En Santa Mónica, California, y a los ochenta y siete años, nos dejó Louis Gossett Jr., cuya vasta trayectoria de siete décadas en teatro, cine y tv le llevó a ganar los principales galardones, incluido un premio Oscar. Su primer gran éxito lo tuvo con la miniserie Raíces, pero sería el sargento Foley, de la película Oficial y Caballero, el personaje que quedaría para el público como más icónico y recordado. Desde 2010 padecía cáncer de próstata, pero siguió actuando hasta su final, que tuvo lugar este viernes.
Con el nombre de Louis Cameron Gossett, pero conocido artísticamente como Louis Gossett Jr. (adoptó el “junior” como homenaje a su padre), había nacido un 27 de mayo de 1936 en Coney Island, Brooklyn, New York, hijo de un portero y una enfermera. En su adolescencia parecía que su futuro fuera a ser el baloncesto, pero una lesión cambió inesperadamente y para bien el rumbo de su vida, ya que a partir de la misma optó por ocupar su tiempo libre con la actuación.
Y también ello fue casualidad, pues no había asistido a ninguna escuela de arte escénico, pero alguien apareció un día en su escuela secundaria a la búsqueda de un adolescente afroamericano que necesitaban para una obra de teatro y no encontraban en los institutos de formación actoral.
Con solo diecisiete años, por lo tanto, Louis debutó en Broadway con la obra Take a Giant Step (1953), cuya buena recepción, al igual que su trabajo, sirvieron para que siguiera actuando en otras puestas teatrales durante los cincuenta y sesenta, llegando incluso a incursionar en musicales y hasta escribiendo junto nada menos que a Richie Havens la canción pacifista Handsome Johnny, que se convirtió en sencillo de éxito para el reconocido cantautor. Les dejo una versión en vivo en que la interpretan juntos en 1987.
Ello le abrió incluso la puerta para una carrera musical que, bajo el nombre Lou Gossett, le llevó a grabar tres álbumes en una línea folk introspectiva y contestaria muy deudora de Pete Seeger, pero con una impronta negra evidente en sus toques de blues. Les dejo aquí completo uno de los mismos por si quieren echarle oído…
En 1971 tuvo su debut cinematográfico, aunque a medias, ya que la comedia en que actuó (Skin Game, de Paul Bogart), acabó en ese momento por no ser estrenada y lo haría recién en 1989. A pesar de la frustración, tuvo ese año su debut televisivo en un episodio de la legendaria serie Bonanza y volvería a repetir unos años después junto a Michael Landon en un capítulo de La Casa de La Pradera.
Su debut formal en cine fue Viajes con mi Tía (George Cukor, 1972), película que adaptaba la novela homónima de Graham Greene y cuyo rodaje le impidió participar ese mismo año de Hermanas, filme de Brian De Palma que sería estrenado en 1973 y en el cual debió desistir de participar a pesar de que el prestigioso director le quería para un papel protagónico.
Su primer gran impacto, no obstante, lo consigue en la TV con Raíces (1977), miniserie que, basada en el best seller de Alex Haley, marcara época y constituyera todo un éxito tocando temas de esclavitud y racismo que hasta el momento eran casi tabú para el medio. Allí interpretó al recordado personaje Fiddler, violinista esclavo que se convertía en amigo y confidente del personaje principal Kunta. Esa actuación consiguió tan buena acogida que hasta le valió un Emmy, premio para el que volvería a ser nominado otras ocho veces.
Pero si hablamos de cine, su papel consagratorio y el personaje por el que más sería recordado lo tendría en Oficial y Caballero, película de 1982 dirigida por Taylor Hackford (conocida en América Latina como Reto al Destino) en la cual compartía cartel con Richard Gere y Debra Winger. Allí componía al tan inolvidable como odioso sargento Emil Foley, instructor de marines para cuyo rol debió prepararse en una academia militar donde se instaló prácticamente a vivir durante seis meses: lo que se dice un actor comprometido con sus personajes.
Su interpretación fue tan convincente que le valió hacerse con el Oscar como mejor actor de reparto, convirtiéndose así en el tercer afroamericano en recibir la preciada estatuilla y primero en esa categoría pues Hattie McDaniel (por Lo que el Viento se llevó) y Sidney Poitier (por Los Lirios del Valle) lo habían ganado respectivamente como actriz de reparto y actor principal. También ese mismo año y por esa actuación se hizo acreedor al Globo de Oro.
“El sargento Foley de Lou Gossett – señaló el director Taylor Hackford tras conocerse la noticia del fallecimiento – puede haber sido el primer personaje negro en la historia del cine en tener autoridad absoluta sobre los personajes blancos. La Academia reconoció su actuación consumada otorgándole un Oscar al mejor actor de reparto. Definitivamente se lo merecía…”
“Se mantuvo en el personaje todo el tiempo – agregó su compañero de elenco Richard Gere -. Creo que nunca lo vimos socialmente. Era el instructor las 24 horas del día y eso se notaba claramente en su actuación. Manejó cada escena en la que estuvo”.
Ese papel cambió por completo su carrera, ya que a partir del mismo le llovieron ofertas laborales más importantes y, de hecho, su imagen de militar impactó tanto que volvió a ser convocado para papeles en esa línea, como el coronel “Chappy” Sinclair al que diera vida en Águila de Acero (Sidney Furie, 1986), película que venía a explotar la veta dejada por Top Gun y que tendría en su paso por los cines un respetable suceso, al punto de dar lugar a tres secuelas en todas las cuales estaría el actor presente.
Entremedio, no obstante, tuvo un par de trabajos también destacables, como el filme televisivo El Guardián (David Greene, 1984), un buen thriller en el cual compartía cabeza de elenco con Martin Sheen, o la producción cinematográfica Enemigo Mío (Wolfgang Petersen, 1985), donde hacía lo propio con Dennis Quaid en un filme que era claro homenaje a la película bélica Infierno en el Pacífico (John Boorman, 1968), interpretando Gossett allí a un alienígena que quedaba varado en un planeta inhóspito junto a su enemigo humano y debían, a pesar de la rivalidad, cooperar para sobrevivir.
También compartió cartel con Dolph Lundgren en The Punisher (Mark Goldblatt, 1989), primera adaptación a la pantalla del clásico antihéroe de Marvel. Y en 1991 obtuvo su segundo Globo de Oro, en este caso como actor de reparto en producción televisiva, por su interpretación de Sidney Williams en el filme La Historia de Josephine Baker.
En 2010 le fue diagnosticado cáncer de próstata, noticia a la cual él mismo se encargó de dar notoriedad pública a los efectos de que sirviera para aleccionar a otros sobre la necesidad de la prevención y de someterse a controles médicos rutinarios.
Ello, de todos modos, no le impidió seguir actuando, cosa que hizo prácticamente hasta su final. En la serie animada Batman prestó su voz a Lucius Fox, amigo de Bruce Wayne y director ejecutivo de la empresa. Y no fue su único roce con DC: en live action y ya octogenario, interpretó a Will Reeves en la aclamada serie Watchmen, de HBO (2019).
Su último papel en pantalla grande lo tuvo dando vida a Mr. Johnson en El Color Púrpura (2023), segunda adaptación cinematográfica de la celebrada novela homónima de Alice Walker y primera del musical de Broadway inspirado en la misma.
“Lamentamos comunicar que nuestro amado padre falleció esta mañana – reza el comunicado emitido este viernes por sus hijos -. Nos gustaría agradecer a todos por sus condolencias en este momento. Por favor respeten la privacidad de la familia durante este momento difícil”.
Los motivos del deceso no fueron especificados, así que de momento no se sabe si el mismo se produjo como secuela del largo cáncer que llevaba ya catorce años arrastrando o simplemente obedeció a causas naturales.
De lo que no caben dudas es de que se fue un grande de la actuación que hizo historia para la comunidad afroamericana en Hollywood a lo largo de nada menos que setenta años de carrera, una marca difícil de alcanzar. Y que nos entregó personajes de los cuales será difícil olvidarnos, como el sargento Foley. “Un tipo duro con un corazón de oro” le definió Richard Gere, uno de los primeros en rendirle homenaje.
Hasta siempre Louis, gracias por tu talento. Gracias por tanto…