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Análisis de El Pingüino. Miniserie. Episodio 1

Se ha estrenado por fin la esperada serie El Pingüino (The Penguin) que, creada por Lauren LeFranc para HBO, sigue el ascenso del célebre villano de DC como forma spin-off y a la vez secuela de la película The Batman, siendo el personaje otra vez interpretado por Colin Farrell. El primer episodio está ya disponible en Max y, habiéndolo visto, te traemos nuestras impresiones…

Hola, ciudadanos de Gotham. Aquí estamos para analizar lo que nos ha dejado el primer episodio de El Pingüino, serie que, basada en el filme de 2002 The Batman (aquí nuestra crítica), retoma específicamente al personaje de Oswald (u Oz) Cobblepot que, de esta forma e interpretado por Colin Farrell, se convierte en el primer villano del universo DC con serie propia (y si no me engaña la memoria, el segundo del cómic después de Loki).

Habiendo visto el primer episodio, está claro que la serie profundiza el tono noir y gangsteril que ya de por sí tenía la película de Matt Reeves (quien aquí oficia como productor ejecutivo) e incluso se inicia muy poco después de los acontecimientos de la misma, aun cuando toda referencia o siquiera mención de Batman brille por su ausencia.

Con setenta y cuatro minutos de duración y titulado After Hours (Después de Hora), el primer episodio de El Pingüino ha llegado a la pantalla de Max el pasado viernes, pero los siete restantes lo irán haciendo semanalmente cada lunes, a partir del día 30: raro…

Sin más prólogo, veamos qué nos ha dejado este comienzo de El Pingüino y que tanto se halla la serie a la altura de las expectativas. Desde ya y por si no lo han visto, advierto que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA.

Puesto Vacante

Comenzamos una semana después de los sucesos finales de The Batman, con los medios cubriendo la muerte de Carmine Falcone (en los flashbacks interpretado por Mark Strong mientras que en la película era John Turturro) y el atentado del Acertijo con la consecuente inundación. Así, con las noticias de fondo y en escena realmente impactante, Oswald Cobblepot (al que aquí por alguna razón llaman Oz Cobb) mira Gotham City y claramente la imagina suya…

No es tan fácil: la muerte de Falcone ha dejado como líder a su hijo Alberto (Michael Zegen), quien de hecho sorprende a Oz tomando algunas joyas y documentos que este finge estar poniendo a salvo de la policía y los jueces.

Pero Alberto tiene un problema: su alcoholismo. Torpemente comenta a Oz que espera concretar una operación para meter a Gotham en el mapa de las drogas, pero que aún no se lo ha dicho a nadie. Si a ello le agregamos que un instante después tiene el descaro de reírse y burlarse de los sueños de grandeza de Oz, las circunstancias ya están dadas para que este le meta un tiro en la cabeza…

Un instante después, sin embargo, Oz toma conciencia de lo que ha hecho y en la que se ha metido.  Mete el cuerpo en una bolsa de plástico y debe procurar hacerlo desaparecer, pero cuando se dirige al auto, encuentra unos adolescentes intentando robar las llantas y dispara contra ellos, dejando un impacto de bala en la parte trasera del vehículo. Todos escapan salvo uno, que ruega por su vida mientras Oz lo apunta con su arma…

Al notar que es tartamudo, sin embargo, traumas del pasado acuden a la mente de Oz, que alguna vez fue también un delincuente juvenil discapacitado y ninguneado. En lugar de matar a Víctor Aguilar (Rhenzy Feliz), tal el nombre del muchacho, lo termina convirtiendo en su ayudante…

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Tras ir a ver a la prostituta Eve Karlo (Carmen Ejogo) para tener una posible coartada, va al búnker de los Falcone a proponerles lo de las drogas como idea propia. Sorpresa: en el lugar se presenta Sofía (Cristin Milioti), la hija de Falcone a la que él creía en Arkham y que dice estar rehabilitada. Quiere saber el paradero de su hermano y se nota que está llena de sospechas contra Oz porque sabe que el plan de las drogas era de Alberto, que al parecer sí se lo había contado a alguien…

Guerra en Ciernes

La cosa pinta mal. Junto a Victor, Oz se dirige al apartamento de su madre Francis (Deirdre O´Connell) para convencerla de escapar de la ciudad. Ella se niega y Oz debe confesarle que mató a Alberto Falcone, pero ni aun así logra convencerla: dice que no pueden irse en momentos en que él esta a punto de convertirse en dueño de la ciudad. Aun con sus problemas mentales, parece prever mejor que su hijo lo que se viene…

Cambio de estrategia: si no se van a ir de la ciudad, hay que buscar dividir al enemigo. Oz va entonces a la prisión para visitar a Salvatore Maroni (Clancy Brown) y proponerle una supuesta alianza que rubrica con la entrega del anillo de Falcone en prueba de lealtad (en realidad le está dejando un elemento incriminatorio).

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Pero Sofía tampoco se queda quieta: haciendo detener y desnudar a Oz, le ata a una silla y somete a una cruenta tortura con alambre de púas. Y llega entonces el momento de Victor, de quien ella nada sabe. El joven deja afuera el auto con el cuerpo de Alberto en la baulera y una inscripción que reza: “payback” (venganza o ajuste de cuentas). Dado que ello ha ocurrido con Oz maniatado, las sospechas ahora se dirigen hacia Maroni y el anillo que Oz le ha dejado ayudará en tal sentido. La guerra entre bandas está al caer…

Balance del Episodio

Cuando yo tenía cinco años, mi primera aproximación al mundo Batman (antes incluso de los cómics) fue la serie de los sesenta y mi villano favorito por aquellos días era, sin dudas, El Pingüino. No sé si sería que me gustaba su caminar, sus interjecciones, su boquilla, su galera, la sombrilla ( a la que yo veía como paraguas) o la risa entre dientes de Burgess Meredith, pero el personaje me despertaba una fascinación única y, de hecho, me gustó también cada uno de los actores que lo interpretó después.

De entre ellos, Colin Farrell fue indudablemente quien le dio un perfil más próximo al carácter mafioso que tiene en los cómics, lo cual, paradójicamente, se vio favorecido por el tono noir y “realista” de la película de Matt Reeves. Pero si bien su participación en el filme es brillante, los pocos minutos del personaje en pantalla nos dejaron con ganas de más y allí es donde esta serie viene a hacer justicia.

Visto el primer episodio, hay que decir que la serie tiene intensidad y es mucho más aún lo que promete, pero así como The Batman pudo no gustar a algunos, lo mismo puede ocurrir con El Pingüino. Si la película buscó un toque realista, la serie lo exacerba todavía más y este primer episodio con traiciones, prostitutas y conflictos con madres puede bien parecer una entrega de Los Soprano sazonado con Tarantino y Scorsese: no en vano se titula After Hours.

No es que nos sorprenda que no aparezca Batman, pues eso se sabía, pero sí llama la atención que (por lo menos hasta aquí) ni siquiera se le mencione, ya sea en su identidad de héroe o como Bruce Wayne. Las pocas referencias al filme aparecen al principio y rápidamente la serie se separa para contar una historia propia que tampoco debe demasiado a los cómics.

Se advierte que los presupuestos no son los de la película, del mismo modo que la estética, a pesar de un primer amago, tiene sus diferencias: no estamos en ese mundo nocturnal y de permanente ocaso que caracterizaba al filme, sino que el toque oscuro es mucho más moderado y hasta tenemos escenas diurnas.

Colin Farrell vuelve a hacer un trabajo excelente, realzado por la cantidad de primeros planos a que es sometido y que permiten además apreciar el impresionante trabajo de maquillaje, que no solo se aprecia en su rostro sino inclusive en su cuerpo, como en la escena en que le tienen desnudo en una silla. Oz es un personaje lleno de resentimientos y magnífico en su ambigüedad, pues en tan genial como impulsivo, lo que a veces le termina jugando en contra.

Y tiene por cierto una estupenda antagonista en Sofía Falcone, de la cual el gran trabajo de Cristin Milioti (quien ha estado por cierto en varios episodios de Los Soprano) nos hace ver en sus ojos que por detrás del disfraz pacífico que ahora pareciera caracterizarla, hay una locura contenida que pugna por salir de un momento a otro. Ni por asomo nos creemos el cuento de que está rehabilitada…

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Otro personaje interesante, pero en este caso inventado, es Víctor. Y aun cuando la serie parezca de momento tan despegada de Batman, la sensación es que Oz ya tiene su Robin y que ambos constituirán una gran dupla como mentor y aprendiz.

Y siempre es bueno, por supuesto, tener la oportunidad de ver en pantalla al gran Clancy Brown, que hasta aquí ha aparecido muy poco, pero su composición de Salvatore Maroni es impecable y promete otro gran personaje para la guerra que se viene.

En definitiva, hemos tenido un muy buen comienzo, intenso y prometedor. Habrá que ver si el devenir de la serie se ajusta a tal promesa o si la serie acaba decantando hacia mera copia de Los Soprano (que para eso ya tenemos a Los Soprano). Afortunadamente hay suficientes elementos para pensar que no y El Pingüino es, en tal sentido, un personaje completo y fascinante por sí mismo, aun sin la boquilla, la galera o la risita del bueno de Burgess Meredith…

A ver qué nos depara el próximo episodio que, recordemos, se estrena el 30 de septiembre. Hasta entonces y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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