Hemos llegado a la mitad de la temporada final de Riverdale y nos toca analizar este décimo episodio o, si lo prefieren, capítulo 127 del listado total: su título, como el de aquella película de George Lucas previa a Star Wars, es American Graffiti. La serie, creada por Roberto Aguirre-Sacasa, es emitida por The CW y para España por Movistar+.
Hola otra vez, riverdaleros. ¿Llorando ya a cuenta de saber que nos queda media temporada para despedir a nuestros personajes de Riverdale? Por lo pronto, nos toca hoy analizar el décimo episodio que, por cierto, viene con subtramas bastante inconducentes, aunque sí con cultura adolescente cincuentera y autos veloces, haciendo así honor a su título, mismo del segundo largometraje de George Lucas.
Pasemos ya mismo al análisis de esta nueva entrega no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.
Un Retrato y un Número Telefónico
Aunque no haya esta vez relato en off de Jughead, el episodio comienza de todas formas con él ya que, como vimos al cierre del anterior, fue citado por el sheriff Keller en procura de datos familiares para esclarecer la muerte de Brad Rayberry. Aun en los cincuenta, no entiendo por qué la policía no puede indagar eso por cuenta propia, pero… en fin. Jughead dice que el escritor era bastante reservado sobre su vida privada, pero supone que puede haber completado algún formulario en Pep Comics y hacia allí se dirige. Insisto: ¿por qué no lo hace el propio Keller?
Fieldstone no muestra demasiada sorpresa ante la noticia de la muerte de Rayberry y solo puede aportar que enviaba la mitad de su sueldo a una casilla de correo en Carolina del Sur. En lugar de llevar el dato al sheriff, Jughead se lo comenta a Tabitha (la de 1955, no la viajera del tiempo) y quiere hurgar por su cuenta en el apartamento del escritor.
Ambos van entonces al lugar (sorprendentemente sin precintos ni guardia policial) y logran dar con un retrato y un número telefónico correspondientes a una tal June Simpson (Robinne Fanfair), afroamericana y, en efecto, de Carolina del Sur. Jughead la llama y le da la triste noticia. Quebrada la voz, ella quiere saber cómo murió Brad y cuando él responde que no está claro, anuncia que se trasladará allí de inmediato.
Teloneros
Fangs está no solo entusiasmado con su inminente paternidad sino también con el ascenso que como estrella de rock n´roll está teniendo. Cuando le comenta a Midge que ha conseguido fecha en Centerville como telonero de Ritchie Valens, ella no cabe en su felicidad, pero en cuanto manifiesta deseo de asistir, se lleva la decepción de que él le recomienda no hacerlo por llevarse a cabo el concierto en una zona peligrosa. Suena a excusa…
Bienvenida al Club
Toni, al igual que Tabitha y Clay, está muy comprometida con lo del club literario y ello pone mal a Cheryl, pues casi ni se ven. Ella misma propone asistir a uno de los encuentros, pero Toni replica que no están aún lo suficientemente organizados como para incorporar gente ajena al club: también suena a excusa. Sin embargo, Kevin le cuenta después a Cheryl que ha asistido al encuentro invitado por Clay y ello genera en la pelirroja tristeza y decepción, pues está claro que algunos sí pueden asistir.
Cuando se lo plantea a Toni, esta se encuentra acorralada y no tiene más remedio que invitarla a una de las reuniones, en la que se debate sobre la novela Hijo Nativo, de Richard Wright. Todos dan su punto de vista y cuando Cheryl es consultada al respecto, se muestra algo perdida pero termina reconociendo que el libro le produjo sensaciones fuertes y que no había leído antes a ningún otro autor afroamericano.
El encuentro termina mejor de lo esperado por Toni, quien luego manifiesta a Cheryl que había temido que se sintiera incómoda o bien los demás lo hiciesen. Por lo pronto, parece que la cosa ha servido para acercarlas nuevamente y la invita al concierto en Centerville…
Brando y Newman
Archie, Reggie y Frank están trenzados en una discusión sobre si Marilyn Monroe es más sexy que Elizabeth Taylor y suenan también los nombres de Sophia Loren, Eartha Kitt y Brigitte Bardot. Otra vez anacronismos: es posible que las dos primeras fueran ya reconocibles para el público promedio en 1955, pero la Bardot recién estaba en los inicios de su carrera y no le llegaría el estrellato sino hasta dos años después con Y Dios creó a la Mujer.
Frank está feliz de que Archie haya levantado notas en el colegio y, en premio, le entrega las llaves del auto que en su momento le fueran negadas. Radiante de júbilo, se dirige a la cochera en compañía de Reggie, quien, como fan de los autos, no puede creer que tengan allí un Ford T de 1916.
Lo sacan a pasear a la carretera y llegan al colegio donde, de manera análoga a como antes lo hicieran ellos, Veronica y Betty están discutiendo si Paul Newman es más sexy que Marlon Brando. Y volvemos a lo mismo: Brando ya era bien conocido para ese entonces, pero Newman recién tendría su primer éxito al año siguiente con Marcado por el Odio (también conocida en algunos países como El Estigma del Arroyo)…
Sea como sea, el debate queda olvidado apenas ven llegar a los jóvenes y Veronica, con ojos encendidos, dice que ya tienen sus Newman y Brando. Ella va por Brando, claro, es decir por Reggie, con quien ya hace rato busca cita y, en efecto, quedan para la noche…
Betty, en tanto, va por Newman, es decir por Archie y, al igual que su amiga, busca concertar cita, pero él se encuentra con un problema: instantes antes y con muchas dudas, le ha prestado el auto a Reggie para que lo use en su cita de la noche con Veronica…
Betty no ve problema y dice que pueden ir a pie, así que terminan yendo a Pop´s, (¿dónde más?), pero Archie está como ausente y pendiente todo el tiempo de cada sonido de motor que oye. Consultado por Betty, manifiesta estar preocupado de no saber adónde puedan haber ido Reggie y Veronica, ya que en Riverdale no hay otro lugar al que ir más que Pop´s.
June
Mientras esperan por la llegada de la viuda de Rayberry, Tabitha ha estado revisando sus cartas y no parecen encajar con alguien que pensara suicidarse. Jughead transmite sus dudas al sheriff, pero Tom está aferrado a la hipótesis del suicidio y, además, le pone al tanto de que el escritor era afiliado al Partido Comunista y había participado de manifestaciones contra la guerra de Corea, además de haber pasado por un internado psiquiátrico. Algo no cuadra: si está tan convencido de que fue un suicidio, ¿por qué pidió ayuda a Jughead?
Cuando llega June y Jughead le pregunta al respecto, la viuda no niega nada de lo dicho por Keller, aunque da por descontado que el sheriff habrá omitido mencionar que también Brad combatió por su país en la segunda guerra mundial y participó como voluntario en labores comunitarias.
Además, les pone al tanto de que el carácter interracial de la pareja hizo que lo pasaran muy mal en Carolina del Sur: grupos supremacistas blancos les apedrearon las ventanas y quemaron cruces en sus jardines. Para no seguirla exponiendo, Brad se alejó de June dejándola con su familia paterna y se mudó con el fin de ahorrar dinero para que ambos se marchasen a París. Sigue sin parecer plausible la idea del suicidio…
Camino al Concierto
Muy enfadado, Archie espera a Reggie hasta altas horas de la noche para recriminarle duramente y más todavía cuando este admite que, tras dejar a Veronica, salió a la autopista en busca de velocidad. El auto está entero y sin una raya, lo cual causa alivio en Archie, pero le deja a su amigo en claro que no volverá a prestárselo.
Veronica y Betty, mientras tanto, se ponen respectivamente al corriente del magro y decepcionante resultado de sus citas. La primera cree que lo mejor sería proponer una cita doble, es decir una salida entre los cuatro para dar oportunidad a Archie y Reggie de redimirse por su mal comportamiento.
Archie, por su parte, le cuenta al tío Frank lo ocurrido con Reggie y se encuentra con la sorpresa de que este lo disculpa por el entorno en que creció y lo que le ha tocado sufrir. Tomando nota de ello, lo aborda al otro día en el colegio para excusarse por el modo en que lo trató. Las disculpas son recíprocas y Reggie le pide que comprenda su pasión por los autos. En eso están cuando se presentan Betty y Veronica con su propuesta de cita doble y la excusa elegida es el concierto que Fangs dará junto a su banda en Centerville…
Antes de ello, los cuatro tienen su momento en Pop´s y las chicas parecen desencantadas de que los dos muchachos solo se lo pasen hablando de motores y mirando revistas de autos. Cuando toman la carretera para ir al concierto, el auto se les queda sin gasolina y ello hace que Archie y Reggie deban regresar a pie para conseguirla.
Por el camino, hay problemas: Archie propone a Reggie que le pida un auto a Clifford Blossom, quien se lo dará gustoso con tal de mantenerlo en el equipo . Airadamente, Reggie le espeta que lo suyo no es pedir limosna. En grotesca coreografía propia de la peor lucha libre, se trenzan forcejeando al costado del camino, aunque extrañamente sin arrojarse un solo golpe. Así y todo, logran llegar finalmente a Pop´s para conseguir la gasolina.
El camino de regreso es bastante más pacífico. Reggie confiesa a Archie que después de dejar a Veronica tras su cita, utilizó el auto para llegar hasta la granja familiar, puesto que extraña a sus padres. Archie lo comprende y la conversación deriva en lo mucho que él extraña al suyo.
A Betty y Veronica, mientras esperan en el auto, les salen al encuentro Cheryl, Toni y Midge, que están yendo al concierto en el suyo y les invitan a subir. Así lo hacen y poco les importa que Archie y Reggie no las encuentren cuando lleguen con el combustible.
En Centerville, Fangs no para de firmar autógrafos a entusiastas y encandiladas fans cuando llega Midge. Esperaba una escena más tensa o de celos pero, contrariamente, ´él parece complacido y le enseña, de hecho, la tarjeta que le ha dejado un importante ejecutivo discográfico. Midge no cabe en su alegría…
El Gato de Pavlov
Jughead, por alguna razón, sigue en el apartamento de Rayberry, todavía sin custodia policial. En la noche, le golpean la puerta y se encuentra con una vecina que, tras lamentar la muerte del escritor, le pregunta si no habrá este dejado en la nevera algo de leche para su gata. Jughead no encuentra nada y la mujer manifiesta sorpresa porque, según dice, le habían dejado dos botellas antes del “suicidio”.
Cuando Jughhead le pregunta cómo sabe eso, dice que el escritor fue visitado días atrás por el lechero, cuya presencia, tanto ella como su gata, reconocieron en el tintinear de las botellas. Reflejo condicionado, diría Pavlov (aunque el de los gatos era Schrödinger)…
Balance del Episodio
Para ser que con esta entrega llegábamos a mitad de temporada, esperaba más definiciones, aunque a decir verdad no sé por qué cuando después de todo no hay parón que justifique un cierre parcial. Pero considerando que veníamos de varias entregas más o menos autoconclusivas, esta ha sido totalmente de transición y no ha cerrado casi ninguna de sus subtramas.
Hemos conocido algo más del pasado de Rayberry, pero sin avanzar demasiado en la resolución de su muerte. Y que una señora haya dicho que vio al lechero unos días atrás no aporta nada nuevo porque eso ya lo sabemos desde hace tres episodios: más que llevar la trama con cuentagotas, están dejando caer siempre la misma gota. Y seguimos sin saber nada de Ethel, a quien ya ni siquiera se nombra. Quizás ahora que Jughead sabe del lechero, la historia vuelva a incluirla.
Tampoco se cerró lo del concierto de Fangs y no llegamos a entender por qué no quería a Midge en el mismo: al menos la renuencia de Toni a que Cheryl asistiera al encuentro literario ha quedado explicada por sus temores y prejuicios. Y lo de Archie y Reggie, más allá de la esperpéntica pelea en la carretera, ha tenido momentos divertidos pero tampoco es que se sepa hacia dónde va, solo que en esta realidad parecen ser bastante más amigos que en la otra.
Poco a poco, va despuntando en esta realidad alternativa una relación que faltaba aparecer: la de Jughead y Tabitha. Hasta June se dio cuenta y aventuró que eran pareja. Allí puede haber un lindo desmadre cuando aparezca la otra Tabitha, que se halla viajando en el tiempo y tratando de arreglar entuertos (o eso suponemos). En ese sentido, la posibilidad de que Jughead quede atrapado en un triángulo y teniendo que decidirse entre dos versiones de la misma persona pinta cuanto menos interesante si es que lo saben aprovechar: ojalá que sí…
No entiendo la transformación del tío Frank ni en qué momento se ha producido: cuando apareció en esta temporada, lo hizo casi como un matón contratado por Mary para encarrilar a su hijo y ahora resulta ser una dulzura de tan tolerante y comprensivo. Y por cierto: ¿dónde narices está Mary?
En fin, episodio con sabor a poco y sobre todo con pocas respuestas. Diría que junto con el séptimo (Dirty Dancing) ha sido uno de más flojos de la temporada y en líneas generales inconducente a menos que el futuro devenir de la serie demuestre que sirvió de puente para algo.
Por cierto, no quiero ponerlos tristes, pero nos quedan solo diez episodios para decir adiós a Riverdale, así que entramos en la cuenta regresiva final. Por lo pronto, parece que en el próximo la cosa vuelve a pintar por el lado del horror y bienvenido sea. El título es Halloween II y vaya que es raro homenajear a una secuela. Hasta entonces y sean felices…