Bienvenidos, amigos de la ponzoñosa basura fílmica que abunda en nuestros días. Los más ancianos del lugar conoceréis ya mi amor por la saga Sharknado. A escasos meses de que la quinta entrega de la saga viera la luz, os traigo la reseña de la penúltima película estrenada hasta la fecha: Sharkando: Que la 4ª te acompañe. Solo apta para aquellos que hayan pillado la referencia. Al lío.
Astro-X
Han pasado cinco años, el nuevo hijo de Fin es ya un hombrecito, April como ya vimos anteriormente, falleció, y nuestro héroe vive un feliz retiro ahora que una encantadora multinacional rescató a su David Padre Hasselhoff de la luna y controla el clima previniendo los Sharknados, además de crear un hotel temático, donde Fin y su pariente de parentesco dudoso han sido invitados para pasar unos días con los otros hijos de Fin (que viven al margen de la continuidad). Estamos en el minuto 05.22 y ya han desfilado Carrot Top, los Chipendales, Vince Neil (para esto ha quedado el glam maetal) o Wayne Newton entre otros. Es como si Sharknado gritara: Las cartas sobre la mesa, nosotros molamos,
6 minutos ya podemos comprobar que el clima no está tan controlado como nos lo han vendido. Santo cielo, albricias, impensable para nosotros, crédulos espectadores, que este terrible accidente vuelva a suceder, cuando hemos comprobado lo controlada que está la situación. Pero esperad, nos os exaltéis que hay mas sorpresas: Uno de los hijos en confusa linea temporal de Fin se va a casar con su novia, mientras salta de un avión, perseguidos por una tormenta de arena, casados por el Dr. Drew Pinsky. Fantástico. Me emociona ver como se han ahorrado millones en figurantes y actores de reparto, sustituyéndolos por celebridades de segunda (Pobre Vince Neil) en concepto de cameos. Si esto no es genialidad, que baje David Hasselhoff y lo vea.
Ya llega el cuarto
He de decir que, en un principio, yo tampoco veía lagunas al aparato mágico perfecto de Astro-X. Pero resulta que una enorme tormenta de arena se levanta en mitad de Las Vegas y arrastra a los millones de tiburones que el creador de Astro-X había puesto en una enorme hotel temático. ¿Alguien podría haberse imaginado que esto iba a ocurrir? Yo, desde luego, no. La única solución que se me ocurre para intentar parar esta desgracia es que un grupo de musculosos y ociosos bailarines se líen a hostias con los tiburones, con erótico resultado.
Después de un emocionante reencuentro familiar que incluye surf aéreo en coche de lujo, saltos desde edificios, navegación en calle con un barco de atrezzo, a David Tutera y la muerte de todos los secundarios que han hecho un cameo por ahí, Finn y los suyos se salvan con la misma maña de siempre y emprenden el regreso a casa para estar con su hijo, el que si sigue la continuidad. A ese, por supuesto, lo quiere más que al resto de sus hijos, ya que sigue las leyes básicas de la física. Pero los Sheppard y los Sharknados están unidos en espíritu. No será tan facil huir.
David Hasselhoff ha vuelto. El valiente padre de Fin, a quien conocimos en la entrega anterior, es ahora un trabajador de Astro-X. Y no es el único miembro de la familia Sheppard que está sorprendentemente vivo. April ha resucitado, gracias a una encuesta que se hizo en Internet a los fans de la saga (yo voté a favor). Ahora es una mujer biónica con superfuerza y mogollón de cachivaches chulos. Además, se entera de que Fin está vivo, y decide salir a buscarlo.
Combatiendo
Bien, con todos los personajes sobre la mesa, llega el conflicto, es decir: llegan los Sharknados. Y, como nosotros, amantes del pútrido fondo cultural que son las películas de The Assylum que somos, conocemos perfectamente cual es el primer plan de batalla contra cualquier adversidad: Efectivamente, explosivos. Vamos a ver que pasa si volamos el gran cañón. Una vez hemos usado explosivos sin ningún motivo real para hacerlo, y con consecuencias tan aleatorias como satisfactorias, volvemos a la trama. Astro-X necesita a los Sheppard. Después de todo, Sharknado es una película familiar, que ensalza los valores de la familia media americana.
Bien, sabemos que ocurre, Finn se niega, le pican, Finn se decide a ayudar. El tornado en sí es una mutación que pasa por un arenado, un fuegonado, un electrinado, un piedranado y, entre otros muchos mas, un vacanado. Si. Creo que fue Confucio el que dijo “nunca verás dos veces el mismo Sharknado”. Gracias a Dios, siempre hay una tienda de motosierras abierta para los Sheppard. Hay tantisimas escenas que podría rescatar, que la reseña se haría eterna. Quedaos con la imagen de una anciano David Hasselhoff corriendo. O este guiño a Star Wars:
April se reencuentra con su suegro y su hija (esa que cambia de cara en cada película), mientras Finn y los suyos buscan al hijo al que si quiere, a pesar de que no ha hecho nada, el chiquillo, que se ha limitado a existir, no como los otros que si que han hecho cosas utiles como casi morir, cambiar de cara a cada peli, o ser un par de tolais. Fijaos si es tocapelotas el mayor, que su padre le pide que vigile a su hermano pequeño y a la mujer, y la mujer la diña y el hermano pequeño sale corriendo. Como lo va a querer, si es idiota!
Tras una serie de catastróficas desdichas, que incluyen el feliz asesinato de la alcaldesa de Chicago, parece que los Astro-X empiezan a funcionar. Pero todos sabemos que esto nunca acaba a la primera. Los Sheppard se reencuentran y empieza la batalla final. A los hijos parece sorprenderles bastante poco que su madre este viva. Mas razones para no quererlos.
La última regla
¿Cúal es la última regla de toda película de The Assylum? Va que esta es fácil. ¡Exacto! Faltaban las armas nucleares. Pero esta vez no las hay por que EL TORNADO SE HA VUELTO NUCLEAR: ES UN NUCLEARNADO. Bien, con el nuclearnado cerca, y una reunión de los vigilantes de la playa que acaba con la muerte de David Hasselhoff, Finn y señora deben enfrentarse al peligro. La hija de Fin la diña. A nadie le importa, ya nos ha quedado claro que los dos mayores están de relleno. Y justo cuando parece que salvan el día y la peli termina, a Finn se lo come un tiburon, al que se come un tiburón, que es comido por una ballena.
Por suerte, todo el amor que ha puesto en su hijo pequeño (negándoselo a los otros dos) ha servido para que el niño deshaga esta matriusca de tiburones y, como es costumbre en la familia, Finn salga de una pieza. La hija también esta viva. Pero eso no parece importarle a nadie,
Bien, nada mas que añadir porque esta maravillosa película habla por si sola. La quinta vendrá sola. Hasta entonces... sed felices.