La serie polaca Bosque Adentro, producida por Leszek Dawid y Bartosz Konopka, adapta la novela The Woods, del exitoso escritor de misterio Harlan Coben. Asesinatos, desapariciones, hallazgos de cuerpos y la sombra del pasado con el bosque como marco.
Por alguna razón, tal vez por aquello de que nadie es profeta en su tierra, las novelas de Harlan Coben parecen ser adaptadas a la pantalla en cualquier parte del mundo menos en Estados Unidos, tanto que ya para esta altura podríamos decir que es el más europeo de los escritores americanos (y, de hecho, él mismo, a través de su cuenta de Twitter, alentó a sus seguidores a ver la serie en polaco original y con subtítulos). Repasemos las series basadas en historias suyas: Safe, No hables con Extraños, The Five (las tres británicas), No Second Chance (franco/belga), la próxima e inminente El Inocente (española) y, en este caso, desde Polonia nos llega Bosque Adentro, basada en su novela El Bosque, de 2007 y de la cual, además, es productor ejecutivo.
Un Escenario Diferente
Ya desde el título, vemos que la floresta vuelve a instalarse como escenario de un thriller en una serie europea, con lo cual Polonia también parece sumarse a la tendencia que se advierte en las propuestas nórdicas, alemanas, francesas o belgas. Es que, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con los Estados Unidos, en donde la geografía aún permite una mayor diversidad de encuadres naturales medianamente vírgenes o, al menos, poco urbanizados, en Europa el paisaje se halla mucho más alterado por el ser humano y ello hace que, quizás, montañas y bosques se terminen casi convirtiendo en únicas opciones al momento de crear misterio o situaciones de aislamiento. Y encima, por lo que se dice, en Londres hay cada vez menos niebla. Pero, bueno, no es tampoco algo nuevo que cuando las cosas son más complicadas es cuando más se aguza la imaginación y los europeos se las arreglan bastante bien para lidiar con tales límites.
En este caso particular, Polonia vuelve a mostrarse como una de las nuevas canteras de thrillers en formato de series y el catálogo de Netflix puede dar buena fe de ello con ejemplos como Ultraviolet, 1983 o En La Ciénaga (El Pantano para América Latina). El escenario de la trama, por supuesto, está también trasladado a Polonia (la novela original transcurre en Essex, New Jersey) y no deja de ser un fenómeno interesante y hasta paradójico que la plataforma haya invertido el común hábito de que las historias creadas en Europa o en otras partes del mundo fueran transportadas al ámbito norteamericano.
Del Pasado al Presente
La historia transcurre en dos líneas temporales separadas por veinticinco años: una ubicada en 1994 y la otra en 2019. La primera de ellas tiene que ver con un campamento juvenil y la incursión nocturna en los bosques por parte de cuatro jóvenes que abandonan el mismo, dando lugar a un hecho que quedará en el misterio por muchos años, ya que, mientras dos de los cuerpos resultan hallados sin vida entre la floresta, los otros involucrados terminan siendo dados por desaparecidos y, a la postre, por muertos de hecho.
La más actual de ambas líneas temporales tiene como personaje central a Paweł Kopiński (era Paul Copeland en la novela original), un fiscal de Varsovia, cuya hermana menor Kamilla es una de las jóvenes desaparecidas en aquel mencionado episodio. La sorpresiva aparición en los bosques de uno de los cuerpos parece, a todas luces, cuadrar con Artur, el otro joven entonces desaparecido quien, además, era su amigo. Dos cosas, sin embargo, sorprenden y no parecen terminar de encajar: por un lado, el cuerpo hallado no se corresponde con un joven veinteañero sino con un hombre que tendría aproximadamente la edad de Artur en 2019 (ya sé: están pensando en Dark, pero no va por ese lado ni tiene nada que ver con viajes en el tiempo), de lo cual se desprende no solo que el asesinato es reciente sino que ha estado vivo durante todo el tiempo mediante. Por otro lado, no deja de desorientar a Paweł que los propios padres de su amigo no identifiquen al cuerpo como correspondiente al desaparecido hijo del matrimonio.
La particular obsesión del fiscal tiene que ver con que si Artur ha estado vivo durante todo ese tiempo, cabe también la posibilidad de que lo mismo pueda haber pasado con su hermana y que, inclusive, pudiese ella aún seguir con vida pues su cuerpo sigue sin aparecer. Pero en medio de todo ello se suman otras cuestiones para hacer el escenario más complejo: Paweł., como fiscal, no tiene el mejor historial ya que ha hecho ciertas cosas poco santas en el pasado aun cuando el objetivo final de las mismas pudiese ser noble.
El pasado, justamente y como no podía ser de otra manera, ha dejado fuertes marcas en Paweł y no solo porque una de las jóvenes desaparecidas fuera Kamilla sino porque él mismo se desempeñaba como chaperón a cargo de aquel campamento de verano y, para colmo, andaba distraído en arrumacos con Laura, quien fuera su amor de aquellos años.
El presente atormenta por igual a Paweł y lo hace por partida doble ya que, más allá de haberle traído de vuelta la historia, para él nunca cerrada, de su hermana menor desaparecida, también lo tiene involucrado como fiscal en la investigación de un caso de violación, subtrama que puede parecer algo desconectada pero que, creo yo, funciona más que nada para que conozcamos mejor a Paweł, tanto en sus sentimientos como en su accionar. Además, está a cargo de una niña pequeña tras haber enviudado hace poco y, como no podía ser de otro modo, su trunco amor con Laura vuelve a llamar a la puerta con la siempre insistente reincidencia de las historias inconclusas.
Balance Final de Temporada
La trama está bien narrada y se sostiene en las buenas actuaciones de todo el elenco, ya sea tanto por parte de quienes interpretan a los personajes de jóvenes como de adultos y, de manera muy especial, es Grzegorz Damięcki quien se lleva las mayores palmas al dar vida de manera muy natural y creíble a un Paweł tan inseguro como obstinado: el hombre que se debate entre seguir adelante con su vida o cerrar las heridas que ha dejado el pasado.
La parte visual también está muy bien lograda y, volviendo a la narrativa, puede dar la impresión de marchar a veces algo lenta pero, en realidad, se trata de un ritmo distinto que sabe, sin embargo, crear atmósfera y que, lejos de aburrir, mantiene el interés hasta el final. De hecho, hay algunos elementos distractores (como el antisemitismo) y lo mismo varios giros sorprendentes que, poco a poco, nos irán mostrando que lo ocurrido en el bosque quizás no haya sido un único hecho ni un único crimen, pero, en fin… no quiero decir más al respecto. Los episodios son solo seis, lo cual es algo que facilita el visionado, en tanto que, sobre el cierre, la última revelación parece dejarnos a la espera de una segunda temporada.
Un buen producto del cual se puede decir que,aun cuando polaco, tiene características que remiten claramente al noir escandinavo, del cual no hace falta decir que viene marcando tendencias incluso fuera de los países nórdicos; sin embargo, creo que el manejo de los tiempos y del ritmo narrativo son más bien propios del cine de Europa Oriental (de hecho, hay quienes ya utilizan la denominación polish noir para este tipo de propuestas). No es que se destaque especialmente entre otras propuestas del género, pero mantiene el suspenso, se deja ver y, en definitiva, funciona.
Un afectuoso saludo y sean felices…