Análisis de She-Hulk: Abogada Hulka. Episodio 7. El retiro

Bienvenidos al análisis del séptimo episodio de She-Hulk: Abogada Hulka, titulado “El retiro”, un capítulo en el que volvemos a ver a un viejo conocido y en el que nuestra protagonista tiene que aprender a superar un desengaño amoroso.

Aquí puedes ver los análisis de los episodios anteriores de la serie

Después de la boda de la amiga de su infancia, Jen ha empezado una relación con Josh que va viento en popa hasta que se acuestan por primera vez. Después el hombre desaparece y nuestra protagonista se queda totalmente desconcertada, sin dejar de mirar el móvil en espera de algún mensaje.

En esas está cuando recibe una llamada del agente de la condicional de Emil Blonsky. El aparato inhibidor da fallos y teme que se haya vuelto a convertir en La Abominación, así que tiene que ir a investigarlo en el rancho donde ha establecido su retiro espiritual. Y claro, el hombre tiene un poco de miedo y le pide a Jen que le acompañe.

Nada más bajarse del coche, Jen recibe la primera sorpresa. Una pelea entre un tipo estrafalario y un individuo mitad hombre, mitad toro acaba con este último chocando contra su Toyota Prius y destrozándolo.

Al menos el problema con el inhibidor de Blonsky se aclara rápidamente ya que se debía simplemente a que Emil se había acercado demasiado a un valla electrificada. Así que el agente de la condicional se marcha a todo correr dejando tirada a Jen el rancho. Llaman a una grúa, pero va a tardar varias horas en llegar, así que no le queda otra que quedarse allí y encima sin red wifi ni datos: por más que mire el móvil esperando un mensaje de Josh, no va a llegar.

Blonsky le enseña el rancho, pero se da cuenta de que Jen solo está atenta al móvil. Según ella, quiere aprovechar el tiempo para trabajar hasta que llegue la grúa. Se dedica a buscar un sitio donde haya cobertura y acaba en una cabaña donde Blonsky tiene una terapia de grupo con varios pacientes que son todos personajes secundarios (o terciarios) del Universo Marvel.

Tenemos el Hombre-Toro que ya conocíamos y el tipo con el que estaba peleando, El Águila, un español con problemas de identidad que no quiere que por ser, justamente, español le identifiquen con un torero. Lo mejor de todo es que parece tener una relación de codependencia con el Hombre-Toro, así que el cachondeo está servido.

En el grupo están también Puercospín y Sarraceno, un supuesto vampiro. Más tarde se une El Demoledor, el jefe de la Brigada Demolición que atacó a Hulka en el capítulo tres. Jen se trasforma y le ataca, aunque el hombre le dice que ya ha dejado atrás sus tiempos de villano y ahora solo quiere hacer terapia para ser un hombre mejor.

Aunque al principio Jen no quiere ni oír hablar de la terapia, acaba entrando en el juego y saca a relucir todos sus sentimientos sobre Josh y, lo que es más importante, sobre ella misma y lo difícil de poder aceptarse como Jen si todo el mundo quiere más a Hulka. Con la ayuda de ese grupo tan variopinto, Jen logra superar el Ghosting de Josh y aprende a aceptarse un poco más.

Y en la última escena vemos qué ha pasado realmente con Josh, aunque seguramente todo el mundo lo había adivinado. Era un hombre de Inteligencia que escribe a su jefe, Rey Hulk, para confirmarle que ha logrado una muestra de sangre de Hulka.

Valoración del capítulo

En general, “El retiro” sigue remontando un poco el vuelo después del divertido episodio anterior. Lo primero, vamos a conocer un poco más a los “personajes invitados” de esta semana.

El Hombre Toro es un clásico enemigo de Daredevil y Spiderman del que hay poco que contar ya que su nombre lo dice todo. Luego tenemos a El Águila, un mutante español con la capacidad de lanzar una explosión bioeléctrica a través de algún conductor metálico como su espada.

Sin duda, lo mejor de este capítulo es la relación entre estos dos personajes, ya que hartazgo del español por ser identificado como torero se acentúa mucho más por su relación de codependencia con Hombre Toro. Parecen inseparables y en sus diálogos tenemos los mejores chistes. Aunque en los cómics El Águila sea mutante, en la representación que hemos visto en Hulka no se hace ninguna mención a tal hecho por lo que no sabemos si en el UCM lo será o no.

También tenemos a El Puercoespín (un clásico villano del Hombre Hormiga) y Sarraceno (un vampiro que apareció en el primer número de ‘Blade’) dos personajes sacados de muy dentro del fondo editorial Marvel y que sirven para echarnos unas risas a su costa.

Una vez más, el humor vuelve a funcionar, pero vuelve a ser por la aparición de personajes que sirven de apoyo cómico a la trama. Si la semana pasada tuvimos a Mr. Inmortal, ahora tenemos a los participantes del grupo de terapia de Emil Blonsky. Sí, son muy divertidos y sus diálogos, bastante cómicos, hacen que el episodio funcione muy bien, pero no dejan de ser un recurso fácil en el que la serie está empezando a caer demasiadas veces.

Tampoco me gusta lo pesados que se están poniendo los guionistas con el tema de la aceptación de Jen de su nueva situación. Es algo que está presente en todos los capítulos y me parece que ya empieza a cansar. Entiendo que será el arco emocional de esta temporada, y al final, Hulka será ese personaje desinhibido y divertido que todos conocemos de los cómics, pero el camino se me está haciendo un poco largo.

Ya quedan solo dos episodios y aunque despacio, la trama avanza mientras al menos las dos últimas semanas hemos podido reírnos un poco. Habrá que ver qué pasa con la Inteligencia y quién es ese misterioso Rey Hulk. Y no nos olvidemos que aún nos queda ver a Daredevil, aunque mucho me temo que será poco más que un cameo.