Resident Evil: Vendetta es la nueva película animada de la saga de videojuegos más famosa de Capcom, que cierra la trilogía comenzada allá por 2008. Volvemos a ver a Leon, protagonista indiscutible de las anteriores cintas, que junto con Chris Redfield se enfrentarán a un nuevo enemigo y a una nueva arma bioquímica. Aunque no se ha estrenado en España (ni hay intención de hacerlo), en Japón ha supuesto un éxito rotundo que irá sumando con su estreno en determinadas salas al otro lado del charco.
CAPCOM TIENE DESGASTADA LA FÓRMULA
Capcom se centró en expandir su universo de videojuegos con una serie de películas pensadas para llenar los huecos vacíos entre título y título. En cierta manera fue una mejor jugada que relegar a Constantine Films el hacer una saga cinematográfica en acción real que poco o nada tienen que ver con la saga de juegos, y digo en cierta manera porque amasado una fortuna a costa de mancillar uno de los padres del survival horror.
Lo primero que se percibe nada más comenzar la cinta es el logrado trabajo visual de Marza Animation, realizadores de Space Pirate Captain Harlock. Capcom ha decidido dejar de lado a Digital Frontier, animadores de la anterior cinta, y ofrecer al espectador un apartado visual muy logrado que nos deja escenas detalladas y mimadas hasta el extremo.
Sin embargo, a pesar de contar con un apartado visual completamente nuevo, las animaciones tanto faciales como corporales en algunos momentos se me antojan poco pulidas. El trabajo en captura de movimiento crea escenas de acción de una mayor calidad que no ha conseguido Paul W. S. Anderson en 6 películas (incluso se atreven a recrear el famoso “John Wick Mode” en su último tercio), pero cuando se opta por primeros planos se nota esa falta de pulido que desmerece una obra que se apoya tanto en lo visual.
El guion de la cinta es de los más sencillos y en ocasiones absurdos de la trilogía. Sé que el camino de la saga (tanto cinematográfica como en videojuegos) ha necesitado de un reajuste muy claro que se ha manifestado en un reinicio de las cintas en acción real y de sus mecánicas y enfoque en el séptimo juego, por lo que esta cinta está muy por debajo y tiene cierto aire de querer acabar lo empezado hace casi 10 años con la primera cinta como sea.
Aun así, aunque ofrece puntos interesantes como la demencia del antagonista y la nueva arma biológica, nos topamos con un guion inconsistente en ciertos momentos y que se detiene demasiado en los clichés típicos de las películas de zombies. Situaciones de tensión y desconcierto en las que no sabes si la persona ensangrentada que el personaje de turno tiene delante es un muerto viviente o no, no casan con una película de 2017. En cierta manera se nota cierto poco interés en su propio universo puesto que esta cinta se sitúa cronológicamente dos años antes de Resident Evil VII, con lo que este “desconcierto” 19 años después de los eventos ocurridos en Raccoon City es absurdo.
Eso sí, la calificación R le sienta como anillo al dedo. Damnation y Degeneration (las anteriores dos cintas) obtuvieron tal calificación, pero no abusaban de momentos puramente viscerales y propios del cine gore como lo hace esta última.
Eso sí, la apuesta por esas escenas descaradamente sangrientas y esa cantidad de tiros y piruetas, significa que Capcom sigue dejando de lado el misterio y el terror con el que nació su saga (si no contamos los repetidos jumscares). Por tanto, esto refuerza la idea de que Capcom no va a llevar sus cintas de animación el camino que parecen querer llevar con los videojuegos y la película parece emular más bien al quinto y sexto título usando innumerables momentos exagerados que desmerecen por completo la cinta (mención a la escena de la moto con Leon).
VALORACIÓN FINAL
Lo mejor:
- Su calificación R y su acción sangrienta.
- Las animaciones y el apartado visual.
- Sus referencias a los videojuegos y el poder ver a dos de sus protagonistas unidos.
Lo peor:
- Su claro interés por la acción exagerada que en ciertos momentos desmerecen la película y evocan los videojuegos 5 y 6.
- Guion y trama muy por debajo de lo visto hasta ahora.
- Las animaciones faciales y corporales que a veces denotan una cierta falta de pulido.
- Situaciones que a veces no se toma en serio su propio universo.