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Reseña de Champignac. El paciente A.

Champignac. El paciente A, es una de las novedades que Nuevo Nueve nos trae para este mes de octubre. Después del éxito conseguido con su primer tomo Enigma, nos encontramos con esta historia que llevará a Pacome Hegesipo Adelardo Ladislao conde de Champignac a adentrarse en la Alemania nazi para rescatar a dos de sus mejores amigos. Mecachis!!

David Etien y BéKa

David Etien (1981) estudió Comunicaciones Visuales. Tras conocer a Jean-Blaise Djian  debuta en el mundo del cómic con Chito Grant, un western escrito por el propio Djian del que se publican tres álbumes desde 2004 a 2008. Solo un año después, nos sorprendería con sus dibujos en Los cuatro de Baker Street, basada en Los irregulares de Baker Street, y con guion de Djian y Olivier Legrand, una serie que cuenta con siete tomos en la que Etien sigue trabajando a fecha de hoy.

BéKa es un nombre en clave que surge de la unión de dos estudiantes de ciencias de Toulouse: Bertrand Escaich (1973) y Caroline Roque (1975). Esta simbiosis no es un caso común en el mundo del cómic, pero a ellos les funciona perfectamente.

Bertrand conocerá a Caroline en clases de danza africana y pronto aparece la química entre ambos, fomentada por su pasión por escribir guiones. Bertrand será el que introduzca a Caroline en el mundo del cómic con Foot Maniacs y Les fonctionnaires. Juntos han creado varias series de éxito, cómo Les Rugbymen y Studio Danse que superan ya el millón de ejemplares vendidos.

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Champignac. El paciente A. Una historia entretenida y sencilla.

Nuevo Nueve. Champignac. El paciente A.

El conde Champignac

Desde hace unos años, hemos visto la adaptación del universo de Spirou, llevando a sus personajes secundarios a ser protagonistas de sus propias historias creadas por diferentes autores. Con esto han conseguido diversificar, dejándonos ideas nuevas y muy creativas que han enriquecido dicho universo.

El primer caso lo tuvimos con Marsupilami, (escritos por Greg y Yann, y dibujados por Batem a finales de los años 80) que incluso llegó a tener su propio videojuego. Le siguió Las aventuras de Zorglub, ese siniestro científico loco y torpe que pasó de enemigo a amigo de nuestros héroes. Y ahora le ha llegado el turno a El Conde de Champignac.

Champignac es, sin duda, un personaje fascinante, del que se puede sacar mucho juego. Un científico en el papel de héroe modesto y discreto, que ofrece muchas posibilidades para desarrollar una historia atrapante sobre sus aventuras. Y eso lo han sabido ver muy bien, además de llevarnos a una época que siempre crea intriga, la Segunda Guerra Mundial; donde podremos conocer los inicios de un Champignac decidido e intrépido que no sabe decir que no a la oportunidad de sumergirse en la acción y salir de su rutina.

Durante estos dos primeros tomos de la serie conoceremos detalles de la vida de Champignac que nos hará acercarnos a este entrañable personaje. Su relación con Blair nos dará un punto de vista diferente de este héroe tan inusual. Así como también veremos su capacidad de análisis y de salir ileso de peligrosas situaciones. Y por supuesto, también tendremos ese lado humano y divertido donde Champignac se muestra como el científico que es (sobre todo con su pasión por las setas).

La trama

Champignac. El paciente A, es una historia sencilla y llena de acción. Una historia que el propio protagonista cuenta en una especie de interrogatorio al que está siendo sometido. El científico que participaba en las aventuras de Spirou y Fantasio, normalmente lucha desde su laboratorio en Londres contra los nazis. Pero esta vez va a tener que desplazarse hasta el corazón de ese régimen para rescatar a sus dos amigos de estudios. Allí se encontrará con habitantes que son auténticos fanáticos de un gobierno al que adoran, al mismo tiempo que se creen superiores al resto del mundo.

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Para ello contará con la ayuda de Blair, su pareja y alma gemela, y de su amigo Black. De la mano de estos tres entrañables personajes nos sumergiremos en una historia entretenida con momentos divertidos y con otros de más tensión.

Nos encontraremos con personajes peligrosos y siniestros, como es el caso del doctor Sprtschk (menos mal que esto es escrito…) Un prestigioso científico carente de escrúpulos que tendrá un trágico papel en la historia real de la humanidad.

Asistiremos a fiestas decadentes donde los nazis demuestran su poder, haciendo que la bella Blair se plantee si merece la pena vivir en un mundo como ese. Una descripción de la época sorprendentemente bien llevada, que nos lleva a esas películas en ‘blanco y negro’ de espías y llenas de intriga.

Un punto a favor de la historia son sus continuas referencias a hechos que sucedieron realmente. Esta mezcla entre ficción y realidad le da un punto de credibilidad muy interesante, ya que tenemos la sensación de estar sumergidos en ese mundo del espionaje tan apasionante que marcó aquella trágica época. Una unión muy bien lograda donde todas las piezas encajan perfectamente de manera natural.

El dibujo

Algo que notamos en seguida es la pasión que David Etien siente por la etapa de nuestra historia más reciente en la que se desarrolla la acción. Esto ya lo dejó patente en Los cuatro de Baker Street, y ahora lo repite en esta serie de las aventuras de este peculiar científico.

Etien nos deleita con un dibujo de línea clara muy fluido, donde los detalles son muy importantes. Aquí es donde podemos observar cuán seriamente se toma su trabajo, ya que para conseguir esa credibilidad ha tenido que documentarse, y mucho, sobre la época en la que se desenvuelve la trama, logrando una ambientación sobresaliente.

También hay que destacar ese lado caricaturesco que podemos ver en algunos personajes, que Etien utiliza de forma recurrente para marcar algunos detalles tanto de su aspecto físico como de su personalidad. Esto lo podemos ver sobre todo en los personajes secundarios que aparecen en esta entretenida historia, donde las sombras, las posiciones desafiantes, y los rasgos casi exagerados, sin llegar a serlo, nos hacen tener una idea de la clase de persona con la que nuestros protagonistas tienen que lidiar.

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Los colores son algo con lo que el autor sabe jugar muy bien. Con ellos es capaz de imprimir sensaciones, pasando de los colores tierra para darle ese tono sepia, que nos hace adentrarnos en el pasado, a los colores más vivos para dar énfasis a ciertos momentos de más acción. O esos tonos verdes y azulados que utiliza para explicar parte de la trama donde los diálogos nos llevan a conversaciones más científicas.

Champignac. El paciente A, tiene algunas páginas donde sus dibujos son los que nos hablan. No hace falta ni una sola palabra ya que Etien es suficientemente capaz de describirnos toda la tensión con sus dibujos. Unos momentos donde vemos el movimiento gracias a los diferentes ángulos desde los que nos va contando la historia. Con primeros planos para enfatizar una idea, otros más angulados para darnos la sensación de peligro, o esos otros más amplios para que podamos disfrutar del nivel de detalle con que el autor llena su obra.


Como podéis ver, estamos ante una aventura de espionaje arriesgada y de lectura sencilla. Un pasatiempo ideal para desconectar del día a día y pasar un rato agradable con Champignac. Y lo mismo te sucede lo que a mí, que se me hizo muy corto y me quedé con ganas de más.

Saludos y sed felices.

Lucia Hernández
Lucia Hernández
Aprendiz de todo lo que llame mi atención.
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