Bienvenidos una semana más a los Ozarks. Los niños Purcell han desaparecido y asistimos a la investigación dirigida por Wayne Hays y Roland West. Bienvenidos a True Detective III.
Análisis de los capítulos de True Detective
1980: SE AMPLIA EL CERCO
Tras la aparición de la misteriosa nota dirigida a la familia Purcell, Hays y West deciden desandar lo andado y repasar todas las pruebas. Es así como la trama comienza a complicarse.
Y es que parece ser que los niños mentían a sus padres. Si bien estos pensaban que pasaban casi todas la tardes jugando en casa de los vecinos Boyle, resulta que los niños tenían un amigo secreto, que conocía sus penalidades en el domicilio familiar y que quería “salvarles” y que nadie les encontrara, algo que concuerda con lo que contenía la famosa nota que reciben los Purcell.
El rastreo del parque estatal de los Ozarks lleva a Hays a encontrar los dados del juego de rol de Will y una bolsa repleta de juguetes desconocidos para el padre del crío. También vemos una piedra ensangrentada. Es el lugar donde asesinaron a Will antes de arrastrarlo a la cueva. Cerca de allí se erige una granja en la misma nada, cuyo dueño parece reacio a que le registren la casa y menciona la aparición de un Sedán último modelo de color marrón conducido por un hombre negro y una mujer blanca.
Cuando Hays y West vuelven al domicilio Purcell, aparece un álbum de fotos familiar en el que, para sorpresa de Hays, hay una foto de Will en su primera comunión en la misma postura en la que fue encontrado cadáver. Esto nos lleva a dos suposiciones: la primera, que el asesino/a estaba lo suficientemente cerca de la familia como para tener acceso al álbum. La segunda, que el criminal parece imbuido de fuertes sentimientos religiosos.
Al igual que en la primera temporada de True Detective, la teoría de la conspiración comienza a cobrar fuerza. Una ONG infantil que pertenece a la empresa más grande del pueblo ofrece una recompensa por dar información de los niños Purcell, ya que la madre estuvo trabajando en la fábrica hacía dos años. La figura sombría de Hoyt, un hombre que pasa varios meses en África de safari, es carne de sospecha. Veremos a ver en qué queda esta subtrama.
Por otro lado, Woodward el indio es emboscado por un grupo de pueblerinos que no quieren que se acerque a sus hijos. Las consecuencias de la guerra vuelven a emerger. Al fin y al cabo, Woodward vio su vida arruinada por defender a hombres como los que ahora le están linchando. Por ello, cabreado, vuelve a su casa y coge un macuto que parece contener una cadáver infantil. Sabemos que no puede ser Julie, pero la cuestión es: ¿Qué esconde Woodward?
1990: DESTINOS DISPARES
Diez años después, contemplamos qué ha sido de Roland West. Parece que le ha ido bastante mejor que a Wayne. Como teniente de la policía estatal, West será el líder del equipo que reabrirá el caso Purcell, y quiere contar con Hays, con quien ha enfriado la relación desde que se separaron. Su empeño en desentrañar el caso no llegó a los niveles obsesivos de Hays e, incluso, ayudó al padre Purcell a abandonar el alcohol y reformarse, algo que ha hecho ayudándose de la fe.
Por otra parte, Wayne cayó en desgracia y trabaja transcribiendo casos, apestado por la alcaldía, que no desea que vuelva a trabajar como inspector. El caso continúa obsesionándole tanto a él como a Amelia, aunque ella lo ve más como una oportunidad para adquirir fama con su novela, lo que molesta a Wayne y parece ser la principal fuente de discusión entre ambos. En cambio, él parece vivir con un miedo permanente a que alguien haga daño a su familia, lo que parece haber sido la causa de que su hija se acabara alejando de él.
2015: PERDERLO TODO
La demencia transcurre imparable en la mente de Hays, que ha tenido varios episodios de desorientación en los que se encuentra en el barrio donde ocurrió el caso que marcó su vida. En una alucinación en la que habla con su esposa y se insiste en ese tiempo difuminado, Amelia le insiste en que, para poder desvelar la verdad, Hays debe derrumbar los muros que ha colocado inconscientemente en su mente y revelar lo que escondió en el bosque. Parece que nuestro protagonista tiene mucho que decir todavía sobre lo ocurrido en el caso.
Uno de los pocos datos objetivos dentro de esta línea temporal es la gran cantidad de fallos que se cometieron durante la investigación original, sobre todo en lo que concernía al conocido Sedán marrón, por el que, misteriosamente, no se indagó lo suficiente.
CONCLUSIONES
La trama de True Detective transcurre lenta, pero segura. No cuenta con la ventaja de la sorpresa que nos proporcionó la primera temporada, pero estos tres episodios saben constantemente a deja vu. Pizzolato parece más preocupado por las consecuencias que por las causas. Así, Hays seguirá posando sus ojos en los diferentes sospechosos del caso Purcell. Entre tanto, nosotros seguiremos posando nuestros ojos en el detective atormentado durante 30 años por un caso en el que hasta él tiene mucho que esconder.
Sed felices!
Bueno, a ver como lo digo. Este episodio es un bajonazo. Se nota que Pizzolato se fija demasiado en lo que le funcionó en la primera temporada. Repite muchos esquemas, en consecuencia como dices hay un deja vú. Por el lado positivo decir que Mahershala Ali hace un papelón. Y la serie bien está pero no alcanza las cotas de antaño.
Es lo que ya temía. Desde que se anunció la localización ya me olía que Pizzolatto quería volver a lo que fue la primera temporada. Y todo por culpa de que el cambio de la segunda no fue bien aceptado. La riqueza de esta serie para mí es la originalidad. Con esta temporada… cero.
No creo que la primera temporada de True Detective fuera original, aunque sí que combinaba una serie de elementos que la convirtieron en un éxito por ser, sin saberlo, una serie necesaria en la que época que se estrenó. De momento, bien sin entusiasmar.