Bienvenidos sean a un nuevo análisis de El Cuento de la Criada. Como vamos con retraso, está vez hablaremos de los episodios ocho y nueve, en los Serena ha tenido un gran protagonismo tomando nuevos rumbos, y en los que pudimos ver interacciones entre personajes que nunca se habían visto de frente. Sin más preámbulos, entremos en detalles y SPOILERS
Análisis capítulo a capítulo de la segunda temporada de El cuento de la criada.
Análisis de la primera temporada de El cuento de la criada.
Análisis de la novela El cuento de la criada, de Margaret Atwood.
Trabajo de mujeres
El octavo episodio nos trae de vuelta los monólogos internos de June, y junto con ellos el desarrollo de la alianza entre ella y Serena. El romper las reglas juntas constantemente ha hecho que su complicidad se fortalezca, ambas están cediendo. June, aun con la insurrección que implica el escribir, está favoreciendo al Régimen y es consciente de ello; se siente culpable en el momento en que Emily dice que cualquiera que ayude a Gilead merece morir, y es justo ese remordimiento el que la lleva a interceder por Janine después de que esta la compara con quienes ejercen la autoridad.
En Serena se juntan dos factores, la empatía incipiente hacia June y su devoción hacia los bebés. Si alguien se puso en riesgo en este episodio fue ella y ya vemos cual fue el resultado. Es extraño compadecerte de un personaje que ha provocado tanto daño, pero es imposible no hacerlo con la interpretación de Yvonne Strahovski, al fin y al cabo en el momento en que el comandante la golpea se ve como una persona indefensa y sometida que nunca se había planteado que algo así podría sucederle. Sabes que sus ideas han provocado violaciones y muertes de mujeres y hombres inocentes, que ha maltratado a June durante toda su estadía en esa casa, que le ha negado la posibilidad de ver a su hija, y que además pretende quitarle su futuro hijo y criarlo como si fuera suyo; por todo esto, a pesar de que entiendo perfectamente porque nosotros como espectadores podemos sentirnos mal por ella, no entiendo por qué June lo haría. Comprendo que el momento la impactara y sintiera empatía, pero no que le ofreciera apoyo. El haber compartido unas cuantas noches de trabajo no le quita que sea la culpable de todos sus males.
Con respecto a Janine, encuentro un poco inverosímil tanta flexibilidad por parte de todos. En los primeros episodios era prácticamente imposible que las criadas tuvieran una conversación fluida sin agresiones de los guardas, y ahora charlan de forma cotidiana en el mercado y en medio de la calle, June incluso reprende a quien las vigila para que no intervenga en la crisis de Janine. Aparte de Serena que está en evolución hacía lo que la llevara probablemente a formar parte de la revolución contra Gilead, no veo porque los demás personajes cederían para que Janine viera a Charlotte/Angela; sabemos lo estricta y consagrada al Estado que ha sido desde siempre Tía Lydia, y lo desagradables que son los Putnam que no consideran que esa bebé sea hija de la criada, para ellos solo era un útero andante o una boca para hacer felaciones. No lo niego, es muy conmovedor verla con su hija en brazos cantando I Only Want to Be With You, pero dentro del panorama de Gilead no tienes sentido.
No puedo no comentar un detalle que me llamó mucho la atención, el momento en que Waterford expulsa a Serena del estudio. Para mí esto fue una referencia a Una Habitación Propia de Virginia Woolf. Fred la está despojando del lugar que ha hecho suyo y en el que en los últimos días le ha sido posible volver escribir y con ello recobrar su fuerza. Por último, hablemos de Eden. Esta niña es una bomba de tiempo y en algún momento va a dar muchos problemas, pero es que no hay manera de culparla: le lavaron el cerebro para que creyera que lo más importante en su vida era la aprobación de su esposo, y al no recibir lo que cree que necesita, se está llenando de frustración. Realmente creo que no leyó las cartas porque es demasiado devota, pero de ninguna manera va a olvidar que en ellas había algo que Nick quería mantener oculto a toda costa.
Inteligencia
El noveno episodio fue grandioso, ver como Serena vivió el contraste entre Canadá y Gilead me encantó. Creo que fue hasta que tuvo la libertad que perdió frente a sus ojos, que pudo dimensionar realmente lo oprimida que está y lo extraña que es la sociedad en la que vive. Esa visita va a lograr que deje de una vez por todas de justificar todas las restricciones que se le han impuesto, la mujer necesita desesperadamente escribir. El que Fred la obligara a acompañarlo en el viaje después de la paliza que le dio, fue lo mejor que podría pasarle, fue el acicate que necesitaba. Sé que parte de ella pensó en dejarlo todo y aceptar la propuesta del representante del gobierno americano. A propósito de esto, alguien por favor dígale a los estadounidenses que se inventen un gentilicio adecuado que los represente, porque los suramericanos y centroamericanos también son Americanos, es más, ni siquiera son Norteamérica. El subcontinente lo comparten con Canadá, México y Groenlandia.
Volviendo a la trama, démosle una ovación de pie a Nick. El hombre se portó a la altura, y debo admitir que dudé de él. Estaba convencida de que no le iba a dar a June el mensaje completo de Luke. Para él no debió ser fácil pero demostró que realmente la ama, se puso en un gran riesgo al entregar esas cartas, Fred estaba dudando de él hace unos cuantos episodios y con esto, seguro lo volverá a hacer, además cuando el rumor de las cartas llegue a oídos de Eden, ella va a hacer memoria, y con mayor motivo aún si desarrolla un vínculo con el nuevo guarda que hasta ahora es la única persona en esa casa que le da un mínimo de atención.
Luke y Moira me movieron bastante los sentimientos en este capítulo. La rabia e impotencia de tener en frente al violador y raptor de tu esposa, y no poder hacer nada al respecto es inimaginable, y más si encima te enteras de que ese hombre la embarazó. Puede que hayan ganado una batalla contra Gilead, pero a fin de cuentas June y Hanna continúan al otro lado de la frontera, y Waterford volvió sano y salvo a casa.
A lo largo de esta serie se me han empañado los ojos más de un par de veces, he tenido un nudo en la garganta durante varias escenas, pero por alguna razón fue Moira y el cartel con su nombre quienes me hicieron llorar de verdad. Luego de estar atada al papel de “Ruby” que le impusieron en Jezebel’s aún después de conseguir huir. Es muy poderoso y conmovedor verla sujetando ese cartel con su nombre real. Me parece muy valioso el valor que le da esta serie a la identidad.
June no se queda corta en su capacidad de conmovernos, la búsqueda de madrinas para su bebé luego de la noticia de que no le permitirían ni amamantarlo, fue una muestra de generosidad tremenda. No puedo describirla mejor, está pensando única y exclusivamente en el futuro de su hijo, preocupándose desde ya en qué tipo de persona va a ser, intentando garantizar su bienestar aunque ella no pueda verlo crecer. Esto me hizo reflexionar sobre el argumento ridículo de los homofóbicos cuando argumentan que un niño no puede ser adoptado por dos personas del mismo sexo porque necesitan un papá y una mamá. A lo largo de nuestras vidas tenemos varias figuras maternas y paternas aparte de nuestros padres, todo el tiempo estamos recibiendo influencias de personas cercanas con las que creamos vínculos estrechos que poco tienen que ver con lo genes que tengamos o no en común.
Aún nos quedan unos cuantos episodios para el final de temporada, pero se acerca. Estoy ansiosa por ver la evolución de Serena y las consecuencias del chasco en Canadá para Waterford y Gilead. Disfrute mucho la forma en que fueron expulsados. Por el momento no hay más que decir, que la fuerza les acompañe.
Un detalle en esta segunda parte es que hay ciertos asuntos de actualidad que en la serie se tratan de manera directa e indirecta. Me refiero a que es clara la postura que toma contra los vientres de alquiler (o venta de bebés). Hay tres momentos clave donde dicha postura se hace evidente de manera más o menos sutil. La primera y más obvia es las escenas en que Moira se ve obligada por circunstancias económicas a alquilar su vientre y vender el bebé para pagar sus deudas. Si en Gilead esta situación ocurre directamente bajo coerción y violencia física, no es menos cierto que la escena de Moira da a entender que en una situación de violencia económica como es su caso, pues se da exactamente le mismo resultado: se ve obligada a quedarse embarazada y vender el bebé. Se muestra el proceso de como Moira intenta distanciarse emocionalmente del bebé que gesta, pero esas últimas escenas cuando se lo llevan son desoladoras. Otro momento curioso es cuando en esa clínica impoluta y aséptica de Gilead, los Waterford están mirando la ecografía del bebé de June y hablan directamente de ‘su bebé’. En esos momentos June no es más que la vasija, el objeto que aloja el bebé y nada más. Lo bueno de esta escena es que si la cogemos por separado, al no haber ninguna referencia directa a Gilead ni a la situación de ‘las criadas’ en los diálogos, bien podría pasar perfectamente por una situación habitual de hoy en día: una pareja que ha comprado un bebé mira la ecografía de la madre gestadora ya asumiendo que va a ser su bebé porque han pagado por él. El tercer momento es obviamente cuando la hijita de Janine directamente resucita al volver al seno de su madre. En fin, que la postura feminista e incluso política que nos muestra la serie en este aspecto es más que clara.
Estoy deseando que Serena haga algo ya y salga de ahí. Me da pena Nick porque se ha arriesgado mucho y ya se sabe que con la noticia que le da a June sobre su marido tiene todas las de perder y, como dices, las cartas le van a complicar la vida