Ya podemos ver en SkyShowtime los diez episodios de la miniserie Chacal, adaptación de la novela El día del Chacal de Frederick Forsyth que ya fue llevada al cine dos veces, una en el año 1973 protagonizada por Edward Fox y otra de 1997 en la que el papel principal estaba en manos del mítico Bruce Willis.
La novela original trata sobre un asesino profesional que es contratado por el grupo terrorista francés OAS a comienzos de la década de 1960 para matar a Charles de Gaulle, presidente de Francia. Nadie conoce a dicho asesino nada más que por su seudónimo, siendo además un consumado maestro del disfraz al que tiene que dar caza un esforzado detective francés.
La adaptación de 1973 es bastante fiel a la novela, mientras que la de 1997 se toma algunas libertades para amoldarla al gusto de su época. Eso es lo que vuelve hacer la miniserie de SkyShowtime, de tal manera que de la obra original solo quedan sus elementos esenciales, el misterioso y supercompetente asesino y el juego del gato y el ratón que se establece entre este y su perseguidor.
Tanto el libro como la primera película son dos de mis obras del género de espionaje favoritas, por lo que me acerqué a la nueva adaptación con una mezcla de esperanza y miedo por lo que me iba a encontrar. Y aunque no supera a sus predecesoras, sí que tengo que admitir que esta versión de El Chacal me ha gustado bastante.
En la misma, el papel de El Chacal recae en el británico Eddie Redmayne y su víctima es ahora Ulle Dag Charles (Khalid Abdalla), un magnate de las telecomunicaciones que está a punto de lanzar un software que permitirá conocer todos los movimientos del dinero que se dan en los mercados internacionales.
Los grandes magnates no están muy felices de que las personas de a pie sepan adónde va a parar el dinero, por lo que contratan a El Chacal para acabar con el problema. Su camino se cruza con Bianca Pullman (Lashana Lynch), una tenaz agente de inteligencia británica que empieza a seguirle la pista en una emocionante persecución a través de Europa, dejando un rastro de destrucción a su paso.
Mientras, el asesino intenta conciliar su vida profesional con su vida personal como esposo de Nuria (Úrsula Corbero), con la que vive en Cádiz y tiene un hijo de dos años y que por supuesto no sabe nada del verdadero trabajo de su marido.
El principal atractivo de la serie, como lo era en la novela original y en las otras dos adaptaciones, es el mencionado juego del gato y el ratón que entre El Chacal y su perseguidora, en este caso Bianca. Se establece un doble plano narrativo en el que vemos por un lado cómo el asesino planifica sus acciones con un grado de meticulosidad enfermizo y cómo la agente de inteligencia va siguiendo las pocas pistas que tiene para intentar dar con su escurridizo rival, todo un maestro del disfraz con múltiples identidades.
Para que el relato funcione y pueda llenar los diez episodios de los que consta la serie tenemos una serie de tramas secundarias que sirven para dotar de profundidad a los protagonistas. Esto se hace mostrando al espectador sus vidas familiares, estableciéndose una especie de paralelismo entre El Chacal y Bianca, ya que ambos son dos personas que anteponen sus profesiones a la familia, con el coste que esto conlleva.
El problema de la serie es el de siempre. La trama principal funciona y muy bien. Es apasionante ver cómo El Chacal se prepara para llevar a cabo sus asesinatos, al igual que ir viendo el rastro de miguitas de pan que sigue Bianca para acercarse a su rival. Sin olvidar las escenas de acción, muy bien resueltas, con un resultado atractivo y espectacular.
Lo malo es que las dos tramas familiares no tienen suficiente peso dramático y son solo las típicas relaciones afectadas por las obsesiones de los protagonistas. Esto hace que esta parte de la serie acabe resultando aburrida y cada vez que aparecen estos personajes dan ganas de pasar la escena a cámara rápida.
Al menos, Úrsula Corberó logra dar personalidad a Nuria, con un meritorio acento gaditano además. Y también es cierto que esta parte de la historia acaba teniendo un peso muy importante al final de la serie, pero no deja de ser un añadido que acaba ralentizando la trama principal, esa caza del asesino que es lo que estamos deseando ver.
Por otro lado, da gusto ver el trabajo del siempre eficaz Eddie Redmayne, que logra trasmitir en todo momento la personalidad de un personaje tan complejo y lleno de matices como El Chacal. Cuando está con su familia le vemos ser un amoroso marido y padre, pero cuando se pone manos a la obra, la mirada y gestos del actor logran trasmitir siempre la peligrosidad del personaje y su ambigüedad moral.
En cuanto al apartado técnico, hay que decir que se nota que tanto Sky como Peacock, la productora, han puesto toda la carne en el asador. La serie está muy bien rodada, con espectaculares escenas de acción que van dando paso a pasajes mas tranquilos para seguir la investigación de Bianca y la preparación de los asesinatos. Además, luce magnífica, con espectaculares escenarios naturales en distintos países de Europa. Aunque hay que señalar un pequeño lunar, ya que la representación de Cádiz deja bastante que desear.
También hay mansiones lujosas, automóviles último modelo y armamento sumamente sofisticado, todo retratado con lujo de detalles, especialmente lo relativo al armamento que usa El Chacal, uno de los aspectos más interesantes de la serie.
Por último, hay que señalar que, aunque parecía que la historia fuera a quedar cerrada con estos diez episodios, se ha dado luz verde a una segunda temporada en la que los responsables intentarán atar los cabos sueltos que quedan al final del último y de los que no voy a comentar nada para no hacer spoiler. Solo decir que el desenlace me ha gustado a la vez que logrado sorprenderme muy gratamente.
En resumen, Chacal es un gran thiller de espionaje con fuertes dosis de acción y un protagonista muy carismático que hará las delicias de los amantes del género. Es cierto que el drama familiar puede resultar un poco cansino, pero al menos está bien medido y no ahoga nunca la trama principal e incluso acaba estableciéndose como algo importante, sobre todo de cara a la segunda temporada.