Mickey Haller ha regresado. Netflix ha estrenado la primera parte de la segunda temporada de El abogado del Lincoln, serie producida por David E. Kelley y basada en las novelas de Michael Connelly.
De la primera temporada ya os hablamos en este post así que vamos con los cinco capítulos que forman la primera tanda de esta temporada 2. Al lio.
Menos noir, más abogados
Mickey Haller (Manuel García Rulfo), el abogado del Lincoln, ha regresado en un nuevo caso, el de Lisa Trammell (Lana Parrilla), una chef acusada de matar a un empresario inmobiliario. Por el camino, se cerrarán las tramas que quedaron inconclusas al final de la primera temporada, ambas extraídas de las novelas El inocente y El veredicto.
Este punto es un acierto, ya que aunque la primera temporada quedó cerrada, los que habíamos seguido las novelas sabíamos que quedaban cabos por atar. Por suerte la serie no dilata en exceso la resolución, despachando el tema en dos episodios, con la aparición estelar de Elliott Gould, un clásico en las películas y series ambientadas en Los Ángeles.
En esta ocasión se adapta la novela The Fifth Witness (El quinto testigo) y quizás porque no la he leído, esta segunda temporada (primera parte) me ha parecido mejor que la primera. En su momento escribí que El abogado del Lincoln me había parecido una serie demasiado blanda y eso fue porque, mientras la veía, tenía en mente las novelas y la película protagonizada por Matthew McConaughey. Un fallo por mi parte pero a veces es inevitable
Como adaptación de las novelas, la serie podría haber sido mejor. Como serie noir (y las novelas de Connelly lo son) a El abogado del Lincoln le faltaba fuerza. Como serie de abogados, la serie es bastante buena. David E. Kelley sabe de qué va el tema. Al igual que en la temporada anterior, cuando Haller se planta ante el juez es cuando brilla.
En esta nueva temporada (igual que en la otra) tenemos un caso principal pero también varios secundarios donde vemos que Haller es un abogado manipulador, de esos que retuercen las leyes y las situaciones para salvar a su cliente, sin importar si es culpable o inocente. Vamos, de esos abogados que nos gustan.
Soprendente regreso para bien
Reconozco que me sorprendí cuando leí que se estrenaba esta nueva temporada. No creía que la primera hubiese obtenido el reconocimiento suficiente como para seguir adelante (cosa que si hicieron El agente nocturno o El nuevo empleado) pero hay que reconocer que, por lo que hemos visto, está siendo mejor que la anterior.
A su favor está que no pierde el tiempo con presentaciones de personajes. Ya los conocemos y además los secundarios están más dosificados, con la dosis justa de protagonismo. Destacan Lorna Crane (Becki Newton) y Cisco (Angus Sampson), cuya trama quedó algo en suspenso al final de la temporada anterior. Por contra, la mujer de Mickey, su hija e Izzie, la chofer de Haller, aparecen menos.
También es un acierto por parte de Netflix dividirla en dos partes, facilitando que se puedan ver en una tarde los episodios. Igual es por la huelga de guionistas, para dosificar los estrenos pero no creo. El final del quinto episodio apunta a que ya estaba planificado así porque deja un cliffhanger de manual.
En resumen, no se si El abogado del Lincoln gustara a los seguidores de las novelas pero como serie veraniega resulta muy entretenida, de lo mejor de este torrido verano. Es como esas novelas que agarras después de comer y no puedes soltarlas ni en la playa. No cambiarán el mundo pero no son densas, son entretenidas y te gustan. Lo bueno (o no) es que la continuación no se hará de rogar. En agosto tendremos la segunda parte y conoceremos el desenlace de este nuevo caso. Un saludo, sed felices.