A los 67 años y mientras dormía, se marchó Ray Liotta, dejando atrás de sí una vasta carrera que tiene seguramente a Uno de los Nuestros como título más emblemático, pero no el único. Hasta el último día estuvo trabajando.
Ray Liotta Había nacido en 1954 en Newark, New Jersey y, aun sin causas a la vista, nos dejó ayer, 26 de mayo de 2022, en Santo Domingo, República Dominicana, ciudad en la que se hallaba rodando la película Dangerous Waters.
Quizás no vaya a ser recordado a la altura de un Gary Cooper o un Sean Connery, pero fue también un actor de carácter (en lo personal, siempre me hizo acordar físicamente al también desaparecido Jeffrey Hunter) y su rostro era para el público tal vez más conocido que su nombre. De hecho, estuvo actuando hasta el final y dejó en agenda futura varios estrenos póstumos.
Fue hijo adoptado, cosa de la que se enteró bastante tarde y tras haber contratado a un detective privado para averiguarlo. Siendo sus padres adoptivos italiano y escocesa-irlandesa respectivamente, fue educado en la fe católica, siendo su introducción en la actuación obra del profesor de teatro de su escuela.
Tuvo un ascenso lento pero seguro, comenzando con la longeva serie Another World, que lo contó en su elenco entre 1978 y 1981, para luego saltar al cine con papeles menores hasta recibir la nominación al Globo de Oro como actor de reparto por Algo Salvaje (Jonathan Demme, 1987), conocida como Fin de Semana Salvaje en América Latina y en la que compartió cartel con Jeff Daniels y Melanie Griffith.
Su papel más recordado, sin embargo, será con toda seguridad el del gángster Henry Hill en la exitosa y aclamada Uno de los Nuestros (Martin Scorsese, 1990), conocida para América Latina como Buenos Muchachos y en la cual, sin quedarles muy a la zaga, tuvo compañeros de lujo como Robert De Niro y Joe Pesci.
También ha tenido, no obstante, otros papeles significativos, como el “beisbolista fantasma” de Campo de Sueños (Phil Alden Robinson, 1989). O el oficial de policía obsesionado hasta la psicosis con una mujer casada en Falsa Seducción (Jonathan Kaplan, 1992). O el ex marine condenado de por vida en la futurista Escape de Absolom (Martin Campbell, 1994). O el detective corrupto en Tierra de Policías (James Mangold, 1997), compartiendo cartel con un elenco coral increíble. O el oficial que se ofrece como carnada para atrapar a Lecter en Hannibal (Ridley Scott, 2001)…
Podríamos seguir: recordemos que se llevó en 2005 un Emmy como mejor actor invitado en serie dramática por su participación en ER y, como dijimos, estuvo trabajando hasta el último momento: no hace mucho lo vimos en la serie Hanna (analizada en esta web por un servidor) interpretando al odioso Gordon Evans, cerebro del perverso programa Utrax para convertir a niñas en máquinas de matar. También en Los Santos de la Mafia (Alan Taylor, 2021), película que funciona como precuela de la serie Los Soprano, cuya acción, además, transcurre en los suburbios de Newark, su ciudad natal.
Y lo veremos, incluso, actuar de manera póstuma en la serie Black Bird, a ser estrenada por Apple TV en julio, o en Cocaine Bar, película dirigida por Elizabeth Banks, también de próximo estreno. Además de, por supuesto, Dangerous Waters.
Conocida la noticia de su muerte, varios directores y actores se pronunciaron para recordarlo en las redes sociales, tales los casos de James Mangold, Jamie Lee Curtis, Rosanna Arquette, Jeffrey Wright y Lorraine Bracco, quien dio una definición más que contundente: “Puedo estar en cualquier parte del mundo y la gente se me va acercar para decirme que su película favorita es Uno de los Nuestros. Y cuando luego pregunta qué fue lo mejor de hacer esa película, mi respuesta siempre es la misma: Ray Liotta...”
Todo dicho. Una triste pérdida y un actor que dejó una marca quizás más fuerte que su nombre, pues podrá no ser para el gran público tan conocido como un Jack Nicholson o un Dustin Hoffman, pero a cada personaje que interpretó le supo poner su sello para que no quedara fácilmente en el olvido.
Gracias por todo y por tanto, Ray. Por los momentos que nos has dado y por tu legado, serás para siempre uno de los nuestros…