Por estos días Netflix ha estrenado Miércoles (en breve nuestro análisis en esta web), serie que, desarrollada por Tim Burton, redescubre a uno de los personajes más queridos y emblemáticos de La Familia Addams, de la cual oficia como spin-off . Oportunidad inmejorable para repasar en esta sección el remake que de la serie sesentera hiciera Barry Sonnenfeld a principios de los noventa.
Tal vez no todos sepan que La Familia Addams (Los Locos Addams para América Latina) nació en realidad en el cómic y originalmente no tenía apellido. Fue al ser llevada a serie televisiva por ABC en 1964 que se decidió darle el de su autor Charles Samuel Addams, así como nombres diferentes a los personajes. El estilo de humor que encarnaban era muy de la época: parodia de familia tipo de clase media americana en un contexto absurdo que podía ser la prehistoria, el futuro, una isla desierta o, como en este caso, una lóbrega mansión gótica.
Cuando a principios de los noventa llegaron por primera vez al cine, era inevitable que fueran aggiornados a los nuevos tiempos, sobre todo a la comedia negra que venía dando buenos resultados desde finales de los ochenta con filmes como Bitelchús (Tim Burton, 1988) o La Guerra de los Rose (Danny DeVito, 1989), caracterizados por insertar el humor en situaciones siniestras o escabrosas: esa incorrección de reírse de lo que no se debiera y que justamente suele ser llamada humor negro.
Era impensable que a nadie se le ocurriera en tal contexto rescatar a La Familia Addams para un remake cinematográfico ya que, tanto estética como argumentalmente, la tendencia les calzaba como anillo al dedo. También era esperable que, en función de los tiempos, el humor negro de la historia original fuera llevado algún escalón más arriba, haciéndolo menos inocente.
Alcanza con ver la primera escena en que, desde su tejado, los Addams están a punto de hacer caer algún potaje poco amistoso sobre un grupo de vecinos que entona villancicos navideños a sus puertas. Esa escena no se continúa y no hay forma, por lo tanto, de saber si alguien quedó ciego, con llagas de por vida o directamente murió. Así, precisamente, funciona el humor negro; la hilaridad nace del carácter inconcluso de las situaciones y no sería tal si tuviéramos a la vista las consecuencias de las mismas.
Elenco Nuevo para Personajes largamente conocidos
Originalmente el proyecto del remake nació de la productora Orion, que tenía en su poder los derechos de la serie original, pero sus problemas financieros llevaron a que fuera acabado por Paramount, siendo esta última quien se quedó con los derechos de distribución para América del Norte, mientras que Orion los retuvo para el resto del mundo.
La película estaba producida por Bonnie Arnold, que venía de ser productora ejecutiva en la oscarizada Bailando con Lobos y desarrollaría después vasta trayectoria en el cine de animación para Disney, Pixar y DreamWorks. La dirección corría por cuenta de Barry Sonnenfeld, que debutaba en tal menester, pero acreditaba larga carrera como director de fotografía a través de títulos como Tira a Mamá del Tren, Cuando Harry conoció a Sally o Misery.
La historia, que se inicia en navidad y termina en Halloween, echa mano, por supuesto, de los personajes clásicos de la serie, siendo los roles principales ocupados por Raúl Juliá como Gomez Addams (Homero para América Latina) y Anjelica Huston como Morticia.
Los hijos del matrimonio son interpretados por Christina Ricci en el rol de Miércoles (Merlina para América Latina) y Jimmy Workman en el de Pugsley (Pericles para América Latina). La primera venía de un debut cinematográfico como hija de Cher y hermana de Winona Ryder en Sirenas (Richard Benjamin, 1990); el segundo era un completo debutante que ni siquiera se había presentado al cásting sino que acabó seleccionado por casualidad tras haber acompañado a su hermana (Ariel Winter) a audicionar para el papel de Miércoles, en que finalmente no quedó.
La artista de teatro vanguardista Judith Malina es quien da vida a la excéntrica abuela y será posteriormente reemplazada en la secuela por Carol Kane: particularidad especial del personaje el que, entre pantalla chica y grande, haya sido interpretado por cinco actrices diferentes y la única que lo ha repetido en el cine es Bette Midler, dándole voz en las versiones animadas de 2019 y 2021.
Lurch, el mayordomo de cadavérico aspecto que es uno de los pocos que tiene un nombre atinado para América Latina (se le conoce allí como Largo, lo cual capta bien la similitud fonética entre “lurch” y “large”) es encarnado por Carel Struycken, mismo que diera vida al señor Homn en la serie Star Trek: La Nueva Generación, en la cual, sumadas todas sus apariciones, tenía solo una línea de diálogo. No es muy diferente aquí pues, al igual que en la serie de los sesenta, el mayordomo de los Addams siempre responde con expresiones aisladas o monosílabos guturales en tono de quejido. Y toca el clavicordio, por supuesto…
También está presente Cosa (conocido como Dedos para América Latina), quien, al igual que en la serie, es una mano sin cuerpo, pero en lugar de estar dentro de una caja o en el buzón recibiendo la correspondencia, se desplaza libremente por todos lados caminando sobre sus dedos merced a la tecnología digital. Solo como guiño, en un momento del filme en que, caídos en desgracia, los Addams se ven obligados a buscar trabajo, aparece desempeñándose para una conocida compañía de correos.
No puede faltar Eso Addams, personaje indefinible que es básicamente una catarata de pelos y habla una lengua absolutamente ininteligible salvo para su familia. En la más desacertada de las traducciones para Latinoamérica, es rebautizado como Tío Cosa, lo cual no solo le cambia el parentesco (es Cousin-Itt en el original, algo así como “primo eso”), sino que además crea confusión, justamente, con Cosa.
¿Y qué pasa con el Tío Fétido (Tío Lucas para América Latina)? Pues si lo he dejado para el final es por algo y es que la película comienza con su personaje desaparecido desde hace ya veinticinco años en el Triángulo de las Bermudas y luego de un conflicto familiar que lo enfrentara con su hermano Gomez por una cuestión de herencia. Es una ausencia fuerte, pero con un lugar central en la historia que se cuenta.
La Historia
Un abogado inescrupuloso llamado Tully (Dan Hedaya), del cual los Addams son clientes, ha descubierto que en alguna parte de la casa la familia tiene guardado un tesoro en doblones y, dado que él se encuentra en serios problemas y acuciado por deudas, ve tentadora la posibilidad de sustraérselos en caso de lograr averiguar dónde lo ocultan.
Y aquí es donde entra a jugar el Tío Fétido, pues Abigail Craven (Elizabeth Wilson), la usurera a quien Tully debe dinero, tiene un hijo adoptivo algo tonto al que llaman Gordon (Christopher Lloyd) y que, de acuerdo a las fotografías que pueden apreciar, es un calco del desaparecido pariente de los Addams. En complicidad con su esposa Margaret (Dana Ivey) y con la propia Abigail, la idea de Tully es introducirlo en la casa a través de una falsa sesión de espiritismo para hacerlo pasar por Fétido con la doble finalidad de que descubra los doblones y pueda además quedarse con la propiedad del inmueble al ser Fétido hermano mayor de Gomez y, por lo tanto, principal heredero.
El engaño comienza funcionando bien, pero no todo lo deseado. Gordon es torpe y las costuras se le notan cada vez que desconoce algún hecho del pasado e intenta camuflarlo como amnesia. Y Miércoles, ya desde un principio, intuye que no es él y poco a poco irá convenciendo de ello al resto de la familia.
Pero allí no acaba la cuestión, sino que Fétido, además, está cada vez más cómodo entre ellos, con quienes se siente mejor tratado y contenido que con su familia adoptiva. Ello le lleva a dudar de seguir adelante con el plan que le han encomendado y anuncia además un giro final sobre el que nada diré, pero que cambia lo que parecía.
Logros y Debilidades
Habíamos antes dicho que la experiencia previa de Sonnenfeld venía labrada como director de fotografía. Y se nota, ya que es en la parte estética donde obtiene sus mayores logros: es cierto que se advierten intentos por emular a Burton, pero no era eso algo fácil de evitar en esos años. En cambio, se nota que todavía no le sienta del todo cómoda la silla de director propiamente dicho, algo que irá puliendo más tarde (recordemos que será el responsable de Men in Black, de la cual pueden leer aquí nuestro retro-análisis).
Como ya fue dicho, la película apunta a subir de tono el humor de la serie original, pero no siempre lo logra con éxito. Hay, sí, escenas verdaderamente hilarantes como la representación teatral en la cual Pugsley y Miércoles fingen un combate de espadas y se cercenan miembros entre sí mientras la supuesta sangre mana a chorros y baña al auditorio. Me desternillé en el cine cuando la vi hace más de treinta años y lo he vuelto a hacer en cada nuevo visionado.
También se deja entrever una mayor asociación entre las torturas tan caras a la familia Addams y los hábitos sadomasoquistas, tal como se aprecia cuando Morticia, contrariamente a lo buscado por sus torturadores, goza con el potro de tormento. O cuando Miércoles disfruta torturando a su hermano Pugsley, cuyo sometimiento, sin embargo, no parece tan involuntario. Es en esos detalles donde el filme consigue sus puntos más altos…
El problema es que el guion (Tab Murphy, Bob Tzudicker y Noni White) es demasiado simple y falta la situación de gag con que la serie nos bombardeaba permanentemente: los mejores momentos de equívoco se producen cuando los Addams llevan su mundo fuera de casa, algo que en la serie prácticamente no ocurría pues, como buena sitcom que en definitiva era, todo se resolvía muros adentro.
Anjelica Huston calza perfecto en el rol de Morticia y lo mismo Raúl Juliá en el de Gomez, aunque por momentos este luce innecesariamente sobreactuado. Como en la serie, él tiene especial debilidad por las lenguas latinas y suelta cada tanto expresiones en español o italiano, además de excitarse particularmente cuando ella habla en francés.
Están también, desde ya, los momentos de baile tan típicos de la pareja y que aquí incluso son llevados más allá, como cuando Gomez y Fétido ( o Gordon) bailan la mamushka; también están las escenas de esgrima, disciplina en la cual Gomez siempre ha sido experto. Eso sí: no se entiende a qué va tanto salto mortal ni acrobacia, tanto en las partes de danza como en las de lucha, al punto que por momentos parece más un anticipo de Matrix que un homenaje a La Familia Addams.
Christopher Lloyd muestra la solidez habitual, aunque las características mismas de la historia vuelven por momentos a su personaje algo insoportable al forzarlo a hacer tonterías propias de su condición mental. Y sobre el final, por suerte, le vemos encender una bombilla eléctrica con la boca, toda una marca suya registrada en la serie.
Pero si tenemos que otorgar las mayores palmas a alguien, es sin duda a Christina Ricci que, con apenas diez años o tal vez ya once, logra darle a su personaje una rigidez que, lejos de ser inexpresiva, raya claramente en el sadismo. Hay un velo de permanente tristeza en su semblante, pero también de perversión.
Lo que sí se parece a la serie original es que la historia termina en definitiva siendo una celebración de la familia: los esposos Addams pueden ser siniestros pero aman a sus hijos y, en el balance final, la suya es, para los cánones socialmente aceptados, una familia bien constituida aun cuando, inversamente, no encajen por igual en los gustos que se suelen considerar aceptables.
En otras palabras, los valores tradicionales no se contradicen necesariamente con lo que suele ser sindicado como morboso, sádico o siniestro: quizás, por el contrario, hasta vayan a la par y allí reside la principal crítica social contenida en el filme.
Una pena, por cierto, que no hayan recurrido a ninguno de los personajes de la serie original aunque más no fuese para algún cameo (al menos tres seguían vivos en ese momento), pero en los noventa todavía no era ello una práctica habitual: hoy, en cambio, se impondría como casi obligatorio y, de hecho, la propia Ricci tiene un papel secundario pero importante en la serie que Tim Burton dedica a Miércoles.
La música, a cargo de Marc Shaiman (Misery, Cowboys de Ciudad, Patch Adams, Hairspray), cumple y se complementa bien con la propuesta estética: recuerda mucho (una vez más) a las bandas sonoras de los filmes de Burton, sobre todo en esas melodías a mitad de camino entre navideñas y siniestras con notas campanilleantes muy reminiscentes de los ballets de Tchaikovsky. De modo análogo a lo que decíamos sobre el elenco original sobreviviente, también aquí es una pena lo poco que suena el leitmotiv de la serie de los sesenta.
Valoración Final
La Familia Addams es un remake que cumple bien en traer de regreso a personajes tan queridos e icónicos para el público y, sobre todo, en adaptarlos a los noventa. Aun cuando la historia sea demasiado simple y los momentos de humor menos copiosos que en la antigua serie, se deja ver y entretiene.
Sonnenfeld paga en parte el precio de un debut en el cual no tiene aún aceitadas sus herramientas como director, las cuales mostrará mucho mejor en la secuela de 1993, a mi juicio más lograda y de la que ya habrá seguramente tiempo de hablar en esta sección (por cierto, Morticia hace sobre el final un anuncio que da claro pie a la misma).
Nos entrega, además y sobre todo, a una soberbia Christina Ricci que, como suele ocurrir con tantos actores que se lucieron a temprana edad en los noventa (Anna Paquin, Anna Chlumsky, Macaulay Culkin), no mostró en años posteriores un crecimiento actoral acorde a lo que parecían anunciar sus inicios. Quizás lo más valioso del remake de Sonnenfeld sea llevar a las jóvenes generaciones a redescubrir el material original, por cierto mejor homenajeado en el filme animado de 2019 (aquí nuestra crítica).
Será hasta la próxima, lo cual quizás sea en breve si, como pienso, están siguiendo la serie Miércoles, de cuya primera temporada haré análisis en estos días. Hasta entonces y sean felices…
Tengo que reconocer Rodolfo que la primera vez que la vi no me gustó demasiado, pero me ha ido ganando puntos con los diferentes visionados. En octubre las volví a ver ya que estaba cerca el estreno de la serie miércoles. Si sabia lo del nombre de Merlína y Dedos para Miércoles y Cosa, pero no me figuraba que en Latinoamérica le cambiaran el nombre a Gomez cuando ya de por si tenia un nombre latino por el de Homero, jejeje. Ayer precisamente leí una anécdota donde según el guion al principio Fetido no iba a ser realmente Fetido pero que se quedaba con ellos, y que al final decidieron cambiarlo y hacer que si fuera el tio Fetido que había perdido la memoria. Espero pronto la reseña de la 2ª parte.
Hola Juan: gracias por comentar! El tema de la traducción de los nombres (no hablo solo de esta serie, sino en general) da para un artículo aparte y no lo estoy diciendo por decirlo eh: va en serio, jajaja… Ya llegará, como también el retro-análisis de la segunda parte, espero que pronto. No sabía lo de que no pensaban finalmente revelar al tío Fétido como el verdadero aunque sí lo suponía porque la forma en que se hace esa revelación es apresurada y no hay un camino que lleve hacia ella: da la impresión de que fuera un cambio de guion a último momento.
Gracias como siempre por el valioso aporte y hasta cualquier momento. Un saludo!