¿Disfrutamos de las series? ¿de verdad? ¿anteponemos ver el mayor número de series posibles aunque esto suponga disfrutar menos de ellas? ¿Crees que no? ¿Nunca has visto una serie aunque no te apetezca solo por el hecho de terminarla lo antes posible? Somos muchos los que hemos caído en esta oleada. Plataformas como Netflix, HBO Y Movistar facilitan tener al alcance muchas de nuestras series favoritas con una gran calidad. Todo esto tendría que ser positivo, pero en los últimos años hemos visto como muchos de nosotros nos obligamos a estar al día en el mayor número de series posibles, incluso en esas series que perdimos el interés hace temporadas e incluso a tomarnos el ver series como una tarea más. Esto no parece muy diferente al que puede ser el consumo de otros entretenimientos, pero las series de televisión causan una adicción que el cine o la literatura no suelen causar, siendo comparada más con los videojuegos. Obviamente nadie te pone una pistola para que veas una serie, cada decisión es personal, pero realmente nuestro modo de consumir este entretenimiento ha cambiado en los últimos años convirtiendo la televisión en uno de los fenómenos culturales más importantes de la actualidad.
El postureo seriéfilo
No solo pienso que disfrutamos menos de las series, sino que nos sentimos obligados a ver ciertas series por empuje social, por moda o curiosidad en lugar de otras que podrían gustarnos más. ¿Cuantos te han mirado con cara de sorpresa cuando afirmas no ver Juego de Tronos o la última serie de moda? O incluso cuando prefieres series con peor fama en lugar de las que prefieren la mayoría de las personas, ¿Qué ocurriría si en las redes sociales promulgara que personalmente prefiero y disfruto más de La que se avecina que de Breaking Bad? Claro que hay grandes series de moda, Breaking Bad me parece una serie espectacular, pero es perfectamente posible que a una persona no le guste, sin que esto le reste puntos en su carnet seriéfilo. Y no, no es un pecado que te guste el final de Lost. No hay nada de malo en ver series españolas, puedes disfrutar perfectamente de La casa de papel y The wire por igual. En la cultura no hay reglas, claro que hay obras que por importancia y calidad estén por encima de otras, pero no podemos intentar imponernos en las preferencias personales de cada persona y aunque a veces cueste, respetar quiénes prefieran ver El príncipe antes que Los Sopranos.
¿De verdad aún no has visto Juego de Tronos?
Tienes que ver Doctor Who, no puedo creer que aún no hayas visto Stranger Things, ¿Cómo no estás al día en Juego de Tronos? Tienes que ver The wire, es la mejor serie de la historia, sin discusión. ¿De verdad que no has visto Los Sopranos?
Esto es el día a día de muchos e incluso mucho de nosotros, martilleando continuamente a nuestros amigos y familiares. Es difícil esconder la satisfacción después de ver una serie que nos ha entusiasmado y buscamos a alguien con quien comentar la serie. Pero por otro lado, la mayoría de nosotros tenemos una serie que hemos cogido tirria o tachado de sobrevalorada después de ponerse de moda y tener a todos presionándonos para que la veamos, hasta el punto de negarnos a verla hasta que la cosa se calme. Es cierto que las series de televisión, como cualquiera moda, suponen un pegamento social con el que relacionar amistades y entrar en grupos de conversación, pero lo malo viene cuando tenemos una persona en nuestro grupo por el motivo que sea: tiempo, no le gusta ver series o no le apetece ver ese producto, se puede sentir desplazado e incluso verse obligado a ver la serie para no sentirse apartado.
Debido también a la comodidad que supone ver series en webs como Netflix, muchos de nosotros preferimos ver series en la plataforma que en otros lugares, en ocasionados acotando demasiado nuestras preferencias. Por un lado es positivo para luchar contra la piratería, por otro pienso que nos estamos perdiendo grandes series en otras plataformas de menos renombre, otros canales o incluso en venta física. Series como Hannibal o The Americans quizás serían fenómenos en otra época con una parrilla menos densa. No estamos en una época en la cual tenemos un difícil acceso a la cultura seriéfila, yo crecí y disfruté mucho con series como Los serranos, Cuéntame, El comisario, 7 vidas, Hospital Central y otras muchas, pero era lo que teníamos a nuestro alcance en esa época, series sin grandes pretensiones pero que disfruté como un enano -literalmente- viéndolas. Ahora tenemos un gran abanico de posibilidades para todos los gustos y colores, tenemos que verlo y convertirlo en algo positivo.
Es imposible estar al día en todas las series
Todos tenemos un amigo o amiga que consume de manera desproporcional series de televisión -en el caso de mis amigos y amigas esa persona soy yo- sin que esto le suponga ningún problema grave, pero hay otras personas que afirman tener ansiedad por estar al día en todas las series posibles sin olvidarse de los clásicos must have seriéfilos. Y os lo digo claramente, familia, esto es imposible. De nada sirve intentarlo, no podemos ver todas las series, y resulta casi imposible llevar al día todas las series de la cartelera, que además se multiplican cada año. ¿Pero realmente esto es necesario? Claro que no, pero ya vemos como ciertos estudios tratan sobre la adicción a las series de televisión. Aquí os dejo una noticia afirmando que los usuarios de Netflix consumen una media de 2-6 capítulos de una sentada. Es cierto que nuestros hábitos de consumo seriéfilos han cambiado totalmente, ayudado por la increíble oleada de series de calidad, por la facilidad que nos otorga internet y las plataformas de Streaming, pero ¿realmente se nos está yendo de las manos? Muchos de nosotros hacemos listas de series que tenemos que ver, calendarios e incluso hacemos uso de aplicaciones que nos hacen más fácil la vida seriéfila. Durante los últimos meses he reflexionado. Sí, he visto muchas series y he disfrutado con muchas de ellas, me he dado verdaderos atracones, pero realmente algunas no las he podido saborear y admito que he visto series sin tener ganas de hacerlo, por el simple hecho de terminar lo antes posible. He pasado de llevar 8 o 9 series al día a llevar 2 o 3, y se nota. Noto que disfruto más. ¿Qué importa terminar una serie dos o tres meses más? ¿Qué más da dejar de ver una serie que no te gusta? ¿Por qué no puedo ver una serie minoritaria en lugar de la que hablan todo el mundo?
Conclusión: Disfrutemos de la edad dorada de las series
Hemos vivido una gran época para las series de televisión, hemos visto cambiar los formatos, duración e incluso el modo de verlas, y no solo las series se han adaptado al consumidor. Obviamente para todo el mundo el consumo de las series no suponen un problema, pero si he visto un gran cambio respecto al consumo, el problema viene cuando vemos las series como algo más que un producto de entretenimiento y nos afecta negativamente. Cuando vemos una series por presión social, para no sentirnos fuera de la onda o por el hecho de vernos todas las podamos, si es así seguramente notarás que disfrutas menos las producciones. No te agobies amigo, y disfruta, disfruta de la edad dorada de la televisión.