El Archivo de las Tormentas es la obra de una vida. Y no de la obra de una vida de cualquier autor. Estamos hablando de Brandon Sanderson, uno de los pilares de la fantasía actual junto con Patrick Rothfuss y George R.R. Martin. La primera parte, El camino de los Reyes, abre una decalogía que será publicada a lo largo de los próximos diez años y acabará siendo una saga clásica a la altura de La Rueda del Tiempo.
Antes de comenzar con este análisis he de decir Sanderson lleva diez años construyendo este mundo, por lo que nos encontramos ante un world building muy trabajado al máximo, pormenorizado y con detalles que le dan consistencia. La magia tiene y explicación y su lógica y, además, es original, algo que se echaba mucho de menos en la fantasía. Por otra parte esto no es de extrañar, estamos hablando de uno de los autores más prolíficos del género, un verdadero fan de la fantasía que se ha ganado un puesto entre los mejores. Nacidos de la Bruma es su saga más famosa, y con ello ganó un gran reconocimiento junto con la continuación de la Rueda del Tiempo tras el fallecimiento del autor original, Robert Jordan, en el 2007. Es decir: tiene un currículum más que acreditado para concederle nuestro tiempo a sus 1200 hojas.
Un mundo diferente
Primero decir que la edición española a manos de Nova le ha sentado muy bien. Por lo menos este nuevo lanzamiento corregido –aunque sigue teniendo varias erratas que pulir-, de tapas duras e ilustraciones en cada capítulo. Así da gusto leer fantasía y adentrarnos en el rico y extenso mundo que nos propone Sanderson: Roshar, un planeta donde las tormentas son tan potentes y brutales como aleatorias. La vegetación, la manera de vivir, se ha adaptado a esta climatología adversa. Hay una oscuridad permanente pero las gemas iluminan como antorchas con lo que se llama luz tormentosa, algo que sólo pueden manejar algunas personas. Además hay varias facciones luchando contra un enemigo común pero cada una de ellas actúa por libre, tratando de ser las primeras en hacerse con unas armas y armaduras llamadas esquirladas, que se componen del mismo material que las gemas y te convierten en un ser mortífero. Y a esto se le suman diferentes clases sociales en las que, por ejemplo, los que tienen ojos claros pasan a ser la élite de la sociedad y la nobleza. Son muchas cosas de golpe sí, a lo que hay que añadir, además, varios personajes –muy trabajados y definidos-, cada uno con su capítulo y además sin seguir una línea temporal al uso. Por lo tanto el principio resulta muy confuso y caótico, algo que una vez superado te mantiene pegado a las páginas.
Despegue lento
A partir de su gran virtud encontramos su gran defecto: un arranque lento y confuso. Durante la primera mitad, o sea durante 600 páginas, no terminamos de entender todo lo que está pasado y cuáles son las reglas del mundo en el que nos estamos adentrando. Esto puede alejar a muchos que, desgraciadamente, se perderán una segunda parte rápida y trepidante que hace las delicias de los lectores del género. Además Sanderson, o el traductor, no cae en intentar elevar el nivel de la novela con un vocabulario complejo y elaborado sino que busca ser simple para hacer de contrapeso a lo farragoso del principio. Lo importante es la historia, el universo que se ha creado y los personajes, y eso, desde luego, de lo más original que hemos visto en mucho tiempo.
La segunda parte, Palabras Radiantes, ya ha salido al mercado y promete ser mejor que la primera. La tercera parte, en teoría, sale este mismo año. Son libros largos y densos, quizás para alternar fantasía ligera y palomitera con algo más elaborado, porque enfrentarse a tanta página requiere cierta preparación. En cualquier caso es una muy buena recomendación para los lectores más consumados de este género.