Bienvenidos, auténticos creyentes, a La Tapa del Obseso, la sección de Raúl Sánchez.
La depresión
La depresión no es ver que hay cosas que están mal en el mundo. Eso lo ve cualquiera, y la mayoría de gente no está deprimida. La depresión es más bien lo que pasa cuando no ves las cosas buenas que hay a tu alrededor. Si no ves lo bueno de tu alrededor no vas a tener motivos para hacer nada. Total, para qué, si nada puede cambiar a mejor, todo es gris, todo es plano, todo huele mal. Y nada tiene arreglo. La conclusión del deprimido es siempre la misma: no haré nada, ya que no puedo cambiar nada, todo es una mierda y no puede ser de otro modo.
En el mundo superheroico hemos tenido a gente deprimida incluso llegando al alcoholismo (del que más se habla siempre es de “El demonio en la botella” de Iron Man). Gente tan chistosa como Spiderman tuvo épocas en los 90 de pegarse un tiro leyendo sus cómics, con esos pensamientos obsesivos, depresivos, amargados y casi rozando lo suicida. Es decir, que para nada es algo raro: recurrir a las decepciones, a querer dejar de ser un superhéroe, a abandonar las mallas o cosas así son la cosa más habitual del mundo.
Normalmente la inevitable vuelta al ruedo suele venir por algo así como un evento que ocurre en sus nuevas vidas que les hacen darse cuenta de lo necesarios y útiles que son. Salen de la depresión volviendo a sentirse útiles. Bueno, se vuelven a sentir útiles con cosas que ya hacían antes, yo qué sé. Digamos que aunque la parte de explicar cómo se cansan de lo superheroico suele estar más o menos bien contado la parte del retorno es más un “corre Lola corre que se nos acaban las páginas“.
J. Michael Straczynski y las estrellas
J. Michael Straczynski ha estado en muchos fregados. Estuvo detrás de Babylon 5, de la recién cancelada Sense8 y de una de las mejores etapas del cómic de Spiderman. Etapa la de Spiderman en la que cambió el origen mítico del personaje: los poderes de Peter Parker no los había obtenido por la radiación de la araña famosa…era la araña la que se los había transmitido. La radiación no tenía nada que ver. Spiderman pasaba de ser durante décadas un producto involuntario de la ciencia a ser un producto de la magia, con unas tramas llenas de magos, criaturas mágicas, explicaciones totémicas y antropológicas e incluso enemigos basados en el evolucionismo. Algo tan polémico lo hizo de un modo tan bien pensado, tan interesante y, curiosísimamente, con tanto sentido a todo lo que sabíamos en el cómic hasta ahora que fue un éxito de crítica y público. Sí, le cambiaron el origen al mismísimo Spiderman y hubo aplausos generalizados. Es más, el autor dio una explicación del porqué la araña quiso pasar los poderes totémicos y mágicos a Peter…no fue casualidad ni azar. De todos los chavales de la exposición Peter Parker tenía algo único, que no era ser inteligente. Era ser un friki apaleado. La araña le escogió porque el friki apaleado siendo adolescente se odia tanto a si mismo que si tuviera poder no permitiría nunca volver a pasar por lo mismo, por ser cazado, acosado. Y no lo permitiría con una intensidad que alguien que no ha sufrido acoso en el colegio no podrá alcanzar nunca. Sería el superviviente perfecto. Ojo a lo que Straczynski quiere transmitir con todo esto.
Hoy hablaremos de un tomito que ha salido en España con guión suyo publicado por ECC de Superman. Se llama “Con los pies en la tierra”. Y empieza por donde hemos empezado esto: Superman está deprimido. Ha visto cómo ha perdido de nuevo a su planeta natal, que creía perdido. Una mujer le pega diciéndole que su marido ha muerto por un tumor que él podría haber curado con sus rayos X. Y que aunque Superman no puede salvar a todos y no puede estar en todos los lados resuelta que casi nunca está donde hace falta. Abajo. No en las galaxias dándose de punchos con a saber qué.
Más allá de que esto pueda o no tener sentido para alguien como Superman, éste se replantea las cosas. E inicia una caminata por Estados Unidos para conocer a pie el país en el que creció. Para conocer los problemas diarios, el día a día del ciudadano de a pie. Va andando. Por las carreteras. Comiendo en bares. Pegándose con abusones de colegio. Intimidando a acosadores de chicas. Y hablando con una suicida…pero la parte de la suicida la dejamos para el final.
La búsqueda de otro día feliz más
Podríamos habernos quedado en una búsqueda de los Estados Unidos de a pie, con montones de historias vergonzosamente normales, pero se ha querido meter elementos clásicamente superheroicos como alienígenas, supervillanos que están detrás de conspiraciones, viajes al futuro y un encaje más o menos digno a todo ello. Vemos a Lois Lane reflexionar sobre el feminismo y sobre el hecho de que ella haya hecho su carrera a la sombra de un hombre o una lucha entre el viejo periodismo y el nuevo periodismo de los blogs por parte del mítico Perry White. Vemos dudas morales en Superman, algo que sí que debe ser rarísimo de ver, pero que tiene sentido en esos momentos depresivos que está pasando. Aparece, como no, Batman para recordar a Superman quién es. Y quizás esta búsqueda de la respuesta a la depresión de Superman, a preguntarse si es necesario de verdad que haya un Superman, se resuelve de aquella manera. No de la peor de las maneras posibles, pero, una vez más, se recurre a hacerle sentir útil con cosas que ya hacía antes, con alguna palmadita anónima y poco más. Hay conspiraciones detrás que se dejan ver en casi todo el tomo, aunque al final acabamos, y yo esto lo agradezco, con un vuelo de Superman y un guiño a la cámara.
El tomo tiene sus altibajos y podemos decir que uno no pierde el tiempo leyéndolo. Lo que hace que valga cada euro y céntimo y puede que más son seis páginas. Es cuando, como hemos dicho antes, una mujer quiere suicidarse tirándose de lo alto de un edificio. Una mujer a la que se le ha muerto la madre y no puede soportar que el resto de su vida esté sola trabajando seis días a la semana hasta la jubilación. Que no aguanta que sus sueños de cambiar el mundo en el instituto terminaran en la realidad de tener un trabajo de mierda el resto de su vida.
Superman podría cogerla y bajarla, y ya está. Es el ser más poderoso del mundo. Pero no. La escucha. Escucha que le dice ella. No sólo espera su turno para hablar, creyendo que su contestación épica conquistará a todos, esto que tanto hacemos en España, con toda la chorrada insoportable que tenemos con los “zascas”. La escucha. La deja hablar. Responde a lo que ella dice, pero sin engañarla, sin mentirla, siendo honesto pero a la vez importándole ella. Espera mucho tiempo a que ella pueda hablar otra vez. Y no le da respuestas que llenen a alguien que quiere terminar con su vida. No las hay para esa persona, por eso intenta suicidarse. Y Superman, siendo Superman, le promete que respetará lo que haga. Y le ofrece la duda de la esperanza, que siempre es la duda de la vida. Kirby nos los anunció en su Cuarto Mundo: “La vida te hará dudar, ¡la Anti-vida te hará estar en lo cierto!”.
Y es que Superman es dios. Es el dios que podría hacer lo que quisiera en la Tierra, que se ha enfrentado a lo peor del universo y ha visto muchas de las peores miserias. Pero no se acaba de amargar ni de deprimir ni se convierte en un ángel vengador. A pesar de todo, es el dios que nos ama, que ve lo mejor de los demás incluso aunque éstos no tengan esperanza o no vean nada bueno en sí mismos. Podría hacerlo todo, y elige creer en la gente normal, algo que tantas veces se interpreta como algo de débiles o tontos. Pero es al revés. Hay que ser muy fuerte para hacer algo así. Las personas miserables jamás son capaces de hacerlo. Ni siquiera alguna vez de casualidad.
Son seis páginas para emocionarse, para volver a pensar que sí, que siempre hay esperanza para ver otro día feliz. Muy pequeña a veces, muy pequeña, pero existe. Y que estaremos a salvo. Que Superman, sin existir en la misma realidad que nosotros, puede salvarnos otra vez.
Sed felices.
Articulazo de Raúl. Felicidades.
Magnífico post Raúl. Voy a intentar hacerme con el tomo. Me ha recordado a cuando Superman logró redimir a Lex Luthor en “All Stars Superman”. Se ve que “J. Michael Straczynski” toma lo que de verdad significa Superman, su carácter inspirador, que nos llama a sobreponernos a los golpes de la vida y tratar de vivir con dignidad, dando lo mejor de nosotros.
Un abrazo.
Gracias a los dos. 🙂
Superman no existe, ni ha existido, ni existirá mas que en la imaginación de los hombres (¡Vaya, lo digo como si alguien no lo supiera a éstas alturas!).
Si, Superman es Dios andando sobre la Tierra. Pero no olvidemos que hace muchos años, en la historia de éste mundo real, Dios si pisó ésta Tierra y le hemos rechazado y nos hemos olvidado de El (No, Jesús de Nazaret no era un “profeta” ni un “maestro espiritual” mas al uso. Profundicemos un poco mas en el testimonio histórico que nos narra la Biblia. Contrastémosla con historiadores reconocidos de la época como, por ejemplo Flavio Josefo, y saquemos conclusiones). Superman es un mero imitador de Jesucristo. Y esa esperanza que el representa está reflejada en esa, llamémosla “analogía paródica” que es Superman, que representa esa esperanza que tanto necesita la humanidad, que necesitamos todos, en definitiva.
“Superman: Con los pies en la Tierra”: Buena historia de Straczynski , dibujo en algunas partes algo irregular. Estoy totalmente de acuerdo en esas magníficas seis páginas con la chica suicida. Enternecedoras las del niño y su madre maltratados. Muy buena la reseña, por cierto.
Gracias. Sí, es cierto que el dibujo da muchos altibajos y es una auténtica pena.