Bienvenidos al análisis de “Los afortunados” duodécimo capítulo de la temporada once de The Walking Dead, donde se sientan las bases del futuro enfrentamiento entre los supervivientes que se quedaron en Alexandria y los que se han asentado en la Mancomunidad. Además de descubrir, ahora con todos los detalles, al villano de esta temporada.
Aquí puedes ver los análisis de los episodios anteriores de The Walking dead
El capítulo empieza con Max (el verdadero nombre de la Stephanie real) explicando a Eugene como logró hacerse con una radio y como empezó a hablar con él. Hasta que su hermano Mercer la descubre y le advierte de que Lance Hornsby está al corriente de estas trasmisiones, aunque no sabe quien es la mujer que habla. Cuando Max ve a Eugene feliz con la otra Stephanie en la Mancomunidad prefiere no decir nada, tanto para no hacer la puñeta a Eugene como para mantener un perfil bajo y no llamar la atención. Pero explica a nuestro protagonista que Lance Hornsby tiene planes para las comunidades, aunque no están del todo claras sus intenciones. De todas maneras, el pobre Eugene está tan hecho polvo que se comporta como un borde con Max.
Lance y Pamela inician un viaje para conocer a fondo las comunidades y ofrecerles aliarse con la Mancomunidad, pero como veremos, las opiniones en Hilltop, Alexandria y Oceanside son muy distintas. Llevan con ellos un gran contingente de seguridad donde están Mercer y un Daryl ya integrado en el cuerpo militar de la Mancomunidad. El primer lugar que visitan es Hilltop, donde Aaron está más que dispuesto a llegar a un acuerdo ya que ve en esa alianza la única opción de poder prosperar.
Continúan su tour y van a Oceanside donde conocen a Rachel, quien les habla de su comunidad y les muestra sus dudas acerca del acuerdo. Al final llegan al compromiso de asociarse con la Mancomunidad si Maggie lo hace, por respeto a ella y dado la especial relación que tienen con Alexandria.
En el camino hacia Alexandria se cruzan con una horda de zombies y se encuentran con Maggie en modo Terminator acabando con ellos, con una pequeña ayuda de su viejo amigo Daryl, con quien se funde en un enternecedor abrazo. Maggie habla con Aaron y Daryl ya que no entiende porque confían en estas personas. La respuesta es sencilla, de momento han cumplido con su palabra y tener una comunidad tan grande de aliados solo puede ser una buena idea.
Lance propone irse de cacería y Pamela ordena que hagan parejas para minimizar el ruido y le pide a Maggie que la acompañe. Las dos líderes se sinceran la una con la otra y dejan claras sus diferencias. Pamela dice que su única preocupación es la seguridad de su gente, algo en lo que podría ayudar el acuerdo con las nuevas comunidades. Pero Maggie considera a Pamela una autócrata dado que tiene una serie de privilegios que la líder de la Mancomunidad cree que se ha ganado por la posición de responsabilidad que ocupa. La líder de Alexandria no considera eso justo ya que prefiere ejercer el mando dando ejemplo a seguir, sin estar nunca por encima de la gente.
Ya en el asentamiento, Lance dora la píldora a Maggie, ofreciendo visiones de un futuro mejor en el que una alianza de comunidades se haga realidad y permita a la humanidad volver a vivir de manera civilizada. En ese momento llega un enjambre que es eliminado con facilidad gracias a los hombres armados de la Mancomunidad, que al acabar la batalla marchan al son que les marca Mercer, incluido Daryl, algo que deja atónita a Maggie y parece que inclina la balanza en su decisión. No aceptaran la alianza ya que prefieren seguir viviendo de manera independiente. Y esto tiene consecuencias, ya que esa decisión hace que ni Hilltop ni Oceanside puedan aliarse tampoco con la Mancomunidad ya que la decisión de Pamela es clara. O todos o ninguno.
Daryl se despide de Maggie, pero no se irán solos: Dianne y otros deciden marcharse a la Mancomunidad. Respetan a Maggie, pero buscan seguridad. Lance está muy enfadado por no conseguir la adhesión de Hilltop y Oceanside. Aaron le pregunta si el pacto con Hilltop sigue adelante y Lance, mintiendo como un bellaco le dice que sí, que mandarán a más gente y que van a reconstruir el mundo.
Mientras, en la Mancomunidad
Ezekiel sigue con su tratamiento y se lleva una grata sorpresa cuando le dicen que le van a operar ya mismo. Cuando Carol va a verle se hace la tonta, pero él logra sonsacar a su amiga, que le confiesa que está haciendo encargos para Lance y que eso ha hecho que Ezekiel haya subido en la lista de espera. Al enfermo no le parece nada bien, pero al final acepta operarse, de todas maneras, lo hecho echo está y mejor eso que morirse.
Por otro lado, Rosita se encuentra con Eugene y le confiesa que, aunque no había pensado en ser policía, al menos se conforma con que estén todos juntos y a salvo, a pesar de la perdida de libertad que eso pueda suponer. Eugene por su parte le cuenta que Stephanie no había desaparecido, sino que había roto con él. Pero prefiere guardarse el secreto de Max…
Eugene va a ver a Max para disculparse con ella por haber sido un borde y ella le muestra lo dolida que está por el hecho de que no supiera reconocer a la impostora, pero él le explica que quería que fuera real porque nunca había tenido la suerte de tener una relación así. Al final ambos hacen las paces y se demuestra la química que tienen, esa que ya habíamos visto en las conversaciones por radio y esa que va a permitirles encarar el futuro juntos con optimismo.
Valoración del episodio
Estamos ante un capítulo con poca acción que sirve para dejar claras muchas cosas. El recurso del tour por las distintas comunidades está muy bien pensado ya que de esta manera nos muestran en que situación se encuentran todas las localizaciones de la serie y en que punto se encuentran con respecto a la trama general a la hora de aceptar o no la proposición de la Mancomunidad.
Da mucha ternura ver al pobre de Aaron intentar ganarse el favor de Pamela y Lance y como cae en las garras de este último sin darse cuenta. Por el contrario, la manera de actuar y la decisión de Maggie ya no nos sorprende. Los capítulos anteriores han ido mostrando como se ha ido endureciendo su carácter y como le cuesta cada vez más confiar en los demás.
También hay que hablar de la dicotomía que se establece entre Maggie y Pamela y sus distintas maneras de enfrentarse al liderazgo. Pamela no tiene ningún problema en defender sus privilegios, pero a la vez deja claro que por encima de todo su objetivo es el mismo que el de Maggie. La presidenta de la Mancomunidad quiere proteger lo que tienen adoptando una actitud muy conservadora ya que hasta el momento no le ha ido tan mal, aunque como hemos visto, está latente el peligro de los disidentes. Esta postura tampoco es muy distinta de la de Maggie ya que ella también busca sobre todo defender a los suyos y también desde una postura conservadora, aunque en su caso en más por desconfianza que por otra cosa.
Si las posturas de las dos jefazas son más o menos la misma. ¿Dónde está el problema? Pues en un Lance Hornsby que tiene una visión mesiánica del futuro y que no va a dudar en engañar, traicionar y apuñalar por la espalda a quien se le ponga por delante.