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Análisis de La Búsqueda: Más Allá de la Historia. Temporada 1. Episodios 1 y 2

Con dos episodios subidos de un tirón, Disney+ acaba de estrenar La Búsqueda: Más Allá de la Historia (para América Latina La Leyenda del Tesoro Perdido: Al Filo de la Historia), serie que, creada por los esposos Cormac y Marianne Wibberley, se inscribe en el mismo universo que las exitosas películas producidas por Jerry Bruckheimer y protagonizadas por Nicolas Cage en la década de 2000.

Bienvenidos sean al inicio de nuestros análisis de La Búsqueda: Más Allá de la Historia, los cuales iremos haciendo semana a semana. La serie está inspirada en las películas de la saga La Búsqueda (aquí retro-análisis de la primera), siendo más spin-off que secuela, pues transcurre en el mismo universo pero echa mano de personajes nuevos y juveniles, aun sobreviviendo otros que hacen de puente.

Los dos episodios hasta ahora estrenados (Yo, el Fantasma y El Mapa del Tesoro) plantean un enigma que puede ponerse interesante, aunque también hay muchas debilidades de las que hablaremos más en detalle, pero para ello qué mejor que pasar de una vez por todas al análisis, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA.

El Tesoro

El comienzo es emotivo pues el relato inicial en off está a cargo del ahora ex agente del FBI Peter Sadusky o, lo que es lo mismo, del enorme Harvey Keitel que, ya octogenario, vuelve a interpretar ese personaje como en las películas…

Nos habla de un tesoro de los aztecas al cual Hernán Cortés no logró llegar porque fue escondido por mujeres indígenas que entregaron una pista a los aztecas, otra a los mayas y otra a los incas. Los francmasones serían después los encargados de proteger el secreto y recordemos que, justamente, Sadusky era uno de ellos.

Saltando de un flashback a otro, vemos a Rafael, un cazador de tesoros mexicano que es perseguido por los matones de un tal Salazar tras haber logrado hacerse con una de las reliquias que contienen las pistas.

Sabiendo que no podrá escapar a la muerte, hace huir a su esposa con su beba Jess. En la huida y aun cuando no pueda comprenderle, la madre advierte a su hija que no siga el camino del padre mientras la cámara hace zoom sobre el símbolo que la niña lleva colgado al cuello…

El Aumento

Ya en la actualidad y veintiún años después, vemos a Jess Valenzuela (Lisette Olivera) crecida y con el mismo colgante, pero también con un uniforme naranja que la identifica como presidiaria. Otros tres jóvenes están con ella y sorprende el carácter mixto de la prisión: pronto sabremos por qué…

En los clásicos palillos con que los reclusos cuentan sus días, Jess une números y descifra un código que permite abrir una combinación para escapar. Lo logran, pero uno de ellos queda rezagado viendo en su móvil una promoción de calzado deportivo y el grupo recibe la noticia de que ha sido descalificado: se trataba de una prueba que no han superado…

Estamos en Baton Rouge, Luisiana, donde Jess renta un departamento junto a Tasha (Zuri Reed), Oren (Antonio Cipriano) y Ethan (Jordan Rodrigues). Una notificación de aumento de alquiler les genera desazón, pero Jess confía en obtener un aumento de su jefe y Tasha, que es youtuber, cree poder pagarlo con los dividendos de sus visitas.

La Espada

En Madrid, una elegante mujer llamada Billie Pearce (Catherine Zeta-Jones) ha adquirido una mansión que, dice, contiene secretos desconocidos por los herederos que se la vendieron. En efecto, encuentra varias y valiosas obras de arte, algún objeto azteca y… la espada de Hernán Cortés, pero no lo que buscaba: el mapa del tesoro del cual nos hablara el relato inicial.  Llama a sus socios para ponerles al tanto de que no lo han hallado y todo ha sido vana esperanza: se queda, eso sí, con la espada…

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El Fantasma

Jess sueña con ingresar al departamento de criptoanálisis del FBI, pero no le es fácil siendo mexicana. Trabaja como recepcionista para una empresa de almacenamiento y su jefe le ha encargado ubicar a Ian Phasma, quien alquila un depósito repleto de objetos antiguos, pero no paga desde hace seis meses.

Tras descifrar que el nombre es falso y significa “soy el fantasma” (“i am” en inglés y “phasma” en latín), exige un ascenso si consigue dar con él.  A regañadientes, su jefe accede.

De regreso al departamento, Tasha le anoticia de que ha roto su relación con Oren, lo cual hará aún más pesado el alquiler, pero Jess está ilusionada con hallar al “fantasma” y conseguir así el ascenso pactado.

Los objetos del depósito indican que debe haber sido masón; entre ellos, un martillo misterioso y una bandera de las que se usan en los funerales militares, indicio de que debe tener un pariente fallecido de tal condición. Uniendo en un buscador palabras clave como “masonería”, “oficial muerto” y “Baton Rouge” (muchacha, eso lo haría cualquiera), da con el obituario del sargento Jack Sadusky, a quien, fallecido en accidente, sobreviven su hijo Liam y su padre Peter, ex agente del FBI y también masón…

Yendo a casa de este último, la recibe un enfermero que le advierte que el hombre sufre de demencia. Sin embargo, cuando ella llega ante él para anoticiarle de que se tirarán sus cosas si no paga el alquiler, parece conmovido de ver la bandera y no solo eso sino también el colgante que la muchacha lleva consigo.

Al contarle ella acerca del mismo, la pone al tanto de que todo lo que le han dicho sobre su padre son mentiras, que no era ningún vulgar ladrón y que a veces hay que hacer lo incorrecto para terminar haciendo lo correcto. “Este país fue fundado por delincuentes” sentencia: un precepto ya expresado en la película de 2004.

El símbolo del colgante, dice, identifica a una sociedad secreta de protectores de tesoros de la cual el padre de Jess seguramente formaba parte, por lo que ella debería continuar su legado. Peter está próximo a morir y no quiere que con él se pierda el secreto del tesoro de los aztecas. Jess no está convencida de ser la depositaria ideal: se nota que le pesa aquella advertencia materna.

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Antes de marcharse, el anciano quiere entregarle una carta destinada a su nieto pero ella se niega a recibirla; él termina aconsejándole que no confíe en nadie… Al salir, Jess no tiene idea de que está siendo filmada y observada por Billie, a quien intriga sobremanera que haya estado diez minutos allí dentro…

La Carta

Al volver, Jess se encuentra con dos sorpresas: la primera es que tiene en su bolso la carta que no quiso recibir, lo que evidencia que Sadusky logró colocársela de todos modos; la segunda es que, al regresar a su trabajo con el dato de la identidad del “fantasma”, su jefe ya la sabe pues el hombre ha muerto y el FBI está revisando su depósito.

Interrogada por los agentes, Jess se entera por estos que Sadusky murió “mientras dormía”. Con el argumento de que andaba en actividades ilegales, le preguntan por la carta que, al parecer, no han encontrado pero, aun cuando deslizan a la joven una amenaza por su condición de inmigrante, esta se mantiene firme en que no recibió nada.

Como luego cuenta a Tasha, no son agentes federales: sus placas llevan la firma del presidente de Estados Unidos en lugar de la del fiscal general (vaya: ¿no cuidaron un detalle tan burdo?). La realidad es que trabajan para Billie, a quien comunican no haber encontrado rastros de la carta en el depósito…

Volviendo después Jess y Tasha de hacer compras, encuentran el departamento revuelto, pero no faltan objetos de valor, lo que descarta un robo.  La caja con la carta no está por ningún lado y temen que la hayan encontrado, pero la suerte está de su lado y se la ha llevado Oren por error luego de que Tasha le echara: de hecho, regresa para devolverla.

Picada por la curiosidad, Jess abre el sobre y encuentra que el mensaje de Peter para su nieto (cursi según Tasha) es que “el tiempo es el mayor tesoro”. Le pide además que lo perdone y acompaña con una foto familiar en la cual se ve a ambos junto a  Jack.

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Dado que la última voluntad de Peter fue entregarle la carta a Liam, Jess quiere cumplírsela y descubre que el único Liam Sadusky en Baton Rouge es músico y actúa esa misma noche en un bar.

Van en la noche a hacerle una visita y, de manera casual, descubren allí a Ethan junto a una muchacha, lo cual causa cierto impacto en Jess por haber tenido una relación con él. En cuanto a Liam (Jake Austin Walker), alterna trabajo de bartender con el de músico: es atractivo y no canta mal, pero nadie le presta la mínima atención.

Jess lo aborda al final de su actuación, pero apenas intenta darle la carta, el joven evidencia nulo interés en cualquier cosa que provenga de su abuelo: ni siquiera se inmuta cuando ella le dice que se disculpa en la misma…

La Logia

Desencantada tras la visita al bar, Jess arroja a la basura los objetos de Peter, entre ellos el martillo y la fotografía, pero al mirar atentamente advierte (¿recién ahora?) que él sostiene en mano ese mismo martillo.

En compañía, una vez más, de Tasha, decide hacer una visita al local de la logia masónica en Baton Rouge. Por el camino, logran burlar a los falsos agentes (los más tontos del mundo, por cierto) y, ya en el lugar, consiguen acceder gracias al gesto masónico que Peter hace en la fotografía: algo así como el saludo vulcano de Star Trek pero en posición horizontal. No sé si es más sorprendente que una logia secreta permita el paso a cualquiera que lo haga o que las muchachas logren, sin interferencia alguna, llegar a la sala de reuniones en que está tomada la fotografía.

Colocando el martillo en la misma posición que allí se aprecia, Jess descubre que refleja una esfera dentro de la cual encuentra una reliquia y en ella… el mismo símbolo que lleva en su colgante.

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Con la misma sorprendente facilidad con que entraron, logran salir con el objeto, pero Jess recibe un llamado y al otro lado está Billie para decirle que tiene algo que busca. Como no logra con dinero convencerla de que se lo entregue, le pone al tanto de que tienen a Oren, quien ha caído en una celada que, obviamente, tuvo que ver con ofertas de calzado.  La propuesta, desde luego, es la vida de Oren a cambio de la reliquia…

El Mapa

A Jess no le gusta la propuesta de Billie para hacer el intercambio en un muelle apartado. Prefiere el barco-museo USS Kid, donde habrá mucha gente. Billie acepta pero advierte que no verán más a Oren si dan aviso a la policía. Jess interpreta que debe tener un informante en la fuerza y por eso prefiere contactar al FBI, donde una agente novata apellidada Ross (Lyndon Smith) toma la denuncia como una broma más de las que, justamente por su condición de novata, le viven haciendo colegas y superiores.

Sin suerte y en el camino de vuelta, Jess y Tasha (estas muchachas suelen hacer sus mejores descubrimientos a bordo de un bus), se dedican a estudiar el objeto, del cual llama la atención que combine símbolos aztecas, mayas e incas cuando las dos primeras civilizaciones no se llevaban bien y la tercera estaba muy al sur. Interpreta que se trata de un gran puzle, posiblemente también parte de otro mayor: tal vez un mapa…

Una vez que llegan al museo y hacen el intercambio, Jess intenta la jugarreta de hacer atrapar a Billie por un robo menor, pero no funciona. Prueba denunciarla a los efectivos de seguridad por secuestro pero, consultado Oren, niega por miedo y Billie se sale con la suya…

El Despacho

Entretanto, se lleva a cabo el funeral de Peter. A pesar de que su madre le insiste, Liam no quiere saber nada con el legado de su abuelo: solo tomar dinero de la herencia y mudarse para probar suerte en Nashville. Para su decepción, sin embargo, lo único que le ha dejado es la casa y tomará un par de años de trámites burocráticos convertirla en dinero.

Jess ya no tiene la reliquia pero está obsesionada por el mapa. Tanto que se dirige a la casa que perteneciera a Peter e ingresa con increíble facilidad para ser que allí acaba de fallecer un agente y masón en circunstancias misteriosas.

No encontrando mayor cosa, es sorprendida por Liam, ahora nuevo propietario, quien la acusa de estarlo persiguiendo. Ella le habla sobre el mapa del tesoro y le pide colaboración, pero tiene igual suerte que en el bar.

De vuelta a su trabajo, Jess es despedida por haber faltado el día anterior: había cambiado turno con alguien que no fue.  Consigue empleo en el mismo bar en que canta Liam, quien una vez más (motivos no le faltan) la acusa de persecución: para colmo de males, esa misma noche el dueño del local decide prescindir de sus servicios como músico y mantenerlo solo como barman, lo que le implica reducción de ingresos.

Quizás por eso, por las palabras de su madre o porque finalmente empieza a creer en Jess, decide ahora ayudarla y, de regreso a la casa heredada, le enseña una abertura (obviamente moviendo libros de la biblioteca) que ella no había descubierto. Atravesándola, hay un despacho atiborrado de información relacionada con el tesoro y, para sorpresa de Jess, Liam le cuenta que Peter obtuvo la mayor parte a partir de un artículo escrito y publicado hace décadas por Manuela Valenzuela, madre de Jess…

Balance de los Dos Primeros Episodios

Está clara la intención de darle a la serie un tono más juvenil que a las películas de origen. Son, de hecho, nuevos personajes, más allá de que el enigma planteado sea del tipo de los que allí se resolvían y la presencia de Harvey Keitel sirva como anclaje. ¿Aparecerá Justin Bartha? El elenco lo incluye, pero hasta ahora no hemos tenido noticias de Riley Poole como personaje. Más difícil pareciera un cameo de Nicolas Cage que, según se nos dice, deberá esperar a una hipotética segunda temporada.

El primer episodio está más que nada dedicado a presentar personajes, lo cual quita clima: quizás hubiera sido preferible irlo haciendo poco a poco. El segundo toma un rumbo más claro y la trama se vuelve más atrapante, pero sin mucha acción: las persecuciones y cacerías son insulsas al contrastarlas con las que abundaban en las películas.

Si lo saben desarrollar, Jess es un personaje con potencial para crecer y formar buena dupla con Tasha. Oren y Ethan, en cambio, aún no justifican su presencia: supongo que están allí para introducir el toque de romance que atraiga a un público joven y, de hecho, pinta para triángulo entre Jess, Liam y Ethan…

De momento, Jess pareciera perfilarse como versión femenina y juvenil de Benjamin Gates, pero todavía le falta… En el momento de resolver intrincados enigmas de manera poco creíble, ambos personajes se parecen, pero en este caso se agregan las inverosimilitudes que dan contexto: ni Jack Sadusky ni Ian Howe eran ineptos como antagonistas, pero aquí los falsos agentes de Billie y los reales del FBI compiten en inoperancia y ni qué decir los miembros de la logia, a cuya sede ingresan dos chicas casi adolescentes para salir con una preciada reliquia.

El elenco no está mal, pero de momento ninguna actuación memorable.  Habrá que ver si el devenir de los episodios permite situaciones para mostrar mejor las dotes de los actores jóvenes, pues hasta aquí los únicos lucimientos son de los veteranos: el impagable Harvey Keitel, a quien lamentablemente ya no veremos, y la cada vez más solvente Catherine Zeta-Jones como fría y despiadada dama del crimen que da impresión de responder a alguien más.

El antagonismo entre Billie y Jess puede ser interesante si se lo sabe explotar y habrá qué ver qué aristas se le suman, pues al final del primer episodio hemos tenido noticias de que el tal Salazar (asesino del padre de Jess) está en prisión y dibujando símbolos muy similares a los de la reliquia.

Se advierte un esfuerzo por contar una historia “menos norteamericana” al ligar el enigma del tesoro con conquistadores españoles y civilizaciones precolombinas. El hecho de que la propia protagonista sea mexicana y con problemas de admisión ya dice de por sí bastante: “Texas solía ser México” dice, siendo festejada por Peter Sadusky.

El consejo de este último acerca de no confiar en nadie nos queda dando vueltas y nos hace pensar que, posiblemente y al igual que Gates en la película original, Jess sea traicionada por alguien de su entorno. La otra cuestión interesante es el cliffhanger final del segundo episodio revelándonos que la madre de Jess sabía más de lo que aparentaba.

En definitiva, La Búsqueda: Más Allá de la Historia está hasta aquí llena de debilidades, pero la historia puede volverse interesante si la saben narrar y desarrollar los personajes sin perderse en amoríos inconducentes. Gran punto a favor haber vuelto a convocar a Trevor Rabin para la banda sonora, pues es muy emocionante escuchar el tema principal en la intro, con el aditamento de algún arreglo hispánico para ubicarnos en una historia cuyo misterio principal se hunde en los tiempos de la América colonial.

Si me preguntan si hasta aquí la serie aprueba o no, la respuesta es un ni: a ver cómo sigue…

Hasta la próxima y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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2 COMENTARIOS

  1. El 75% del artículo se dedica a contar de manera exhaustiva lo que ocurre en los episodios; algo que ya sabe el que los ha visto y que preferirá no saber el que aún los tenga pendientes. No entiendo esta forma tan extraña de “analizar” una serie; más bien parece su transcripción en prosa…

    • Hola Carlos: gracias por comentar y vamos por partes. En primer lugar, cumplo en avisar (con caracteres en negrita y mayúscula) que se vienen spoilers de la trama, con lo cual no creo que caiga ningún desprevenido que, como dices, no haya visto los episodios. En segundo lugar, la dinámica con la que nos manejamos en esta página (y yo personalmente) incluye que el artículo sirva de reseña para cuando de aquí a un tiempo quizás no recuerdes nada (a veces eso ocurre de una semana a la otra): de hecho (y me consta) cada vez que se estrena una nueva temporada de una serie, suben exponencialmente las visitas a los análisis de la temporada anterior.
      En tercer lugar, no creo que sea una transcripción en prosa como dices: si te fijas, voy haciendo todo el tiempo comentarios y apreciaciones al margen a medida que se desarrolla la trama, con mucho de opinión.
      En cuarto lugar, al final hago un extenso balance de lo que han dejado los episodios: casi 700 palabras; hay supuestos artículos de “crítica” que no llegan a eso. Me parece injusto, por lo tanto, que califiques de esa manera cuando internet está plagado de artículos en los cuales solo hay reseña y nada más, lo cual no es aquí el caso.
      En quinto lugar, cumplo en separar el texto con subtítulos que dan la pauta acerca de lo que vas a encontrar en cada uno de ellos, facilitándote así que puedas leer solo lo que te interesa y si es únicamente la parte del análisis final, pues ningún problema: vas al balance y punto, más allá de que, repito, haya opinión a lo largo del artículo.
      Son estilos de redactar, Carlos. A alguna gente pueden gustarle y a otra no. De todas formas, gracias por leer y por el aporte. Un saludo!

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