HBO Max lleva bastante tiempo apostando por miniseries de misterio que le suelen funcionar muy bien. Desde Big Little Lies a The Undoing pasando por la magnífica Heridas Abiertas o la mítica True Detective. La plataforma sabe que este tipo de producto funciona así que cada cierto tiempo estrena un thriller de entre seis u ocho episodios que fideliza a un tipo de publico ávido de este tipo de productos. La última serie de este perfil que nos ha presentado se trata de Wolf, una producción original de la BBC emitida en Reino Unido este verano, compuesta por seis episodios en los que se adapta la novela homónima de la escritora Mo Hayder (la octava y última de la serie dedicada al inspector Jack Caffery).
Wolf es un caso curioso ya que además de ser el típico thriller de investigación criminal, ofrece una mezcla de elementos varios que lejos de perjudicar el resultado final, dotan la serie de una personalidad propia que la hacen destacar. Porque más allá del típico policía que investiga un crimen, la historia nos cuenta en paralelo una trama de home invasión con elementos que van relacionando una trama con otra. Pero lo mejor es que, aunque tanto el crimen que se investiga como la situación que se vive en la casa invadida son muy oscuras y truculentas, el humor negro sobrevuela todo el relato haciendo que el espectador unas veces tenga que apartar la vista de la pantalla y otras se sorprenda sonriendo. Y todo ello con un equilibrio perfecto que hace que la serie se mantenga siempre interesante.
Esta manera de contar la historia hace que el argumento de la serie sea un poco complicado de explicar sin destripar demasiado. La serie nos presenta al detective Jack Caffrey (Kweli Roach), un policía atormentado por una tragedia de su pasado. Cuando tenía ocho años, su hermano de diez años desapareció sin dejar rastro y él siempre ha dado por sentado que fue secuestrado por el vecino (Anthony Webster), un inquietante hombre con antecedentes que todavía a día de hoy juega un macabro juego del gato y el ratón con nuestro protagonista observándose mutuamente a través de las ventanas de su casa. Pero el cuerpo del muchacho nunca fue encontrado y nunca se hallaron pruebas contra el vecino.
A la vez, el matrimonio Anchor-Ferrers (Juliet Stevenson y Owen Teale) se instalan en su residencia en el campo con su hija Lucia (Annes Elwy) para que el marido descanse después de una operación de corazón. Lo malo es que su apacible vida se ve truncada cuando dos psicópatas de manual (interpretados por Iwan Rheon y Sacha Dhawan) entran en su casa haciéndose pasar por policías y secuestran a toda la familia con la presumible intención de someterlos a torturas.
Y como nexo de unión entre estas dos historias hay un asesinato que se cometió hace años cerca de la residencia Anchor-Ferrers en cuya resolución intervino un novato Jack Caffrey y que se conoce como el crimen de la Finca de los Burros. Pero con el paso de los años nuestro protagonista empieza a ver que esa investigación se cerró de forma bastante deficiente y se empeña en abrir el caso de nuevo ante el resquemor de la detective que resolvió el crimen.
Como se puede comprobar la historia de Wolf es bastante enrevesada, con varias historias que no parecen guardar relación entre si y saltos temporales continuos para ver el pasado del protagonista y la investigación del crimen de la Finca de los Burros. Además, hay varios típicos de este tipo de series que no faltan, como es del detective atormentado por su pasado o los psicópatas excéntricos (genial la interpretación de Iwan Rheon, el malvado Ramsay Bolton de Juego de Tronos).
Pero Megan Gallagher, su creadora, se las apaña para mantener siempre el interés, con continuos giros de guion y unos geniales cliffhanger al final de los episodios. En todos los capítulos pasa algo interesante que deja al espectador con cara de póker, de tal manera que es virtualmente imposible saber por donde va ir la serie, y no digamos ya descubrir quien o quienes son los asesinos de los crímenes.
Megan Gallagher ofrece pistas que no van a ningún sitio y un retrato un poco extraño de la campiña inglesa. Sin olvidarnos de personajes pasados de vueltas, fiestas raves muy turbias, serpientes a tutiplén, adolescentes que no saben qué hacer con su vida, influencers insoportables y grandes dosis de sadismo. Todo esto cabe en Wolf sin que su responsable deje de mostrar que sabe manejar los resortes típicos del thriller dosificando de manera admirable el ritmo de la narración y la información que nos va dando.
En resumen, Wolf es una original propuesta dentro de un género tan trillado como el thriller. Es cierto que al manejar tantos elementos la trama parece a punto de descarrilar muchas veces, llevando al espectador a enarcar la ceja en ocasiones y a confundirle en otras. Pero las continuas sorpresas, un sentido del humor desquiciado y el buen trabajo de los actores hace que al final estemos ante una producción muy entretenida que se beneficia de la corta duración de la serie, ya que de tener más capítulos podría haber llegado a hacerse cargante.
Me la has vendido para este finde.
Jajajajaja, espero que te guste Manuel, ya me contaras que tal
Jajajajaja, espero que te guste Manuel, ya me contaras que tal