Desde hace unos días hay una estrella más brillando en el cielo de los artistas. Bernie Wrightson, de 69 años de edad nos ha dejado víctima de un cáncer que al final nos lo ha arrebatado para siempre. Pero deja entre nosotros un importante poso para su recuerdo. Comenzando su andadura como dibujante de literatura gótica en la revista Heavy Metal y posteriormente como colaborador en las historias de nada menos que Stephen King, sin duda su legado más importante es la creación del personaje La Cosa del Pantano para la revista House of Secrets. Wrightson dejaría de dibujar la serie en el número diez pero ya quedaría para siempre inmortalizado uno de los personajes que más alegrías daría al sello DC en el futuro.
Así mismo memorable es su trabajo llevando las riendas de las ilustraciones de Frankestein a pluma para maravillar a todo el mundo en una nueva edición de la inolvidable novela de Mary Shelley. La mayoría de sus seguidores coinciden en afirmar que ese fue su mejor trabajo. Incluso tuvo colaboraciones en el cine diseñando personajes para películas tales como Los Cazafantasmas o Spiderman. Muchos de vosotros seguro que también recordareis su colaboración en el cómic del Caballero Oscuro Batman: The Cult. También realizó trabajos para la competencia, Marvel, como por ejemplo The Punisher.
Un tumor cerebral nos ha arrancado a este notable artista, era su mujer Liz Wrightson quien daba al mundo la noticia “Con enorme dolor tengo que anunciar el fallecimiento de mi amado marido, Bernie. Os agradecemos todos los años de amor y apoyo”. Aquellos que no conocíais su obra tenéis una oportunidad ahora de ofrecerle el culto que se merece disfrutando de sus magníficas ilustraciones y leyendo algunas de las historias en las que colaboró. Y por supuesto nunca es tarde para leer La Cosa del Pantano. Empezad por él y desembocar en Alan Moore. No hay mejor senda para recorrer a un personaje. Así que si no tenéis plan para esta semana o estabais dudando sobre qué comprar, bucear un poco por internet y conseguid algo de él. Lucirá bien en vuestra estantería y un arte de esa calidad nunca está de más en una casa. Ni tampoco su recuerdo en nuestros corazones. Desde Las cosas que nos hacen felices mandamos nuestro guiño bañado de una nostálgica sonrisa hacia ese espacio infinito donde descansan los artistas que un día decidieron bañar nuestra realidad de fantasía e imaginación.
Un abrazo a todos.