Continuamos analizando The Walking Dead: Dead City, serie que, creada por Eli Jorné y emitida por AMC+, es el cuarto spin-off nacido de la serie principal The Walking Dead. Hoy nos toca el segundo episodio y su título es “¿Quién está allí?”
Bienvenidos nuevamente a la New York postapocalíptica. Nos toca hoy analizar el segundo episodio de The Walking Dead: Dead City que, como ya sabemos, sigue a Maggie y Negan, personajes plenamente identificables para los fans de la franquicia y con un antagonismo fuertemente marcado por sucesos de la serie principal.
La nueva entrega nos permite cubrir algunas lagunas del pasado y conocer algo más a los grupos que, como tribus, pueblan la “gran manzana”. Pasemos ya al análisis, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer en nuestra web los análisis de esta y las otras series de la franquicia.
Análisis de Fear the Walking Dead.
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Análisis de Tales of the Walking Dead.
Análisis de The Walking Dead: Dead City.
La Historia del Croata
Una mujer con aspecto de pordiosera y hablando en una lengua extraña se ha quedado con la mochila de Maggie. Ello motiva una persecución por escaleras y azotea hasta que la ven cruzar de un edificio a otro a través de una tirolesa que, por lo que vamos viendo, son bastante habituales en esta New York postapocalíptica.
Contrariamente a lo esperado, les hace seña de que la sigan y es eso lo que Negan y Maggie hacen mientras los caminantes se les vienen encima y otros acechan abajo. A Maggie le cuesta llegar al otro lado, pero aun así no acepta la ayuda de Negan y lo termina haciendo por cuenta propia.
La mujer, a la que Negan llama Paloma, pero de quien luego sabrán que se llama Esther (Eleanor Reissa), solo quiere intercambiar cosas. Les lleva con su gente, pero la recepción no es buena y hay paranoia. Tommaso (Jonathan Highinbotham) y Amaia (Karina Ortiz) son una pareja armada y bastante mal llevada, aunque para alivio de Maggie y Negan, no responden al Croata sino que forman parte de una comunidad diferente cuyo líder es un sujeto llamado Luther (Michael Anthony).
Desconfían de los recién llegados por sospechar que son parte de los burazi, de quienes ninguno de ambos tiene la menor idea y nosotros tampoco. En una muy mala mentira, Maggie cuenta que naufragaron mientras viajaban a Canadá pero, desde luego, no les creen y acaban encerrándolos en “un baño de mala muerte”.
Allí, Negan saca a relucir el pasado y cuenta a Maggie su verdadera relación con el Croata que, tal como suponíamos, viene de antes de que se cruzase con el grupo de Rick. Al parecer, era alguien que la había pasado verdaderamente mal y fue acogido por Negan en los Salvadores al punto de convertirse en su torturador oficial…
Sin embargo, no parecía tener límites y aunque a primera vista no veamos por qué eso iba a molestar justamente a Negan, entendemos todo en cuanto nos cuenta que el Croata no tuvo empacho alguno en torturar a una niña. Ya sabemos sobradamente que ese es el talón de Aquiles de Negan: con los niños no… Y la cosa terminó mal: intentó matarlo, pero el disparo “solo” le arrancó una oreja…
Van Gogh
De pronto todo se alborota y el lugar es copado por los burazi que, al parecer, responden al Croata. Tommaso y Amaia acusan a Maggie y Negan de haberlos atraído y vuelven con lo de que están con ellos, pero Negan da sobradas pruebas de que no: primero al apoyar una hoja sobre el cuello de Tomasso para luego retirarla y después al tomar como rehén a uno de los burazi y, tras destrozar tres cristales con su rostro, abrirlo al medio para arrojar sobre sus compañeros una lluvia de sangre y vísceras previa al cuerpo completo o lo que queda de él.
La escena es vista por Maggie y está claro que le trae recuerdos. El propio Negan se muestra descolocado al comprobar que le está viendo, pues queda evidente que el monstruo dentro suyo (ese que él dice ya no ser) reaparece en cuanto tiene oportunidad.
La comunidad de Luther ha perdido su lugar, pero están a salvo o al menos la gran mayoría, pues la pobre Esther no la llevó tan bien: lástima, porque no nos caía mal. Maggie les cuenta finalmente la verdad acerca de su hijo secuestrado por el Croata o, como ellos le llaman, “Van Gogh”. Demuestran empatía, aunque le pronostican que no va a poder llegar a él…
Hilltop
Por otra parte, el episodio lleva otras dos subtramas. Vemos, por un lado, a Ginny incorporarse a la comunidad de Hilltop, en la cual se trabaja la tierra y hasta tienen una escuela. Lo de incorporarse es solo una forma de decir porque se nota que no está a gusto y extraña a Negan: una vez más, aflora la particular relación entre este y los niños…
La cuestión es que Ginny termina tomando una moto para escapar. ¿Irá a buscarlo a él tal vez? Digamos que, de acuerdo a lo que hemos visto, la va a tener muy difícil para llegar a New York y moverse una vez allí.
Por otra parte, un flashback nos muestra lo que no habíamos visto: los tiempos en que Maggie convivía en Hilltop con su hijo Hershel antes de que fuera secuestrado por el Croata. Y notamos que, al igual que Ginny, el muchacho no parecía sentirse muy a gusto allí: le vemos retraído, depresivo y desinteresado en los entrenamientos de supervivencia.
Trampa
La otra subtrama tiene que ver con Pearlie Armstrong, a quien habíamos dejado inconsciente en el piso y salvándose por muy poco de que Maggie acabara cón él a culatazos. Alcanza a despertar a tiempo para no ser devorado por zombies y vemos que tiene la dirección de un tal Joel Armstrong. Damos por descontado que es un familiar, aunque no se nos dice nada al respecto. ¿Hermano tal vez? Sea como sea y una vez en su domicilio, encuentra que se ha quitado la vida…
Devastado, deja el lugar, pero una trampa en los callejones lo levanta en vilo. Mientras los caminantes intentan en vano alcanzarle, llega un grupo de los llamados burazi y, despejándose el camino, le acaban bajando al suelo. Vemos entonces que quien los lidera es El Croata, que busca calmar a Armstrong diciéndole que está seguro con ellos. ¿Será cierto?…
Balance del Episodio
Les comentaba en el análisis anterior sobre ciertas reminiscencias de manga en la serie. Pues las persecuciones y los cruces entre azoteas me hicieron acordar bastante a Tenku Shinpan (Invasión de Altura), del cual pueden leer en esta web tanto mi análisis como el del anime correspondiente a cargo de mi compañero Juanjo. Y los escapes a través de tirolesas me trajeron recuerdos de The Promised Neverland.
Hemos visto una entrega de tono algo más pausado que la anterior, pero eso tiene que ver con que después de una entrada sin anestesia, estamos empezando a conocer el pasado de algunos personajes, así como qué ocurrió entre el final de la serie principal y el comienzo de esta.
Era de prever que la historia de Negan y el Croata fuera anterior a los sucesos relacionados con el grupo de Rick, pues no había noticias del segundo en aquel momento. Pero el diálogo del baño resulta no solo revelador en ese aspecto sino que además vuelve a mostrar que Negan tiene un punto débil y son los niños.
Recordemos, de hecho, la relación especial que tenía con Carl y lo mucho que le afectó enterarse de su muerte. Después mantuvo un vínculo muy fuerte con Judith y, de acuerdo a lo que vimos en esta serie, también con Ginny, de cuya protección se hizo cargo y recién sintió tranquilidad cuando Maggie le garantizó que estaría segura en Hilltop. Atendiendo a eso: ¿perderá Maggie un as de espadas si la niña, ya escapada, llega a aparecerse en la New York zombie?
La dualidad de Negan termina siendo explicativa de su conflicto con el Croata y le da sentido. Interesante también cuando dice no ser ni haber sido nunca un monstruo salvo cuando había que representar una escena para sus seguidores. Y otra vez hay coherencia porque de ser así se entiende que destripe a uno de los burazi para ganarse la confianza del grupo de Luther.
Y la mirada de Maggie en ese momento es una devolución casi en espejo de la que le dirigiera él en la entrega anterior cuando estuvo a nada de acabar con Armstrong. Si algo deja claro este episodio es que Negan sigue siendo Negan…
Y ya que hablamos de Maggie, el flashback con su hijo, aunque breve, nos permite conocer algo más de la relación que sostenían y el perfil de personalidad de Hershel. Faltan aún determinar las circunstancias en que este acabó raptado por el Croata, pero supongo que lo iremos sabiendo en próximas entregas.
Y ya que hablamos del Croata seguimos, más allá de lo contado por Negan, sin conocerle en demasía, pues apenas le hemos visto en la última escena. A lo que voy: aún no logramos determinar hasta qué punto se propone respetar la palabra dada a Armstrong de que está seguro con ellos. Ya sabemos que si de algo no sabe es de límites…
Y ya que hablamos de Armstrong, hemos llegado a entrever algo de un posible pasado familiar que todavía se nos presenta misterioso, pero al parecer traumático y doloroso.
En definitiva, hemos tenido otra gran entrega, que mantiene el tono oscuro y urbano de la anterior y profundiza algo más en la particular “fauna” neoyorquina, con grupos que controlan determinadas áreas y luchan por el poder sobre la ciudad. Pero lo fundamental es que, a pesar del ámbito y clima diferentes, las tramas no pierden coherencia con los hechos que hemos visto en la serie principal. Ojalá siga así…
Hasta la próxima y sean felices…
