Bienvenidos amigos y amigas una semana más a esta humilde sección sobre la vida y obra del mundo videojueguil. Espero que me perdonéis porque en esta ocasión no os traigo la habitual retahíla de tráilers y noticias varias sobre los juegos de la temporada o las convenciones que se avecinan porque la noticia culmen de estos últimos días ha sido sin lugar a duda el repentino (que no sorprendente) cierre de uno de los mayores bastiones del ‘walking simulator’, ‘juego cinemático’ o como lo hemos llamado aquí toda la vida, la aventura gráfica. Telltale Games ha cerrado sus puertas en medio de un bochornoso escandalo que ha vuelto a sacar a la luz los trapos sucios de una industria que trata a sus empleados como simples objetos de usar y tirar.
¿Y QUIENES SON TELLTALE GAMES?
Pues, a decir verdad, me sorprendería que no los conocieseis. Hace seis años, la por aquel entonces desconocida compañía revolucionaba los juegos narrativos a través de un nuevo modelo de distribución episódico de ‘capítulos’ de dos horas de duración basado en la hiper-popular franquicia The Walking Dead que nos pilló a todos con los pantalones bajados y llego a ser el juego del año de 2012, probando en el proceso que los juegos licenciados de películas, series etc. no tienen por qué ser un desastre por obligación y haciendo además gala de una pericia a la hora de escribir que dejaba en pañales a competidores directos como David Cage y los juegos de su estudio Quantic Dream mientras servía a la vez de inspiración directa para otros exitosos productos como el Life is Strange de Dontnod. El juego era tan destacable, y la interactividad tan emocionante, que incluso hoy en día hay quien lo considera lo mejor de lo mejor -superando incluso al comic y la serie de TV- que ha dado la saga de los zombies de Kirkman.
A partir de ahí, las ‘temporadas’ se fueron sucediendo en torrente, Juego de Tronos, Tales of The Borderlands, The Wolf Among US (basado en los comics de Fábulas), Guardianes de la Galaxia, Minecraft, Batman… todo ello intercalado con subsiguientes temporadas de The Walking Dead, unos auténticos seis años de locura que no solo quemaron a la audiencia gracias a un modelo que se repetía más que el chorizo sino que era obviamente sostenible única y exclusivamente a costa una cultura de trabajo tóxica y de explotación a los desarrolladores algo que, como no podía ser de otra forma, les ha pasado factura.
¿QUIEBRA O COLAPSO?
Os estaréis preguntando ¿Cómo ha podido pasar la compañía galardonada con el premio al juego del año de 2012, y que cuenta con los derechos de algunas de las propiedades más famosas del momento como TWD, Minecraft, Juego de Tronos o Batman, acabar así? La respuesta es simple: mala gestión, mucha irresponsabilidad y un ego desmedido por parte de ‘los de arriba’ que creían que un trato de última hora (con el Stranger Things de Netflix) podría salvar a su compañía de un nefasto final, cual héroe que se zafa en el último momento de las mandíbulas del león.
Pero no hay héroes en esta historia, lo que hay son más de 250 empleados de patitas en la calle, sin finiquito y muchos sin poder reclamar un subsidio por desempleo, así como millones de usuarios decepcionados, por no hablar del tema del dinero para los que habían pre-comprado la cuarta y última temporada del Walking Dead que va por su segundo episodio y en principio no tendrá fin. En el último año han desaparecido diez grandes estudios de la industria, entre ellos el laureado Visceral Games responsable de la saga Dead Space, pero lo de Telltalle no ha sido un cierre, ni una quiebra, ha sido un colapso total propiciado por una panda de irresponsables que por lo visto no consideraban a sus empleados personas, sino ‘activos’, ‘cosas’ prescindibles. De hecho, seguían contratando gente hasta una semana antes de cerrar y algunos hasta se trasladaron desde el otro extremo del país para ser despedidos en unos días y quedar literalmente en la calle.
CRUNCH, ADICCIÓN AL TRABAJO Y CULTURA TÓXICA
Mucho se ha hablado de la cultura de trabajo en los estudios que crean videojuegos, desde el ‘Crunch’, esos periodos de tiempo en los que los desarrolladores pasan diez y doce horas diarias trabajando para sacar X proyecto adelante, hasta la adicción al trabajo o la falta de sindicación por parte de los desarrolladores, especialmente en Estados Unidos donde los sindicatos siguen estando no muy bien vistos pero lo cierto es que, cuando todo está dicho y hecho, en el mundo de los videojuegos lo que cuenta es el producto. Piensa en la industria cinematográfica, ¿cuántos actores, directores y productores conoces? Spielberg, Coppola, Kubrick, Nolan, DiCaprio, Pitt, Cruise… seguro que al menos alguno de esos nombres os suena, pero ¿qué hay de la industria del videojuego, la industria del entretenimiento más grande y rentable del planeta? Kojima, Miyamoto, Swery, Druckmann, Barlog, Raymod, Cage… si estáis puestos en el tema quizá os suene alguno de ellos, Kojima sin duda, pero incluso el reciente escandalo en que este legendario creador fue expulsado de malas maneras de Konami, su ‘alma mater’, constituye una prueba fehaciente de una realidad en la que los trabajadores de la industria del videojuego son ninguneados, explotados y tratados como una mercancía reemplazable, algo que esta historia sobre el colapso de Telltale Games no hace más que corroborar.
Y como guinda del pastel, sabed que además de echar a 250 personas que tienen que mantener a sus familias a la calle prácticamente sin avisar y además de no pagarles ni un finiquito, los buenos de Telltale han dicho ya que están ‘hablando con potenciales socios para terminar los dos capítulos que quedan de Walkind Dead’. ¿Hay dinero para eso, pero no para tratar a tus empleados con dignidad y decencia?
En fin, vergonzoso y vergonzante. Hay que agradecer a Telltale sus esfuerzos por propiciar un claro avance dentro del ambito narrativo del mundo de los videojuegos PERO las personas y su bienestar SIEMPRE han de estar por encima de los productos, algo que a esta industria le cuesta comprender. Telltalle no ha sido ni el primero y por desgracia no será el último estudio que cierre sus puertas de esta guisa, pero poco se puede hacer al respecto más allá de esperar un cambio de conciencia hacia el respeto y bienestar de los profesionales que son los que realmente crean los juegos y mueven la industria.
En fin, nos leemos dentro de siete días y hasta entonces y como siempre, sed todo lo felices que podáis.