Bienvenidos amigos y amigas una vez más a Fase Extra, la sección de nuestra web que trata sobre el mundo de los videojuegos. Los Video Game Awards se acercan irremisiblemente junto a todas sus novedades, pero antes del aluvión de noticias hablemos sobre otro tema candente que sigue dando mucho de qué hablar hoy en día, el problemático (por utilizar una palabra suave) lanzamiento del nuevo juego de Bethesda Game Studios: Fallout 76.
Antes de nada, quiero dejar algo claro, esto no es una reseña. No he tenido el dudoso placer de jugar al juego per se aun considerándome fan de la compañía y habiendo jugado a todos sus productos desde TES Morrowind, con las excepciones del juego de conducción para PS2, Fallout Shelter y las versiones de VR de sus títulos más recientes. No, si bien voy a señalar la (terrible) acogida que ha tenido de cara a crítica y publico no me voy a meter en si el juego es bueno o malo ya que no soy nadie para dictaminar los gustos de los demás, por lo tanto, tanto si estás pasando el momento de tu vida con él como si no lo quieres ni ver, bien por ti.
El objetivo de este artículo es, querido lector, hablar sobre el clima de confusión, decepción e insatisfacción general que ha generado el lanzamiento de este producto, siendo el último de una larga lista de juegos a medio cocer que salen al mercado prácticamente en calidad de ‘beta’ y que después, si se tercia, se van ‘arreglando’ poco a poco dejando al usuario (sobre todo al que apoquina el precio completo) con la sensación de que le han tomado el pelo. Pero no queda ahí la cosa. Si la debacle de Diablo Immortal, de la que os hablaba hace poco, era una demostración de lo alejadas que están las editoras de sus audiencias, la reacción de Bethesda ante la negatividad de los jugadores se lleva el premio gordo.
Pero no nos adelantemos a los acontecimientos.
¿QUÉ ES FALLOUT 76 Y POR QUÉ TANTA INQUINA?
Antes de nada, recapitulemos. Fallout 76 es la incursión de Bethesda en el modelo de los ‘juegos como servicio’, o lo que es lo mismo, un juego multijugador en línea perpetuo trufado de micropagos que se va actualizando a lo largo del tiempo. Dicho así quizá no os suene, pero si os digo que es un modelo parecido al que utilizan Destiny, The Division o Overwatch quizá la cosa quede más clara. Este giro de la compañía veterana del RPG hacia el ámbito multijugador sorprendió a propios y extraños tras su anuncio en 2018 y generó no pocas dudas debido a su corto periodo de desarrollo e inmenso parecido con Fallout 4. Aun con todo, las expectativas de un Fallout en línea, en el que pudieses explorar el yermo con tus amigos, eran altas.
Hasta su lanzamiento.
El veredicto de crítica y publico estaba claro: Fallout 76 es un producto decepcionante que nos presenta un yermo vacío de contenido, sin ciudades ni personajes no jugables con los que mantener conversaciones y un argumento que se nos presenta a través de cintas, dándonos la impresión de que llegamos tarde a una fiesta donde todo lo interesante ya ha ocurrido y que estamos aquí para limpiar. Una experiencia repetitiva plagada de gran cantidad bugs, desconexiones de servidor y una sensación general de estar jugando a una versión inferior de Fallout 4 con el único consuelo de poder conmiserar junto el resto de los jugadores. En definitiva, un lanzamiento marcado que nos recuerda a juegos como la primera versión de Final Fantasy XIV, No Man’s Sky o Mass Effect Andromeda y definitivamente el primer patinazo de los gordos de su compañía madre.
Se han escrito ya rios de tinta sobre la incapacidad de Bethesda de ofrecer servicios en línea y de su anticuado motor gráfico, que muchos jugadores ya temen debido al estado de Fallout 76 y su reutilización en los dos próximos títulos de la desarrolladora (el RPG de ciencia ficción Starfield y la nueva entrega de la saga Elder Scrolls), pero lo cierto es que si bien es verdad que los infames bugs son marca de la casa y que es casi una tradición que la apasionada comunidad jugona se dedique a corregir muchos de estos errores, la sensación general es de sorpresa al pensar que una editora de tal calibre se haya atrevido a lanzar un producto tan claramente roto e inacabado al mercado, algo que hubiese sido hasta hace poco simplemente impensable.
Y es que Fallout 76 sigue una nueva moda en el ámbito del juego ‘triple A’ que nos propone el lanzamiento no de juegos, sino de ‘plataformas’ que se irán completando a lo largo del tiempo, convirtiéndose este esqueleto inacabado en el producto que se promete a la audiencia únicamente pasado un periodo de entre año y año y medio. A priori esto puede resultar atractivo dado que muchos de los videojuegos que utilizan este modelo, como el reciente Battlefield V, prometen actualizaciones gratuitas, pero lo cierto es que es imposible no sentirse frustrado al pagar el precio completo para encontrarse generalmente una carcasa vacía de contenido que además contiene sistemas de progresión lentos e insatisfactorios diseñados a conciencia para hacernos caer en los omnipresentes micropagos.
Como ya os imaginareis, Fallout 76 es un ejemplo claro de lo que os acabo de describir, con micropagos que han levantado ampollas entre los fans debido a sus irrisorios precios que llegan hasta 18€ por un pintado en azul de tu armadura de combate. En definitiva, lanzamientos decepcionantes ha habido muchos, y algunos productos como FFXIV y No Man’s Sky se han conseguido recuperar con el tiempo, así que no nos queda más que esperar a ver qué ocurre, aunque indudablemente muchos de los jugadores que se hayan sentido decepcionados ya no estarán cuando el juego llegue a un estado aceptable. Pero a pesar de todo, lo que ha convertido el lanzamiento de Fallout 76 en un verdadero circo mediático no ha sido solo su calidad, sino la reacción de Bethesda ante las quejas de sus consumidores.
PUBLICIDAD FALSA, 500 ÁTOMOS Y UNA BOLSA DE LONA
Si bien es cierto que el tema no hubiese trascendido más allá de la decepción ocasional, una verdadera pesadilla de relaciones públicas comenzaba debido a las políticas de reembolso de la compañía. Tras varias declaraciones de usuarios a lo largo y ancho de la red sobre grandes dificultades para ejercer su derecho de devolución, una firma de abogados de nombre Migliaccio & Rathod anunciaba el comienzo de una investigación sobre las circumstancias que rodeaban el asunto. La investigación sigue en curso, pero no era más que la punta del iceberg, la mecha que encendia el descontento general.
Pocos días después, un usuario de Reddit con el seudónimo AlexanderDLarge desataba una vez más la polémica cuando revelaba que uno de los productos anunciados en la edición de coleccionista del juego (que vale 200€), una bolsa de lona, había sido reemplazada en la versión final sin previo aviso por otra bastante menos vistosa tejida en nailon. Varios fans preocupados por las implicaciones de publicidad engañosa contactaban con la compañía, que ofrecía una cascada de excusas desde que lo anunciado era ‘un prototipo’ hasta que la bolsa de lona era ‘demasiado cara de producir’ y que ‘les faltaba material’, desembocando todo en un lapidario ‘no pensamos hacer nada al respecto’ que dejaba estupefacto hasta al más pintado.
La guinda del pastel venía horas más tarde en twitter, donde la compañía se disculpaba y ofrecía como compensación una cantidad de 500 átomos -la divisa virtual del juego, cantidad que se corresponde con unos 5€- que incensaba aún más los ánimos, no solo porque cierta parte de la comunidad lo veía como una suerte de ‘soborno’ para evitar problemas legales, sino porque esa cantidad apenas sirve para comprar uno de los productos menos vistosos de la tienda virtual del juego, que es exorbitantemente cara. De hecho, unos de los chistes más recurrentes que sean difundido entre la comunidad es que uno de los trajes de cartero que viene con una bolsa de lona vale 700 átomos, así que los afectados ni siquiera podrían consolarse con una versión virtual.
Pero el tema de la bolsa no acababa ahí, para añadir leña al fuego a las pocas horas surgían noticias de que Bethesda había regalado una serie de mochilas de lona de un diseño parecido (no igual) incluso mejores a ciertos YouTubers durante la promoción del juego, algo que es completamente normal y que en principio no tenía nada que ver con la edición de coleccionista, pero que dada la situación generaba la impresión de que los fans más leales que habían pagado 200€ por el producto se habían llevado las sobras mientras que los ‘influencers’ se beneficiaban de lo magro, y gratis. Por suerte para los poseedores de la edición de coleccionista, la historia tendrá un final feliz ya que la compañía comunicaba hace poco en twitter que a partir del 31 de enero de 2019 mandará repuestos con verdaderas bolsas de lona a los fans que acrediten su compra. Un gesto bien intencionado, aunque algo tardío, que a entendimiento de un servidor no debería ser laureado en demasía teniendo en cuenta que al fin y al cabo lo único que están haciedo es cumplir con su reponsabilidad.
Finalmente, más de una semana después del lanzamiento, Bethesda escribía un comunicado oficial en la página web Reddit reconociendo el descontento de su comunidad de fans y disculpándose por su falta de comunicación. En ese post reiteraban su ‘intención de actualizar el juego durante años’ y detallaban una serie de mejoras que implementar en el futuro, una situación que sin duda causará una sensación de deja vu a los jugadores de Destiny 2 y de la mayoría de ‘juegos como servicio’ que se estilan hoy en día, un modus operandi que esta empezando a convertirse en algo tan frecuente como predecible cuando se trata de este tipo de productos.
Concluyendo, al igual que muchas otras editoras, Bethesda no solo ha patinado en su transición a los ‘juegos como servicio’ sino que ha mostrado una cara desconocida y poco halagadora ante su primer gran resbalón. Es difícil ignorar la sensación de que algo así no se olvida fácilmente y que hay plantada una semilla de inquietud en el corazoncito de muchos fans que empiezan a albergar dudas sobre futuros títulos de la compañía. Sobre Fallout 76 solo decir que con el tiempo ganará algo del lustre que le falta, pero la verdadera pregunta es si el juego se puede ‘arreglar’ teniendo en cuenta que muchos de los problemas fundamentales parecen ser elementos difícilmente alterables como la ausencia de ciudades y PnJs. En definitiva, otro gran producto ‘triple A’ que pasa a la creciente ‘lista de espera’ de juegos que tardarán años en convertirse en el producto que los fans esperaban, veremos cuanto tiempo tarda esta bolsa de nailon en convertirse en la anunciada cartera de lona.
Nos leemos pronto y hasta entonces, y como siempre, sed muy felices.