InicioSeriesAnálisis de Los Amos del Aire. Miniserie. Episodio 5

Análisis de Los Amos del Aire. Miniserie. Episodio 5

Continuamos analizando Los Amos del Aire, la miniserie bélica producida por Steven Spielberg y Tom Hanks. Nos toca hoy el quinto episodio, cuyo título es simplemente Parte 5. Creada por John Shiban y John Orloff, la miniserie es emitida semanalmente por Apple TV+.

Bienvenidos una vez más a nuestro encuentro semanal con Los Amos del Aire. Tras un cuarto episodio mucho más pausado y reflexivo, pasamos la mitad de temporada (y por lo tanto de la serie) con un quinto en el cual volvemos al fragor de la batalla sin dejar de lado los dilemas éticos y que, además, continúa separando los caminos de los personajes principales.

Pongamos entonces ya mismo proa a las nubes para ver qué ha ocurrido, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí los análisis previos.  Cumplo también en ponerles al tanto de que mi compañero Carlos acaba de incluir en esta web una reseña del libro de Donald L. Miller en que la miniserie se basa, a la cual pueden echar ojo aquí.

Sin Descanso

Comenzamos con John ensimismado y bebiendo en soledad en la cabina de un bombardero tras la devastadora noticia de la (aparente) muerte de su amigo Gale. Pero no todas son malas: para alegría general y acompañado por Douglass y Blakely, el bueno de Crosby ha regresado, confirmando así nuestra suposición de que no podíamos perderle siendo el narrador en off de la serie, rol que por cierto repite en este episodio una vez más.

Por tercera vez ha sido parte de un descenso forzoso, en este caso en Inglaterra y de panza tras haber perdido su avión el tren de aterrizaje: Spielberg continúa así homenajeando a La Misión, aquel episodio de su propia serie Cuentos Asombrosos al que hiciéramos referencia dos análisis atrás en relación con el final sufrido por “Baby Face”.

Más allá de la felicidad, los recién regresados experimentan una profunda consternación al ver que sus literas ya han sido ocupadas por otros efectivos, así como retirados sus casilleros y habiendo incluso escrito el navegante Bubbles una carta de condolencias para la esposa de su compañero y amigo Crosby, la cual, afortunadamente, no llegó a enviar. Este último, por su parte, ha sido ascendido a navegador del grupo pero no hay tiempo para celebrar ni descansar, pues ya el coronel Harding les tiene otra misión en puerta y mucho más conflictiva, a la par que peligrosa.

los amos del aire las cosas felices.23 e1708145324910

La misma consiste en bombardear los hangares de ferrocarril en Münster, desde donde salen los trenes que transportan la mayor parte de la producción de armamentos alemana. El punto de discordia es que esta vez se trata de un objetivo urbano y, como tal, implicará la muerte de muchos civiles al tener los obreros de las fábricas sus casas en torno a los hangares.

Entre rostros sombríos, surge el planteo ético acerca de dejar caer bombas sobre civiles, algo sobre lo cual el propio John reflexionaba en aquella habitación de hotel en Londres. Pero parece que aprendió bien la lección de su compañera de ocasión en aquella oportunidad o bien, y aún más, le ha cambiado el carácter la supuesta muerte de Gale: simplemente dice que “es la guerra” y que están allí “para tirar bombas”, aunque su expresión parece cruzada por una sombra de duda cuando se le replica que quien haya derribado a Gale no es ninguno de los que allí viven.

Lo suyo, de todas formas y desde que supiera de la pérdida de su amigo, parece cada vez más movido por la venganza: tal el motivo que le llevó a pedir ser incluido en la próxima misión y también lo que revela su rostro la mayor parte del tiempo.

La Boca del Lobo

Pero además de los componentes éticos sobre bombardear a civiles, la misión en Münster reviste (una vez más) carácter casi suicida, pues por alguna razón no explicada contarán con solo diecisiete aviones mientras el resto les escoltarán hasta el Canal de la Mancha. Para colmo, y ya durante el cruce del mismo, problemas técnicos y fallos mecánicos dejan fuera a cuatro, lo que deja el número de bombarderos para la misión reducido a trece…

los amos del aire las cosas felices.22 e1708145211976

Una vez abandonados los mismos por la escolta, se desata, como en el tercer episodio, otro infierno en el aire entre el fuego antiaéreo alemán y cientos de cazas que les salen al cruce. Hay angustia y desesperación en medio del caos: oficiales horriblemente heridos y aviones que sufren la pérdida de alas o motores, llegando incluso dos de ellos a chocar entre sí. Uno de los hombres intenta saltar en paracaídas, pero se atora con una puerta y hay que quitarle a la misma el perno para que pueda lanzarse con puerta y todo.

El avión de John es también alcanzado por los impactos y tanto él como el resto de la tripulación deben saltar a tierra. En su caso particular, cae en Westfalia y cerca de lo que parece una villa rural, destino casual que hace acordar un poco al de Quinn, con la diferencia de que esto es Alemania y no Bélgica ocupada: imposible esperar allí ayuda partisana.

los amos del aire las cosas felices.21 e1708145017704

Mientras tanto, en el aire y sin noticias de John, el mayor Rosenthal (Nate Mann) asume el mando de la misión y se consigue al menos arrojar las bombas sobre los objetivos prefijados, pero el resultado es aun así desastroso: se han perdido unas ciento veinte vidas, así como la mayoría de los aviones, consiguiendo regresar solo uno.

De los interrogatorios a que los sobrevivientes son sometidos para esclarecer qué pasó, no surgen siquiera registros de lo ocurrido ya que en medio del frenético caos que tuvo lugar allá arriba, no hubo forma ni tiempo de tomarlos. Y cuando se les pregunta si llegaron a ver a tripulantes cayendo en paracaídas, el silencio habla por sí solo…

Balance del Episodio

Con otra intensa entrega, hemos llegado a mitad de temporada. El tono reflexivo del capítulo anterior ha dejado paso a uno de mayor acción, pero sin por ello abandonar los planteos éticos que, por el contrario, cobran cada vez más fuerza. Hasta ahora, y salvo aquel comentario aislado de John en la cama con la refugiada polaca, no se habían presentado tan claramente como en este episodio la culpa y el remordimiento por las posibles bajas civiles en los bombardeos, sino que había primado el dolor por las propias.

Quizás la misión sobre Münster no haya tenido un grado de intensidad tan alto como la batalla aérea del tercer episodio, pero no le anduvo lejos y sus consecuencias, además, fueron más devastadoras. Y dado que el objetivo final, que era la destrucción de los hangares, ha sido logrado, se impone también una vez más el replanteo acerca de si el precio de la victoria habrá realmente valido la pena.

Una vez más hemos asistido a un combate aéreo de magnífica factura y filmado de modo maravilloso a la vez que sobrecogedor. El ámbito cerrado y la sensación de claustrobia dentro de los aviones se conjugan de manera magistral con el vértigo y agorafobia del vacío y el cielo abierto.

Recurso interesante, en tal sentido, el de poner los primeros planos de los pilotos contra un fondo que nos muestra de manera cruda y desgarradora lo que ocurre fuera de las aeronaves. Y dado que la mayoría de los rostros van cubiertos por máscaras, es la expresión de los ojos la que habla por sí misma en cada uno de los personajes.

los amos del aire las cosas felices.24 e1708145735836

Por otro lado, la premura e inmediatez de lo que ocurre en el aire se condice con la que se da en tierra al regresar los aviones de cada misión, pues sin trámite ni duelo se reemplaza y da por muertos a quienes no han regresado y se asigna una nueva misión a los que sí lo han hecho. Es un planteo casi existencialista, pues la vida pareciera no ser más que un dato frío: aquella “insoportable levedad del ser” de la que hablaba Kundera.

Más aún: la propia diferencia entre estar vivo y estar muerto se vuelve imprecisa. No sabemos, de hecho, cuál es la situación de Gale aunque se le dé por fallecido y hay en ello algo de “gato de Schrödinger”. Lo mismo vale para Crosby, cuando encuentra su cama ocupada y por un momento es como si estuviera muerto, o cuando lee la carta de Bubbles para su esposa y se da cuenta que el tono elegíaco de la misma podría invertir destinatario y aplicar para su amigo cada palabra que este le dedicara. Por cierto: enorme trabajo de Anthony Boyle, que se ha devorado el capítulo…

Los caminos, por otra parte, están cada vez más separados. No hemos sabido en esta entrega de Quinn ni de Bailey, dando por sentado que andarán por algún lugar de Francia si es que aún no han logrado escapar hacia Inglaterra. Y a su destino incierto o al de Gale (incluso este último con presunción de muerte), se suma ahora el de John, que ha caído, por cierto, en donde a nadie le gustaría caer.

A propósito de John, es interesante su proceso interno ya que construye con su deseo de venganza una especie de coraza contra las emociones (un “escudo anti-estímulo”, en términos de Freud), pero a la vez e involuntariamente deja entrever que las dudas y culpas le carcomen por dentro y por mucho que hable de estar en la guerra para tirar bombas, difícil es que no le haya dejado mella la dolorosa imagen de la madre que lloraba en Londres a su pequeña hija muerta. Habrá que ver de qué modo logra manejar todo ese choque emocional interno, aunque de momento pareciera tener como urgencia salir de Alemania en una sola pieza…

Otra particularidad del episodio ha sido la completa ausencia femenina cuando al menos cuatro mujeres habían tenido claro peso en el anterior. Tan solo ha estado la tácita e indirecta presencia de la esposa de Crosby en esa carta que nunca leyó ni leerá.

Casi como único defecto para marcarle a la serie y aun a riesgo de ser insistente, sigue muriendo gente con la cual no nos han dado tiempo de desarrollar empatía ni vínculo emocional. No obstante y en lo que parece una redundancia, el nivel sigue por lo alto y se me ocurre que lo mejor no haya quizás aún llegado.

A ver qué nos trae el próximo episodio, que nos adentrará más aún en la segunda mitad de temporada y tal vez también, por ende, en terreno de definiciones. Les espero para analizarlo. Hasta entonces y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
ARTICULOS RELACIONADOS

4 COMENTARIOS

  1. La serie me está encantando. Pero si esto hubiera sido una película con un gran presupuesto….se me hace la boca agua. Aún así tremendamente disfrutable.

  2. La serie me está encantando. Pero si esto hubiera sido una película con un gran presupuesto….se me hace la boca agua. Aún así tremendamente disfrutable.

    • Hola Dani, gracias por comentar! Es verdad: comprimiendo un poco, podría haber sido una gran película, pero bueno, es una gran serie, a pesar de algunos altibajos en el ritmo. Un saludo!

  3. Hola Dani, gracias por comentar! Es verdad: comprimiendo un poco, podría haber sido una gran película, pero bueno, es una gran serie, a pesar de algunos altibajos en el ritmo. Un saludo!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimos artículos

Comentarios recientes