En un mundo que aún arrastra las secuelas del chasquido de Thanos, una facción rebelde de los Skrulls se está infiltrando entre los humanos para acelerar su autodestrucción. Solo Nick Furia puede detenerlos. Bienvenidos a Invasión Secreta.
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A partir de aquí, SPOILERS del cuarto episodio de Invasión Secreta, llamado Amado.
Tras una primera mitad bastante prudente, con acontecimientos aparentemente sorprendentes que suenan a ya visto y que se suceden sin tensión, este cuarto capítulo comienza eliminando casi todos los obstáculos que se le presentan a Nick Furia.
En primer lugar, queda claro que Gi´Ah, la hija de Talos interpretada por Emilia Clarke, está viva al haber sobrevivido al disparo por haber ingerido parte del suero del súper Skrull, convirtiéndose en una baza con la que Gravik no cuenta.
Eso sí, Gi´Ah tampoco comparte la visión de su padre, demasiado idealista, basada en la suposición de que los humanos aprenderán a respetar a los Skrull y aceptarán la convivencia con ellos si les ayudan a luchar contra los rebeldes. Por lo que desaparece de escena y nada nuevo se sabe de ella en lo que resta de capítulo.
Luego tenemos a Furia, que descubre la asociación entre su mujer Priscilla y Rhodes, un Skrull infiltrado (algo que tampoco era difícil de imaginar). Lo que sí podría intrigarnos es el trasfondo de esta revelación. ¿Cuánto tiempo lleva siendo Rhodes un Skrull? Si habláramos de la Invasión Secreta original, tal vez Rhodes lleve siendo un infiltrado más tiempo del que pensamos, acrecentando esa sensación de paranoia que tan bien le vino al cómic y que en la serie ha brillado por su ausencia.
Si nos atenemos la continuidad de la serie, probablemente Rhodes lleve poco tiempo suplantado. Pero ahí queda esa duda.
Furia decide ajustar cuentas con los dos Skrulls que le han traicionado. En primer lugar, se enfrenta a lo devastador de que tu mujer, el “mayor error” de su vida, le haya traicionado. Hablamos de una persona que conocía todos los secretos de un hombre que se caracterizaba por ellos. Como bien da a entender Priscilla en esta escena, probablemente conocía de la formación de los Vengadores antes de que estos se reunieran por primera vez.
Finalmente, Priscilla asume el riesgo de traicionar a los suyos y se reconcilia con Furia, que ahora tiene que arreglar cuentas con Rhodes, al que le administra un rastreador líquido oculto en bourbon.
Acompañado de Talos, Furia sigue a Rhodes, que marcha en una comitiva presidencial para reunirse con Rusia tras el atentado ocurrido en el primer episodio. Y Gravik pretende atacar el convoy para, ya sí, desatar la Tercera Guerra Mundial.
De por sí, los mejores momentos que ha podido dar la serie han sido conversaciones más tensas que las escenas de acción. En el caso del combate en el convoy, se abusan de planos cortos porque, claro, Samuel L. Jackson tiene casi ochenta años y no está la cosa para coreografías elaboradas.
Al final, Furia consigue salvar al presidente de los Estados Unidos con la consiguiente y probable restitución como miembro de confianza del gobierno de los Estados Unidos. Por el contrario, Gravik consigue acabar con un Talos comprometido hasta el final con sus ideas acerca de la bondad inherente del ser humano. Y la serie pierde a uno de sus grandes personajes.
Finalmente, Invasión Secreta va al grano con un capítulo de poco más de media hora. Más que un thriller de despachos, la serie parece aspirar a ser una sucesora de 24 con Nick Furia como un Jack Bauer cascado. Eso sí, lejos de la tensión que conseguía la mítica serie. Porque sorprende que, dentro de la fidelidad al tono de espionaje, la seriedad que se está otorgando a la serie y la continua muerte de personajes importantes (María Hill y Talos), la serie no termina de impactar en el espectador.
Ahora que parece que la serie saca sus armas, esperamos un fin de fiesta más prometedor que lo visto hasta ahora.
¡Un saludo y sed felices!
¡Nos leemos en Las cosas que nos hacen felices!
