Resta solo un episodio para concluir la primera temporada de The Walking Dead: Daryl Dixon y analizamos los que nos ha dejado el penúltimo, cuyo título es Deux Amours (Dos Amores). La serie, creada por David Zabel, es emitida por AMC+.
Bienvenidos nuevamente, caminantes del apocalipsis, para analizar otro episodio de The Walking Dead: Daryl Dixon. Hoy es el turno del quinto, que por fin nos revela, a través de un flashback que se veía venir, lo ocurrido con Daryl desde que le dejásemos en The Walking Dead.
Ello hace que la historia discurra en dos líneas temporales, pero también en escenarios diferentes, ya que tenemos por un lado el viaje de Daryl llevando a Laurent hacia el Nido y, por otro, la trama de Isabelle, que se ha quedado con Quinn en París a los efectos de garantizar que el niño pudiese salir de la ciudad a salvo.
Pasemos ya mismo a analizar esta penúltima entrega no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que, pinchando en los respectivos links, pueden echar ojo a nuestros análisis previos, tanto de esta como de las otras series de la franquicia. ¡Bon Appetite!
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El Río
Comenzamos en barco y navegando el Sena, pero ya claramente fuera de París, lo cual nos da evidencia de que Quinn, aún no sabemos en ese momento cómo, ha logrado cumplir el pedido de Isabelle sobre facilitar la salida de la ciudad a Laurent y Daryl.
Este último, justamente, va conversando con Azlan, el barquero (Hassam Ghancy), quien posee un reloj con una imagen de El Nido que es, hasta ahora, nuestra única aproximación al aspecto del mismo. Además, simboliza para él haber encontrado sentido a su vida.
El hombre es musulmán y la conversación deriva inevitablemente hacia la fe y creencias, algo se repite bastante en el episodio. Al preguntarle a Daryl de dónde viene, caemos al primer flashback sobre de lo ocurrido con este tras su despedida en The Walking Dead.
Caminantes de exportación
Nos enteramos entonces que, viajando en moto, Daryl llegó a Maine y se quedó sin combustible. Un sujeto en camioneta, sin brindar precisiones, le dice que puede darle un bidón si es bueno con la ballesta.
Resulta que el hombre integra una especie de grupo que sale a cazar caminantes, pero con la idea de capturarlos “vivos” (les ponen bozales) y, además, “frescos”, es decir de zombificación reciente.
Aun cuando no sepa de qué va la cosa, Daryl demuestra habilidad en tal faena y logra valerse del equipo de radio del grupo para establecer contacto con Carol. Tras ponerla al tanto de su situación y paradero, la comunicación se interrumpe en el exacto momento en que ella expresa que alguien “volvió”, pero no llega a decir quién…
Hay entre ellos un joven inexperto que es constantemente ridiculizado por el resto. En un momento, se ofrece a acompañar a Daryl cuando parta pero este se muestra hosco y poco interesado. Sin embargo, poco a poco va cayéndole bien y hasta le enseña a usar el hacha, pero acaba encontrándolo como caminante y capturado mientras un tal Juno (John Ales) deja entrever que le mató mientras dormía…
Daryl estalla en furia, acabando la cosa en pelea y con ambos detenidos. Es así cómo termina enterándose que los caminantes capturados son embarcados con destino a Europa, aunque desconoce el motivo. En cuanto a su propia situación a bordo o la de Juno, todo indica que son simplemente alimento…
La situación los fuerza a formar alianza y, en alta mar, Daryl finge estar mal y Juno llama a los guardias, pero todo es obviamente una treta para escapar. Daryl libera unos cuantos zombies para ponérselo difícil a sus perseguidores y así logran con Juno llegar al bote, pero este último muere al ser atacado por un caminante insólitamente enérgico y de movimientos rápidos. Daryl, en cambio, logra desembarazarse del mismo y así es cómo acaba en el bote, siendo lo demás historia conocida…
Sin Transporte
Vueltos al presente, el barco hace un alto en el viaje fluvial. Azlan aprovecha para orar mirando al este a la usanza islámica mientras Daryl enseña a Laurent a matar y destripar un pescado, aun cuando este insista en que no quiere matar a ningún ser vivo.
En la noche, son atacados por zombies de la variante quemadora y Daryl encuentra a Azlan agonizando y ensartado contra un poste telefónico (???). El desdichado barquero dice ya estar condenado por hallarse cubierto de sangre de caminantes y agradece morir mirando al este. Entrega a Daryl su reloj y le deposita su confianza para llevar al niño a destino.
Daryl intenta alcanzar el barco con Laurent, pero al llegar a la vera del río se encuentra con que no está, pues la amarra ha sido cortada por Laurent con el cuchillo que él mismo le dejara para protegerse. Estalla en furia, pero se calma cuando el niño le explica que ha perdido uno tras otro a todos sus seres queridos y no quiere que pase lo mismo con él cuando hayan llegado al Nido.
Súbitamente deben ocultarse porque los de Genet rondan por la zona y, para colmo de males, han encontrado el libro y el cubo de Laurent, así que saben que no anda lejos. Daryl le entrega el reloj a Laurent y le dice que simplemente siga el río hasta llegar al lugar allí representado. Para cubrirle en su huida, busca sorprender a los guerrilleros, pero es capturado y quieren información sobre el niño mientras bajo amenaza de arrancarle un ojo.
Daryl no cede, pero Laurent aparece entonces en escena para entregarse…
Gladiador
En el Demimonde, Quinn le ha preparado a Isabelle una habitación con todos los gustos, desayuno y Monet incluidos. Quiere que vuelva a amarlo y ella parece en principio seguirle la corriente, pero en algún momento está a punto de enterrarle su navaja y se arrepiente. Después amaga suicidarse y sus muñecas evidencian que no es el primer intento.
Genet convoca a Quinn a la Mansión Mére y va acompañado de Isabelle. Al llegar y en escabrosa escena, ven que están torturando a un guerrillero y, tras las presentaciones del caso, Genet les anoticia de que el sujeto ha aceptado un soborno por dejar salir de París al niño y al americano. Entendemos entonces de qué modo lograron salir y si ello es ya de por sí motivo de preocupación para la pareja, además tienen allí detenidos a Daryl y al niño: fue Anna, en sus celos, quien los entregó.
Genet da una encendida arenga de tono nacionalista llamando a iniciar la sexta república, pero no sobre las antiguas bases sino, según dice, con una nueva sociedad sin élites. Daryl es llevado a una arena de combate que, una vez más, nos trae recuerdos del Madison Square Garden en Dead City. Una vez en el centro, se le hace entrega de un hacha e introducen a un caminante que parece tomar especiales vigor y fuerza al inyectársele un suero en el cuello…
Balance del Episodio
Finalmente hemos podido ver cómo fue que Daryl acabó en ese bote (¿por qué estaba invertido?), así como avanzado en conocer algo que en realidad ya sabíamos: que las nuevas variantes de caminantes, ya sean más rápidos, más poderosos o que segregan ácido, fueron creadas por experimentos.
Me molesta un poco la tendencia a repetir situaciones que ya vimos en otras series y muy especialmente en Dead City: a la sala de teatro y a los caminantes recorriendo fosas de defensa o cayendo desde los techos se suma ahora también una arena de lucha. Y es una pena porque el marco de Francia brinda el marco ideal para construir algo diferente y no una mera versión gala de New York.
Además, si vamos a comparar, nos están faltando villanos de peso como el Croata o la Dama: Genet todavía no califica y su discurso no se entiende del todo, mientras que su pasado sigue quedando en el misterio aun cuando Laurent haya sugerido que percibe dolor en el mismo: imposible no relacionar con aquella escena del bebé en la entrega anterior.
En cuanto a Codron, comienzo a preguntarme si la única razón de su presencia es que la muerte de su hermano otorgue una excusa para crearle a Daryl un enemigo acérrimo que, hasta aquí, pinta muy poco como tal.
El niño, por su parte, hace tonterías, lo cual es casi una constante de la franquicia, pero el que haya cortado la amarra del barco daba buena oportunidad para explorar su vínculo con Daryl y más ahora que sabemos de la culpa de este último por no haber protegido lo suficiente a aquel muchacho asesinado y convertido en zombie for export. Sin embargo, ese posible desarrollo quedó trunco demasiado pronto al ser ambos capturados.
Tampoco se sabe bien hacia dónde conduce la historia de Isabelle y Quinn que, aun cuando sobre el final pareciera unirse con la del resto, hasta aquí solo corta clima. La venganza de Anna se veía venir, aunque admito que no la esperaba de ese modo: pensé que iría contra Quinn o a lo sumo Isabelle, pero su psicosis fue mucho más allá y se cargó también a Laurent y a Daryl.
El combate entre este último y el súper-zombie promete y espero que no arruinen tan buen cliffhanger con una resolución precipitada. Por cierto, ¿en qué andan Sylvie, Emile, Fallou y el resto? Sabemos que quedaron en París, pero dudo que no volvamos a saber de ellos y se me ocurre que pueden oficiar de salvadores. Y a no descartar, por supuesto, ese enigmático mensaje de paloma mensajera que recibió Isabelle, aparentemente desde el Nido: ¿llegará desde allí ayuda? Ojo: podríamos tener una gran batalla si la saben aprovechar…
Entre los buenos momentos caben destacar los diálogos de fe o religión: de hecho, son varias las situaciones a lo largo del episodio en que vemos a alguien rezar, práctica que Daryl mira todavía desde afuera y de soslayo.
En definitiva, hemos vuelto a ver una entrega correcta, aunque no del nivel de la que nos llevara a París dos episodios atrás. Y a falta de un único capítulo, parecen quedar flotando varias preguntas que cuesta creer que sean respondidas, así como personajes que requerirían un mayor desarrollo.
Habrá qué ver qué tanto de ello pueda haber en la última entrega o si una hora será suficiente para todo eso, pero recién lo sabremos cuando la hayamos visto y esta temporada quede concluida.
Hasta entonces y sean felices…