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Análisis de Fundación. Temporada 1. Episodio 6

Nuevo episodio de Fundación y, por lo tanto, nuevo análisis. La serie, creada por David S. Goyer y emitida por Apple TV, se basa en la famosa saga de novelas de Isaac Asimov que constituye un hito para la literatura de ciencia ficción.

Bienvenidos a un nuevo análisis de Fundación, que, además de deslumbrarnos visualmente, sigue manteniéndonos atrapados con una trama cada vez más intrigante. Una entrega en la cual no tenemos gran noticia de Gaal Dornick, pero sí del viaje de Day, de las particularidades del joven Dawn y de la crisis en Términus.

El episodio se titula La Muerte y la Doncella, al igual que un célebre cuarteto de cuerdas de Franz Schubert que inspiró, a su vez, una obra de teatro del chileno Ariel Dorfman y la consecuente adaptación fílmica de Roman Polanski. Si aún no lo han visto, cumplo en advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y les recuerdo que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.

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Visita Imperial

La entrega comienza con una reflexión en off de Gaal que, por cierto, será lo único de ella en el episodio. Al igual que en el anterior, nos habla de las historias que de pequeña le contaban, en este caso sobre Trantor, en donde, según decían, se hallaba el hereje que, desafiando y venciendo a la muerte, había pretendido erigirse en un poder superior al del propio Durmiente.

Está hablando, obviamente, del emperador en cualquiera de sus versiones clonadas, ya que la clonación burla la muerte del cuerpo. De inmediato, la historia nos transporta a bordo de la nave en la cual Day, despertando de su sueño tras el salto, se está acercando al remoto sistema en el que está cobrando fuerza un cisma religioso que puede poner en peligro al Imperio mismo.

Un punto fuerte de la serie son los diálogos y tenemos aquí uno brillante entre Day y su consejera Demerzel, a quien sorprende “arreglándose” frente al espejo, lo cual, en su caso particular, implica circuitos a la vista. Ella le toma examen de historia, usos y costumbres del mundo que están por visitar mientras él le pregunta el porqué de su adhesión al culto de los Luministas, religión que se halla en el foco de la tormenta.

Las esquivas respuestas de Demerzel sobre este último punto son, para quienes conocemos los libros, indicativas de su verdadero rol en la historia y, por lo tanto, prefiero no ahondar al respecto porque sería desleal al tratar de aspectos que se dan a conocer ya bien avanzada la saga.

La primera señal de que algo no está bien al llegar a la luna conocida como Doncella, es que Day es recibido por Céfira Halima (T´Nia Miller), quien es, justamente, la líder rebelde y que así deja en claro que se ha ya posicionado de facto como nueva cabeza dirigente.

El asunto, desde ya, preocupa a Day, quien insiste en imponer como sucesora de Próxima Ópalo a la más moderada Céfira Gilat (Julia Farino). A tal fin, inclusive, promete a esta la llegada de máquinas de desalinización para permitir a la población un mejor acceso al agua potable, lo cual, según le dicen, es un problema afligente en la árida luna: imposible no pensar en Dune.

La actitud de Day, desde luego, se parece a las clásicas promesas electorales de los políticos cuando no miden bien en las encuestas, pero no tiene el éxito esperado. Le alcanza con escuchar, durante el cónclave, el sermón de Halima para darse cuenta de que va a ser muy difícil contener la marea que se viene.

La líder espiritual habla de la necesidad de la reencarnación para que el alma crezca al ir pasando de un cuerpo a otro. Al hacerlo, está erosionando las bases mismas sobre las que se erige el poder imperial, puesto que al ser los emperadores clonados una y otra vez, carecen de esa posibilidad y sus almas se deterioran en un envase repetido. Inevitable asociar con las palabras iniciales en off acerca del hereje que pretendió alzarse por sobre la muerte.

El gesto de preocupación de Day lo dice todo y puede comprobar la fuerza del nuevo culto no solo en la actitud de los seguidores del mismo, sino en la propia Demerzel, que se postra sobre sus rodillas siendo él el único que permanece en pie.

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El Clon Diferente

¿Qué está pasando en Trantor? Pues distintas situaciones muestran al joven Dawn como diferente de sus antecesores en más de un aspecto. Dusk está pretendiendo entrenarlo en las artes de la caza, pero el joven es mejor que él: ha conseguido derribar más ejemplares de rapaces de fronda, extrañas aves con capacidad de mimetizarse entre la vegetación.

Sin embargo, no quiere que ello se sepa, por lo que oculta la mayoría de las presas y solo exhibe tres, idéntica cantidad que Dusk. El resto, no obstante, son halladas luego por otro que tiene la capacidad de ocultarse a la vista: Obrecht, el Maestro de las Sombras de palacio, que cada vez adquiere más peso.

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Dusk muestra el mismo perfil arrogante y belicoso que le caracterizara cuando, siendo Day, ordenaba genocidios contra mundos considerados rebeldes. Cabe insistir, justamente, en que las personalidades de los clones muestran diferencias por crecer en distintos contextos de época, pero en el caso del joven Dawn parece haber algo más…

Como buen mentor, Dusk le lleva a un burdel en el cual las ocasionales compañeras sexuales olvidan todo después del acto: no le dice, claro, que una de ellas no cumple tal principio ni que se le ha encargado espiarlo.

Pero Dawn no tiene interés en ella y, por el contrario, está obsesionado con Azura, la jardinera imperial (Amy Tiger), confirmando así que, en efecto y tal como un lector sugiriera un par de entregas atrás, el Dawn suicida sería el del “presente”, sobre todo porque, cuando la lleva al balcón, ella se manifiesta temerosa de caer por no tener un escudo protector como el que le salvara a él en aquel intento fallido. Hay romance y hasta beso…

Pero la gran novedad es que ella reconoce ciertos colores que él no, lo cual nos arroja el dato de que es daltónico: ya no estaríamos, entonces, hablando de simple diferencia de personalidad por contexto de crecimiento sino también de diferencia genética.

Dawn tiene su propia individualidad, elemento que, en la saga de Asimov, suele romper con lo predecible y retrasar algunos fenómenos históricos. No quiero aventurar más por si esto tuviera relación directa con sucesos y personajes que aparecen en Fundación e Imperio, novela siguiente a la que aquí principalmente se adapta.

Invictus

Volvemos a Términus, donde nos habíamos quedado con la colonia atacada por los anacreonianos. Las nuevas imágenes nos dan un panorama más crudo de las muertes causadas por la escaramuza, mientras en medio de todo ello, dos niños a los cuales viéramos en aquel comienzo de la serie tratando de burlar el campo magnético, logran ocultarse entre tanta matanza.

Phara mantiene cautiva a Salvor y, además, está reclutando a técnicos e ingenieros. ¿La intención? Al parecer, poner en funcionamiento una nave de guerra de otros tiempos conocida como Invictus, de la cual se dice que no solo es capaz de dar saltos en el hiperespacio, sino que, además, es una verdadera máquina de destruir planetas: se me cruzan imágenes de The Expanse y de Star Trek, particularmente aquel maravilloso episodio de la serie original que, escrito por Norman Spinrad, llevaba por título La Máquina del Juicio Final.

Los niños logran liberar a Salvor y, fuera del campamento, esta se une a su padre Abbas y su novio Hugo. Perdón que siga con las referencias, pero este arco con la colonia tomada y rebeldes trabajando desde las sombras para recuperarla me remite deliciosamente a muchas historias de piratería clásicas

Me vienen  a la cabeza La Isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson (con Jim Hawkins recuperando el barco en la noche) o El Faro del Fin del Mundo, de Julio Verne, en donde una remota isla del Atlántico Sur era tomada por piratas y el guardían del faro, oculto entre las rocas, urdía un plan para recuperarla; después de todo, estamos en el fin de la galaxia, hay una gran torre y una guardiana oculta.

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El plan del trío consiste en inutilizar las tres corbetas de guerra que tienen los anacreonianos. Para lograrlo, Salvor se acerca demasiado a la Bóveda y regresan las visiones: esta vez se ve transportada a la nave que trajo a los psicohistoriadores a Términus en el momento previo a la muerte de Seldon, y podemos oír a este pidiendo a su hijo adoptivo Raych que le mate y separe destinos con Gaal, pues el plan no va a realizarse si están juntos.

Queda así confirmado que Seldon programó su muerte en beneficio de un plan superior, aunque aún no sabemos si la ejecución de Raych, acusado del crimen, era también parte del mismo. Lo que sí parecemos empezar a percibir es que existiría una cierta conexión entre Salvor y Gaal.

Vuelta Salvor a la realidad de Términus, la visión sufrida y el aturdimiento consecuente la han dejado al margen de todo intento, por lo cual su padre Abbas, en misión directamente suicida, pierde la vida al dejar los explosivos y volar las corbetas.

Salvor queda devastada y, además, es recapturada por los anacreonianos, al igual que Hugo. Lo que Phara quiere es utilizar la única nave que queda disponible en la colonia para llegar hasta el Invictus. Para asegurarse de que no maten a Salvor, Hugo pronuncia un protocolo por el cual el mando de la nave se transmite a ella de manera irreversible, es decir que la necesitan sí o sí.

Así es como mientras la colonia queda bajo el control de una guardia armada, Phara y sus hombres más cercanos parten en la nave comandada por Salvor. ¿El destino? Según dice, el sistema de Anthor.

Balance del Episodio

Otra gran entrega. Hablar de lo visual puede sonar ya redundante, pero la recreación de Doncella es soberbia y aprovecha al máximo el marco de la isla de Malta. Yendo más específicamente a lo argumental, la reflexión sobre la vida y la muerte es muy aguda y de corte existencialista.

La crisis que el Imperio está viviendo con el cisma religioso no puede ser desligada de la que le tocó vivir a Roma con el advenimiento del cristianismo que, así como el Luminismo niega aquí la perfección del emperador, puso en tela de juicio los fundamentos mismos del sistema al proclamar la igualdad de todos los seres humanos y negar, por ende, los privilegios que daban legitimidad al poder.

Es interesante el papel que asume Demerzel. El gran antropólogo Lévi-Strauss decía que para comprender una sociedad hay que entender sus mitos, pues funciona sobre ellos; no importa que no sean verdades: la cuestión es que allí están.

Demerzel pareciera ir por ese lado al mostrarse creyente y no ir contra los fundamentos del Luminismo aun cuando se muestre leal al emperador. Veremos hacia dónde lleva ese arco pero se ve muy prometedor…

En cuanto a los sucesos de Términus, se está cocinando a fuego lento otra pesadilla, seguramente peor que el cisma religioso, pero el Imperio aún no se anoticia. La entrada en escena de una máquina de guerra cuyo mismo nombre la presenta como invencible puede darle al conflicto un tono verdaderamente dramático y, quizás, también épico.

De momento, Fundación sigue gustándome y con creces. ¿A ustedes? Será hasta nuestro próximo análisis. Sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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6 COMENTARIOS

  1. Muy bueno este capítulo. Creo que mis problemas con el anterior vinieron sobre todo de que no se ocupó en absoluto de la trama de Trántor ni de los Emperadores. Creo que es, por ahora, la trama más interesante y la que más se acerca al espíritu de los libros.

    Efectivamente, como comentas, el asesinato de Seldon fue premeditado. Entiendo entonces que el cambio de humor de Raych cuando supo que “faltaban piezas en el puzzle” se debió a que sabía que iba a tener que matar a Seldon sin tener ya la seguridad de que el Plan estuviese correctamente calculado.

    En cuanto a lo que comentas de que “aún no sabemos si la ejecución de Raych, acusado del crimen, era también parte del mismo”, yo creo que sí que lo sabemos. Seldon le dice algo así como: “después de matarme, ni se te ocurra ir a hablar con Gaal, te vas directamente a la cápsula que está programada para aceptar tu genética”. Entoces, el plan era que Raych saliera de la nave en la cápsula, pero Gaal llega en el inoportuno momento en que Raych acaba de matar a Seldon, y la cosa se tuerce.

    Lo que pasa es que si todo saliera de acuerdo al plan, quedaría una persona capaz de desentrañar las matemáticas de la Psicohistoria en Términus, y no sé si eso tiene mucho sentido. Y es que, a priori, el objetivo de la muerte de Seldon parece ser el que se indica en los libros: que no haya psicohistoriadores en Términus (en el libro se hacía mención a que solo había uno, pero que estaba “en el ajo”, y que nunca transmitió enseñanzas profundas de la matemática psicohistórica a sus discípulos).

    Un buen capítulo, más Trántor, por favor 😉

    PD: Me da un poco de miedo esa Estrella de la Muerte que se avecina. Espero que sirva para plantear un dilema ético y no solo para mostrar quienes son los más malos.

  2. Hola Nexus, gracias por comentar una vez más! Claro pero, entonces, a ver si estamos de acuerdo: si me dices que Raych debía salir de allí y la cosa se torció porque prefirió sacar a Gaal, significa que la ejecución de Raych (tal como lo entiendo), justamente, no era parte del plan, sino consecuencia de que el mismo se alteró en una parte. La duda mía es si esa “alteración” no estaría prevista también por Seldon. ¿Se entiende?
    Gracias por el valioso aporte de siempre y coincido en que la trama de Trantor es alucinante. Un saludo y que estés bien!

    • No creo que haya una manera lógica de justificar que Seldon pudiera prever que Gaal iba a entrar en la habitación justo cuando Raych lo mataba. Ni siquiera podría haber previsto que Raych y Gaal iban a tener una relación. Ya sabemos que la Psicohistoria no puede predecir actos individuales.

      Yo creo que la intención era que Raych acabase en la cápsula y Gaal en Términus. Pero supongo que más adelante contarán algo más y saldremos de dudas.

      • Claro, exacto, a la psicohistoria le escapa lo individual y por eso es que me da la impresión de que si bien la muerte de Seldon estaba en los planes (porque es decisión de él mismo y es capaz de evaluar sus consecuencias), la de Ryach no. Pero, sin embargo, Seldon, en su momento, había sido capaz de prever que los iban a arrestar al otro día y así se lo dijo a Gaal, lo cual, en principio, escaparía también a la lógica de la psicohistoria. Pero bueno, tal como dices, veremos qué nos cuentan más adelante

  3. Me gustan los libros de Asimov, en cuanto a la serie, me agrada aunque no me convence del todo, hay demasiadas diferencias, pero creo que al final son necesarias para hacer llegar a las masas sus novelas, que no es que sean aburridas, pero si siento que no son para todos. Veremos que mas pasa y sobre todo, como mencionan en el análisis, el papel de Demerzel me intriga, si es quien debe ser, podrían adaptar no solo el ciclo de trantor, sino prácticamente todo el universo de Asimov.

    Saludos

    • Hola José, muchas gracias por comentar:
      coincido totalmente en que es muy difícil llevar el mundo de las novelas a la pantalla sin cambios. Tal como dices, no es que sean aburridas, nada más lejano, sino que están concebidas como literatura y el propio Asimov así se ha encargado de manifestarlo en más de una oportunidad. Y en cuanto a Demerzel, creo que de a poco nos van a ir dando datos para seguir uniendo cabos y que, en efecto, se enganche con lo que viene después. Si has visto el episodio siguiente, creo que hay alguna punta más al respecto.
      Gracias nuevamente por el aporte y estás invitado a seguirlo haciendo en próximos análisis. Un saludo y que estés bien!

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