Los fans de la de ciencia ficción lo hemos tenido difícil durante los últimos tiempos. Si bien nuestro género preferido está viendo una nueva era dorada en la gran pantalla, han pasado seis largos años desde que su último clásico televisivo, Battlestar Galactica, nos obsequiase su temporada final. Desde entonces un gran vacío ha reinado en el espacio que esta dejó atrás y aunque hemos podido ver multitud de series con potencial, como la malograda Defiance, Dark Matter o Killjoys (que brilla con luz propia) resulta obvio que estas carecen de los medios y el compromiso necesario para hacer frente a pesos pesados como The Walking Dead o Juego de Tronos.
The Expanse nos llega como buque insignia de la nueva hornada del canal SyFy con la misión, junto con la miniserie Childhood’s End, Hyperion de Dan Simmons y Gateway de Frederik Pohl de renovar el interés por la ciencia ficción ambiciosa, dura y de alta calidad, distanciándose de la Space Opera más fantástica y tradicional para ir acercándose a lo que nos brindan los universos literarios. The Expanse se basa en la saga de novelas de James S.A. Corey (seudónimo del dúo de escritores Daniel Abraham y Ty Franck) y las dos primeras temporadas adaptarán su primer volumen, Leviathan Wakes, que fue nominado a los premios Hugo y Locus de ciencia ficción en 2012.
El argumento de la serie nos lanza 200 años hacia el futuro. El ser humano ha colonizado el sistema solar, las Naciones Unidas controlan la Tierra y la Luna, Marte se ha independizado constituyendo una república militar y una nueva generación humana reside en el cinturón de asteroides. En el cinturón el agua y el aire son los bienes más preciados. Sus habitantes, conocidos como “Belters”, trabajan duro en esta nueva frontera para proveer a la Tierra y Marte de recursos naturales y tras varias generaciones viviendo en condiciones de baja gravedad, poseen características físicas y culturales alejadas de los habitantes de los “planetas interiores”. Mientras los gobiernos de la Tierra y Marte se encuentran enfrascados en una guerra fría, las tensiones con el cinturón se intensifican día a día llevando a la humanidad al borde del conflicto. No hará falta más que una pequeña chispa para que el sistema solar entre en guerra.
Olvidad los viajes más allá de la velocidad de la luz, los phasers, la miriada de civilizaciones alienigenas y las sociedades utópicas que nos presentaban series como Star Trek o Babylon 5. The Expanse nos muestra una visión mucho más realista y contemporánea de la hoja de ruta que la humanidad prevé seguir durante la próxima era de la exploración espacial. La trama de la serie, que mezcla el género noir con intrigas políticas y acción se mueve a un palpitante ritmo y nos presenta un rico y complejo panorama político y social lleno de matices, con personajes, facciones e incluso gobiernos que se caracterizan por su ambigüedad moral. Aquí no contamos con los buenos y los malos, sino con gente que intenta sobrevivir haciendo lo correcto en tiempos turbulentos.
Otro de los puntos más interesantes que distingue a la serie es su énfasis en mostrar de la manera más fiel las características de los viajes espaciales. Los altos valores de producción con lo que cuenta hacen que detalles como reflejar de manera precisa cambios en la gravedad dentro de las naves, el movimiento de los personajes en gravedad 0 o las impresionantes batallas espaciales a base de misiles y cañones de riel no sean solo señas de identidad propias, sino que proporcionan una frescura y diversidad que hacen de The Expanse una experiencia única desde el primer momento.
Los dos primeros capítulos de la temporada “Dulcinea” y “The Big Empty” (El Gran Vacío) tienen la función de introducirnos en este universo de la mano de los personajes principales. En Ceres, una de las estaciones más grandes del cinturón de asteroides, el detective Joe Miller (Thomas Jane) patrulla las calles junto a su nuevo compañero terrestre Dimitri Havelock (Jay Hernandez). En medio de los crecientes disturbios impulsados por la OPA, una organización secesionista que pretende liberar al cinturón del control de los planetas interiores, Miller recibe el encargo de buscar y encontrar a Juliette Andromeda Mao (Florence Faivre) la heredera huida de una de las compañías mercantiles más poderosas del sistema solar.
Mientras tanto en la tierra la a la vez afable y maquiavelica asistente subsecretaria de las naciones unidas, Chrisjen Avasarala (Shoreh Aghdashloo) interroga a un terrorista de la OPA dejándole sufrir las terribles consecuencias de soportar la gravedad terrestre en su frágil fisionomía. Avasarala teme que la tecnología de infiltración marciana que transportaba el agente cautivo signifique una alianza entre el Cinturón y Marte con el objetivo de derrocar al gobierno terrestre. En el espacio, el carguero Canterbury transporta toneladas de agua y hielo extraídos de los glaciares que se encuentran en los anillos de Saturno. James Holden (Steven Strait), recién apuntado segundo al mando, recibe junto con el resto de la tripulación una llamada de auxilio de la lanzadera Scopuli, un transporte a la deriva en la órbita de un pequeño asteroide.
A pesar de la negativa del capitán McDowell (Joe Pingue), Holden decide investigar la nave. McDowell le envía en la lanzadera Knight junto a un pequeño contingente de la tripulación, la ingeniero Naomi Nagata (Dominique Tipper), el piloto Alex Kamal (Cas Anval), el mecánico Amos Burton (Wes Chantham) y el médico Shed Garvey (Paulo Costanzo). Una vez dentro del Scopuli, el grupo descubre que la nave está desierta y la llamada de socorro esta siendo transmitida por un pequeño aparato. En ese mismo instante una nave desconocida, Alex teoriza de origen marciano debido a que usa tecnología de camuflaje, entra en escena y lanza sus torpedos mientras la tripulación de Holden vuelve al Canterbury a toda prisa.
Los misiles pasan de largo al Knight y se dirigen al carguero, que es destruido -con toda su tripulación abordo, la amante de Holden incluida- y desaparece en un haz de luz nuclear. Atrapados, a la deriva, sin apenas oxigeno y con una radio dañada, los integrantes del grupo deberán superar difíciles obstáculos para seguir adelante, desde una batalla interna por el liderazgo hasta ataques de pánico, equipamiento dañado y falta de oxigeno. Su batalla por la supervivencia no ha hecho más que empezar.
En Ceres, Miller descubre que las bandas criminales locales se han desvanecido misteriosamente y comienza a investigar paralelamente la desaparición de Julie. En su apartamento descubre que es la “oveja negra” de la familia, la joven ha huido de la jaula de oro en la que sus padres la tenían retenida y se niega a regresar a pesar de las amenazas que estos profesan. No solo es fuerte, independiente y capaz de cuidarse sola sino que sus ideales políticos la han impulsado a unirse a la OPA, con la intención de mejorar las condiciones de vida de los Belters. La cosa se complica cuando Miller descubre que Julie no está en Ceres, sino que salio de la estación a bordo del Scopuli, la nave que Holden y su tripulación se detuvieron a investigar.
Avasarala por su parte se ve obligada por su superior, Sadavir Errinwright (Shawn Boyle) a trasladar a su prisionero a las instalaciones de la luna para continuar con su interrogatorio, ya que la menor gravedad del satélite le permitirá sobrevivir sin estar introducido en un tanque de gel. Durante el traslado, el prisionero se suicida al zafarse del mecanismo automático que proporciona el “jugo“, las drogas que mantienen viva a la tripulación durante los periodos de alta aceleración gravitacional. Avasarala vaticina que todos los eventos están relacionados y que la época de la guerra fría llega a su fin, lo que venga a continuación será algo nuevo.
De vuelta en el Knight, Holden y Amos logran reparar la antena de radio dañada tras un “paseo espacial” y Shed logra salvar la vida de Alex que se estaba quedando sin oxigeno por culpa de una bombona defectuosa. Naomi descubre que el transmisor que estaba enviando la señal de socorro es alta tecnología militar perteneciente a la república marciana, lo que hace sospechar a casi todos (menos Alex) que es marte quien ha destruido el Canterbury. Tras montar un amplificador improvisado y transmitir una señal de auxilio, los peores temores del grupo se confirman. El Donnager, un enorme acorazado marciano, se dirige hacia su posición.
Entre la espada y la pared Holden toma una decisión que cambiará el balance de poder en todo el sistema solar. Temiendo que el Donagger simplemente “termine el trabajo” y lance su armamento contra ellos, retransmite un mensaje en haz de onda abierta hacia todo el sistema solar proclamando que el Canterbury ha sido destruido tras responder a una llamada de socorro falsa del Scopuli, en el cual la tripulación ha encontrado lo que parece ser tecnología militar marciana. Holden espera que la transmisión sirva como seguro de vida al grupo ya que cualquier intento de ataque por parte del acorazado marciano servirá como declaración de culpabilidad de Marte. Poco después, la tripulación del Knight es capturada por un destacamento de marines del Donnager.
Holden aún no lo sabe, pero lo que acaba de hacer es encender la mecha de un conflicto que cambiara no solo el panorama político del sistema solar, sino el destino de la humanidad…
Guau. Que ganas de ver la serie. Haber si me acabo Como Defender A Un Asesino y me empiezo esta o juego de tronos, hahahaha. Muy buena reseña. Un abrazo!
Me parece como tú dices que la serie es increíble por los detalles de gravedad cero. Y además me encanta que mezclen género negro, le da un toque muy distinto a las series de space ópera a las que estoy acostumbrada y me gusta. Además, si estuvieran todo el rato en el espaciome pasaría como en Dark Matter, que termina aburriéndome un poquito.
Seguro que como bien dices, es un vaticinio de lo que ocurrirá, visto que ET no se ha presentado por aquí todavía, ni transformers ni otro tipo de extraterrestres.
Ayer vi los dos primeros episodios, y si bien me encantó el punto “científico-realista” de todo, la trama por ahora me parece un poco insulsa. No me quedo con ganas de ver qué pasa en el siguiente episodio, eso sí disfruto cada detalle y cada pista de cómo es este nuevo mundo.
Muy buen análisis por cierto 🙂
PD: Hyperion tiene serie?
Es verdad que la trama tarda algo en arrancar, ya que aunque está adaptada a televisión viene de una fuente literaria, sin embargo cuando los engranajes empiezan a rodar merece la pena y mucho. 🙂
Hyperion no tiene serie aún pero parece que hay planes de adaptar el libro de Dan Simmons por parte de Syfy con un presupuesto y nivel de calidad parecido al de The Expanse. Yo desde luego lo espero fervientemente.