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Los Archies, un viaje a Riverdale pasando por Bollywood

Los Archies es la película de Netflix basada en la serie de historietas Archie. Para quien no lo sepa, esta tira contaba el triángulo amoroso entre su protagonista (Archie) y dos chicas de su pandilla (Verónica y Betty) rodeados de un elenco de secundarios que formaban una pandilla de adolescentes en los 60.

La serie daba nombre a la editorial que los publicaba (Archie Comics) y su popularidad ha llegado hasta nuestros días, con adaptaciones a distintos medios, nueva versión en cómic más moderna, una historieta crossover con Glee, una serie de televisión (Riverdale) hasta llegar aquí, una nueva película en Netflix, en esta ocasión en versión hindú.

Bienvenidos a Riverdalebollywood

Los Archies nos lleva a Riverdale, un pueblecito en la India fundado por ingleses y donde viven sus descendientes anglo-indios. Por allí pululan Archie, Betty, Verónica, “Jughead”, “Reggie” y todo la pandilla de adolescentes, cantando, bailando y pasándoselo pipa. El padre de Verónica, un empresario muy malvado, quiere destruir el parque del pueblo para construir un hotel y Archie y sus amigos harán lo que sea por salvarlo. Entre medias, Archie se liará con Verónica y con Betty y no se lía con nadie más porque queda algo feo.

En fin, que el argumento no da para mucho. La historia es previsible, tontorrona y se estira como un chicle, con un guión que va dando bandazos y que hace que miremos el reloj en más ocasiones de las deseadas. Los guionistas se han esforzado por meter de todo: cantos a la amistad, al ecologismo, críticas al capitalismo desaforado, el orgullo de las minorías, el sentimiento de comunidad, el periodismo como cuarto poder,… Vamos, de todo un poco aunque sea con calzador.

No ayuda tampoco que el protagonista (Agastya Nanda) sea más sieso que la mojama, con esa sonrisa forzada que hace que lo odiemos más a cada segundo que pasa. En contraposición, el resto del reparto sí que hace un buen trabajo. Alguno consigue ser entrañable pero pasa lo de siempre: son tantos que al intentar que cada uno tenga su espacio, acaban por no centrarse en ninguno y los desdibujan demasiado. La presentación de todos los personajes hace que la película tarde en arrancar y cuesta mucho meterse en la historia.

Marcate un bailecito

Pero esto es Bollywood versión Netflix y en Los Archies no pueden faltar las canciones y los bailes. Es en esta parte donde se nota que los hindúes saben lo que hacen. Cuando arrancan a cantar y bailar es cuando la película es más disfrutable pero, en conjunto, faltan canciones y bailes y sobra drama de salón.

Es una lástima porque, por lo demás, la película cuenta con una producción bastante resultona, recreando ese Riverdale hindú apócrifo de los años 60, con un rodaje en exteriores que les debe haber costado lo suyo (la fotografía luce muy bien para lo que es Netflix y sobre todo para lo que esperábamos) y unos números musicales llamativos, muy bien coreografiados e insertados en la historia de forma que hacen avanzar la caótica narración. Ante tanto lío, la solución pasaba por recortar la duración y/o aumentar las canciones, buscar un mayor equilibrio.

En resumen, Los Archies es una película cuando menos curiosa, un cine que no llega a nuestra salas ni de casualidad pero que Netflix nos trae al salón de casa. No es una mala película y esta bien que le echemos un vistazo pero nos ha decepcionado un pelín. La idea del Archieverso (tengo que dejar de usar ese sufijo) trasladado a la India de Bollywood prometía una bizarrada mayor y nos hemos quedado con las ganas. Un saludo, sed felices.

Pedro Pérez S.
Pedro Pérez S.
Aficionado también al cine, las series de televisión, la literatura fantástica y de ciencia ficción, a la comida, la cerveza y a todas las pequeñas cosas que nos hacen felices.
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