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La apariencia de las cosas, una casa embrujada que no da miedo

Netflix estrenó el 29 de abril La apariencia de las cosas, película protagonizada por Amanda Seyfried, nominada a los Oscar 2021 como mejor actriz de reparto por su papel en Mank, y James Norton (The Nevers).

La plataforma de stream vuelve a apostar por los guiones ya escritos. Esta vez nos trae la adaptación de la exitosa novela homónima de Elizabeth Brundage. La novela fue calificada como una mezcla de noir y suspense con temas paranormales, consiguiendo muy buena crítica entre los expertos.

La película está dirigida por el matrimonio formado por Shari Springer Berman y Robert Pulcini (American splendor). Se trata de la primera incursión de ambos en este tipo de género.

La apariencia de las cosas: un drama con intriga

Después de ver el trailer puedes pensar que estamos ante otra películas más sobre casas embrujadas. Una familia formada por Catherine y George Claire, junto a su hija de 4 años, se mudan a vivir a la granja Hale, situada en una pequeña comunidad rural.

Una vez allí tendrán que adaptarse a esa nueva forma de vida mientras empiezan a suceder hechos inexplicables en su nueva casa. Pero la verdad es que en La Apariencia de las Cosas lo menos importante es lo paranormal de la granja Hale.

Son muy pocas las escenas sobre este tema y las que hay no dan miedo, ni siquiera un poquito de inquietud. De hecho, conforme avanza la película hasta llegas a olvidar que hay una casa embrujada en la película.

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Todo lo paranormal que aparece en el trailer queda en un segundo plano convirtiéndose en algo anecdótico, incluso llegando a parecer como algo normal el hecho de compartir tu casa con espíritus del más allá.

No es la primera vez que un trailer nos engaña, y no entiendo el motivo de que hagan esto. Lo único que consiguen es decepcionar al espectador que espera encontrar una película de terror y se encuentra con todo menos eso.

La Apariencia de las Cosas se centra más en la vida de Catherine y George. Un matrimonio que poco a poco va descubriendo sus debilidades. El hecho de cambiar de casa es el detonante para una serie de circunstancias que hacen que todo lo que la pareja había creado se tambalee hasta caer.

Catherine (Amanda Seyfried), una mujer insegura y muy susceptible a dejarse influenciar, que sigue a su marido haya donde vaya, porque es lo que debe de hacer. En cuanto a su marido George, un hombre amable y simpático capaz de encandilar a todos los que lo conocen, empieza a convertirse en alguien que a su mujer le cuesta reconocer.

Así que en lugar de encontrarnos con una película de terror de casas con fantasmas, nos encontramos con un drama cuyo misterio se basa en ir descubriendo esos secretos. 

El único terror que hay en La Apariencia de las Cosas es el comentario que Pulcini reveló a algunos medios de comunicación donde manifestó haber tenido que detener el rodaje de la película en varias ocasiones por oírse sonidos inexplicables en el ático de la casa.

Salvada por sus protagonistas

La película podría ser una de esas que pones de fondo un sábado o domingo por la tarde después de comer. Si quitas lo paranormal de ella (aunque los directores ya lo han hecho por ti), se queda una película con momentos de intriga capaces de mantenerte atento, hasta que te encuentras con una situación que te hace salir de ese momento de atención por lo poco creíble que es.

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La Apariencia de las Cosas está ambientada en los años 80. Y eso lo notas por lo rudimentario de los métodos de investigación de la policía y la mentalidad de algunos personajes que aparecen en ella.

Destacan sus dos protagonistas, ambos con aptitudes suficientes para interpretar sus respectivos papeles. Sobre todo Norton, capaz de dar un giro de 180 grados a su personaje en el transcurso de la película.

También nos encontramos con otros actores que consiguen hacer que la película tenga sus momentos amenos, como Alex Neustaedter (Colony), Natalia Dyer (Stranger Things), F. Murray Abraham (The good wife), Rhea Seehorn (Better call Saul) y Karen Allen (Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal).

¿Y ese final?

Muchas veces la diferencia entre que una película te guste o no, la tiene el final. En el caso de La Apariencia de las Cosas, según mi opinión, sus directores se la jugaron y no han acertado.

Los últimos minutos de la película se vuelven un acto de imaginación. El espectador tiene que asumir que las cosas son así, aunque no tengan ninguna base lógica. Y no estoy hablando de fenómenos paranormales, sino todo lo contrario, todo es muy de la vida real.

Desde esa barca que lleva años sin utilizarse hasta esa llamada de teléfono de una amiga a Norton. Todo es un acto de fe. Tienes que creer en ello aún sabiendo que no puede ser, que nadie haría nunca eso.

Quiero pensar que los directores querían darle un final con impacto, pero no pensaron en cómo hacerlo creíble y todo resulta como sacado de la manga, lo cual solo contribuye a tener aún más sensación de película de fines de semana después de comer.

Y por si fuera poco, ese mensaje final que no ha aparecido en toda la película y que de pronto resuena con una voz en off que más que apoyar una causa suena a me subo al carro de la moda.


En resumen: si buscas en La Apariencia de las Cosas una película de terror no la vas a encontrar. Tiene momentos de intriga que mantendrán tu atención, pero por poco tiempo ya que muchas veces la trama se vuelve previsible.

Un drama que mezcla el misterio para descubrir, como dice su título, que nada es lo que parece, incluso aquellas personas que crees conocer a la perfección tienen siempre un lado que te sorprendería descubrir, en este caso para mal.

Saludos y sed felices.

Lucia Hernández
Lucia Hernández
Aprendiz de todo lo que llame mi atención.
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