El Pingüino es uno de esos villanos que siempre se asocian la figura de Batman, aunque de una manera un tanto despectiva ya que nunca ha sido tan temible como el Joker, Dos Caras y demás caterva de locos sanguinarios. Pero desde la película de The Batman dirigida por Matt Reeves, el personaje ha adquirido una nueva dimensión. Deja de lado las locuras y los negocios turbios para adoptar un nuevo rol más temible, acorde con los nuevos tiempos. El Pingüino es ahora un hombre de negocios despiadado, cruel y más inteligente que nunca, que no duda en llevar a cabo los más sucios crimines con tal de ganar más y más dinero en su imperio criminal. Esta nueva versión es tan atrayente que en Warner ya han anunciado una serie de televisión del personaje (el ocho de septiembre en Max). Y como no podía ser de otra manera, ahora toca trasladar esa actualización al mundo de las viñetas, una labor que ha recaído en las manos de Tom King, Rafael De Latorre y Stevan Subic y que podemos ver una miniserie de doce números de los que ECC publica los seis primeros en un volumen recopilatorio.
Esta nueva etapa nace de lo visto en el Batman de Chip Zdarsky y Jorge Jiménez, pero se puede leer de manera individual. Este Pingüino fingió su muerte a manos de Batman para meter en problemas a Bruce y de paso poder desaparecer y vivir una vida más tranquila mientras que su imperio criminal caía en las manos de sus hijos.
Al comienzo del tomo, Oswald Cobblepot vive en Metrópolis, tranquilo y feliz junto a su novia, pero una agente del gobierno le recluta para volver a Gotham y recuperar su imperio criminal y así acabar con un Batman, contra el que la agente tiene cuentes pendientes. Algo que parece que logrará al final de la miniserie, ya que las primeras páginas de este volumen muestran a Batman y al Pingüino heridos de muerte y atrapados en una Bat-lancha a punto de hundirse en el rio. Como se ha llegado a este punto y si los personajes lograran librarse de esta complicada situación es algo que veremos en el siguiente tomo.
En este que nos ocupa Tom King se dedica a insuflar nueva vida a Oswald Cobblepot, mostrándolo como alguien capaz de despertar un temor enorme en sus enemigos y con una inteligencia y capacidades muy cercanas a las de Batman. El Pingüino sabe que para recuperar su poder necesita varias cosas: un guardaespaldas, esbirros, una asesora y un espía, personajes que irá recopilando a lo largo de los primeros cinco números del tomo. El sexto está dedicado a contarnos el primer contacto entre Oswald y Batman, cuando el primero no era más que un camarero a las órdenes de los Falcone y ayuda al Caballero Oscuro a acabar con las familias mafiosas. Pero la gracia está en ver como el villano engaña y manipula al héroe, mostrándose como insignificante y de buen corazón, cuando su verdadera intención era hacerse con el control de los negocios de Falcone. Algo que logra gracias precisamente a Batman.
Sólo con este capítulo King consigue dotar a Oswald de un aura de inteligencia, astucia y peligrosidad como nunca había tenido. No en vano, en cierta manera logra derrotar a Batman en su propio juego. Por eso no parece extraño ver el respeto y el miedo que infunde en sus enemigos en el resto del volumen. Este Pingüino recuerda poderosamente a Vito Corleone, un muchacho que se hace con el control de una familia mafiosa (en El Padrino II) para luego ostentar el poder gracias al miedo y la intimidación que generan su poder, crueldad y posición en la cima del mundo criminal (en El Padrino).
Este nuevo trasfondo para el personaje le queda como anillo al dedo. El Pingüino siempre ha tenido mucho que ver con el mundo de la mafia, algo que también vemos en la película de Matt Reeves. Así que transformarlo en El Padrino del Universo DC es una decisión muy lógica.
Para lograr este objetivo se me ocurren muy pocos escritores mejores que Tom King. El guionista es un maestro contando historias de corte realista y oscuro, profundizando en los protagonistas para que entendamos como funciona su mente. En este caso el método que utliza es bastante original y resulta que le viene muy bien a su manera de narrar. King usa a los personajes secundarios para contar la historia, creando un hilo narrativo a través de los textos de apoyo que nos muestran los pensamientos de esos personajes. Al principio, puede resultar un poco confuso, ya que parece que el protagonista está siempre en segundo plano. Pero una vez que se asimila y se entra en el juego, se entiende que esta narración sirve perfectamente a las intenciones del guionista que logra que en todo momento veamos el miedo que el protagonista da a los demás y como se vale de ese pavor para manipular a todo el mundo. Mientras que las intenciones de Oswald se mantienen siempre ocultas ya que solo vemos sus diálogos en las escenas. Un punto importante para el señor King.
El único pero que se le puede poner a este tomo es que la historia avanza de manera muy lenta. Casi se pueden ver estos seis números como un mero arco de presentación y preparación para lo que viene después. Además, estamos ante una lectura bastante densa, algo menos que en otras obras de King, pero densa al fin y al cabo. No faltan los momentos en los que los personajes se dedican a exponer sus ideas y puntos de vista a lo largo de varias páginas. Ya sabemos que King se toma su tiempo para contar sus historias y esta no va a ser una excepción.
En cuanto al apartado gráfico del tomo, este es uno de esos casos en los que el dibujo se pliega totalmente a la historia para acompañar y ensalzar lo que los autores nos quieres contar. De Latorre enfoca su dibujo para subrayar el tono de género negro de la obra gracias a su contenida composición de página, su diseño de personajes de aire realista y su buena narrativa, lo que hace además que una historia tan densa se lea de manera más cómoda. Por su parte Subic se encarga del último número del tomo con un estilo distinto al de De Latorre, menos realista y más “feísta”, perfecto para subrayar que estamos ante una especie de “año uno” del personaje, pero sin perder ese tono negro y oscuro que ofrece homogeneidad al libro.
La edición de ECC es la que nos tiene acostumbrada en los últimos tiempos. La grapa esta reservada para Batman y poco más y el resto de series se publican en tomos de tapa blanca en los que se recopilan arcos argumentales completos. En este caso, la miniserie de El Pingüino constará de doce números así que la editora española ha decidido partirla en dos libros de los que aquí tenemos el primero que contiene los seis primeros números. Lo malo es que habrá que esperar para ver cuando se publica el segundo ya que en EEUU aún van por el número 10. Los extras de este tomo son tan escasos como de costumbre, limitándose a un pequeño portafolio con las portados originales y algunas alternativas en pequeño tamaño. El precio de venta es de 19 euros.
En resumen, El Pingüino 1 es un gran cómic que actualiza de manera brillante un personaje que nunca había sido tan amenazador e interesante. Tom King demuestra que se le dan muy bien las historias de género negro y acierta plenamente a la hora de trasformar a Oswald Cobblepot en el Vito Corleone de DC, contando además con un dibujo que subraya de manera perfecta el tono noir de la obra.