (ya sea cine, literatura, televisión…) alcanza cierto punto de perfección gracias a un villano, un personaje opuesto al protagonista (dejando a este en un segundo plano), y La broma asesina es uno de los mejores ejemplos junto, por ejemplo, al Joker de Heath Ledger en El Caballero Oscuro de Nolan. El guionista nacido en Northampton se atreve con algo nunca antes abordado en un cómic: el origen del Payasao del Crimen. Un Joker que recuerda su propio pasado, a traves de flashbacks, pero que al mismo tiempo no está seguro de aquellos acontecimientos que le vienen a la cabeza. Moore juega con el personaje (y con nosotros). En una de las páginas el Joker le dice a Batman: “a veces lo recuerdo de una forma, a veces de otra… y puestos a tener un pasado mejor tener varios entre los que elegir“. Algo que cogió el director ya mencionado para su famosa trilogía.

En definitiva, La Broma Asesina, en un nivel metafórico, no representa de manera exclusiva ese circulo vicioso en el cual se encuentran inmerso ambos personajes, como escribía Luis Miguel Artabe en un artículo suyo, publicado en Tebeosfera, además dibuja un plano en el que tanto héroe como villano intentan “salirse de su propia función” y “negar su propia esencia“. Nos encontramos ante un Joker que cuestiona su propio origen, su forma de actuar, intentando dar una respuesta imposible y con un Batman que intenta negociar con su archienemigo, que llevaba más de medio siglo siéndolo. Finalmente, ambos terminan riendo juntos gracias a un chiste del Joker, saltándose aquello que considerariamos coherente en un cómic de superhéroes, saltándose el protocolo de actuación, satirizando la eterna lucha a la que están condenados una y otra vez.

El Joker ha vuelto a escapar del Asilo Arkham. De nuevo, Batman, debe buscarlo, detenerlo y entregarlo a la justicia, pero su archienemigo por excelencia tiene un plan y quiere ponerlo en práctica: según su teoría cualquier persona necesita un único mal día para volverse loco y para demostrar su tesis ha escogido a Jim Gordon como su conejillo de Indias particula

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 Un saludo a todos y sed felices

Ismael Manjón Chinchilla
Ismael Manjón Chinchillahttps://www.lascosasquenoshacenfelices.com
Licenciado en Filología Hispánica. Disfruto de los videojuegos, los comics, el cine, la series y de una cerveza bien fría con la gente que quiero. Fan #1 de Batman. #13
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