Esta semana ha llegado a nuestras salas Tomb Raider, una película con la palabra reboot en la frente puesto que se basa en el reinicio de la saga en el mundo de los videojuegos y el mismo reinicio del personaje en el séptimo arte. Mucho ha cambiado Lara desde aquella aventurera sexy, fuerte y dura que llevó muy bien Angelina Jolie, a una joven e inexperta veinteañera interpretada por Alicia Vikander. Muchos se esperaban que esta cinta, primera de las dos que llegarán este 2018 basadas en juegos, iría a parar a la interminable lista de adaptaciones chapuceras de videojuegos al cine, pero Tomb Raider consigue evitarla y se posiciona como la mejor cinta basada en juego, aunque el nivel estaba algo bajo.
Tomb Raider es un reflejo del videojuego del que toma nombre. Cuando vimos el primer avance de la cinta el año pasado supimos que el estudio iba a intentar ir sobreseguro y adaptar la historia de Lara Croft en el reboot de 2013. Esto conlleva que la cinta también replica el formato rápido de un videojuego de acción y aventura, donde la historia queda relegada a un lugar secundario para retomarla cuando se quiera. Sin embargo, el guion de Geneva Robertson-Dworet y Alastair Siddons nos ofrece una primera media hora para desarrollar al personaje más allá de las tortas y los disparos como no pudo hacer el videojuego.
Habría sido muy fácil comenzar la historia como el juego, soltando a Lara en aquella isla perdida de la mano de Dios en el mar de Japón y que comiencen las muertes, pero esta Tomb Raider está más enfocada a ser una película de orígenes al más puro estilo superhéroe. Conocemos más a Lara, cómo ha renunciado a su legado y a la fortuna de su fallecido padre porque él supuso una pérdida que nunca ha podido superar. Esto, sin embargo, conlleva que al igual que en el videojuego el resto de personajes queden relegados a un lugar muy secundario y ni se desarrollen ni nos importen al acabar la película. Por su parte, la cinta cuenta con la ventaja de no disponer de la enorme cantidad de personajes que el videojuego, centrándose en unos pocos para acompañar a Lara en la aventura.
La Lara de Alicia Vikander es la otra cara de la moneda de Angelina Jolie. La inexperiencia del personaje se ha mantenido y es el punto fuerte de la historia. Ella no sabe pelear más allá de las nociones de defensa personal o tiro con arco que recibió de niña, pero se tiene que enfrentar a incontables peligros sea como sea. Uno de los aspectos que más me ha gustado ha sido como la cinta no ha tomado a Lara como una máquina de matar que Square Enix va a seguir usando en el resto de títulos. Lara hace lo que es necesario, pero nunca más de lo que puede, y eso implica que la cantidad de saltos imposibles y tortas contra rocas y árboles que hubo en aquel avance y en el videojuego, han sido llevadas a una mínima parte en esta película. Algo de agradecer teniendo en cuenta que la Lara del videojuego era una esponja para los golpes.
Más allá de eso, Vikander cumple y con creces. La actriz ya ha demostrado que sabe actuar y en esta película queríamos ver si se le daba bien eso de ser una tipa dura, y nada que objetar. Vikander es la Lara perfecta, la que ya fue Angelina Jolie a comienzos de siglo para aquella versión del personaje, y la que quiero seguir viendo, consiguiendo una interpretación física sobresaliente. Vikander no hace sino humanizar al personaje. Sentimos su dolor, sus caras de “no puedo más” y esos momentos donde tiene que sobreponerse al enemigo.
Quizá uno de los aspectos más negativos para muchos sea el fanservice. Al ser una película de un videojuego y que bebe tanto de él, era lógico que las referencias constantes estuvieran presentes, pero os aseguro que para nada lastran la película. La aparición del piolet, las dos pistolas características de la Lara de Jolie, o las referencias al enemigo principal del segundo juego, la Trinidad, no hacen sino sentar las bases para una futura saga que estoy deseando ver.
Sin embargo, uno de los aspectos que más he echado de menos del videojuego era ese componente sobrenatural que servía de trasfondo para las aventuras de Lara. Tenemos la misma reina Himiko del reboot de 2013 con su leyenda sobre lo malvada que era y cómo quedó confinada en esa isla para salvar al mundo, pero su historia diluye conforme avanza la película para volver al final y cerrar la aventura. Aquí el núcleo principal es la historia padre-hija y todo lo demás queda relegado a un mero segundo plano, convirtiendo a Tomb Raider en una especie de aventura con tintes de thriller realista que no consigue gustarme del todo.
¿Es la mejor cinta de un videojuego? El listón era bajo, pero sí. Tomb Raider consigue ser una cinta de aventuras sin muchas pretensiones, una que hay que ir a ver sin grandes expectativas y con la mente puesta en pasar un buen rato. La película consigue ser entretenida, nunca quiso llegar a las cotas de Indiana Jones ni quería intentarlo. Está enfocada en divertir al espectador llevando a Lara al séptimo arte, uno que no le sienta nada mal.
Hola Alberto. Si, es una de esas adaptaciones que va a dividir a casi todo el mundo y eso es comprensible. Lo que en lo personal no puedo concebir son todas esas criticas y comentarios machistas que inundan las redes y los blogs e incluso algunos diarios. Hay una entrevista realizada por el diario el mundo que es bochornosa, una verguenza impresentable. Bueno abra que verla y comentare. Saludos compañero.
Buenas Solidus tienes razón en todo, va a dividir a la gente y ya lo ha hecho con la crítica especializada, sobre todo la internacional, y los fans. Pero lo que más me asquea es lo que dices, la cantidad de comentarios machistas porque es un personaje femenino que le parte el culo a hombres. Me enerva pero seguro que esa gente es la misma que ha jugado al videojuego y vio las dos de Jolie y ningún problema tuvo.
La verdad es que da de que hablar y me lo estoy planteando. Hasta entonces espero que disfrutes de la peli sin esperar muchísimo y ya nos leemos con tus opiniones.
Un abrazo.