Hace unos meses, en esta santa casa, inaugurábamos nuestras secciones mensuales en las que os adelantábamos las novedades de las dos plataformas de streaming por excelencia: Netflix y HBO. Con el pasar de los meses, no he podido dejar de notar el considerable aumento del género documental en el amplio y variado catálogo de ambas compañías, que tiran de género foráneo o propio del terreno para contarnos la historia no tan lejana de nosotros mismos. Pero ¿Qué nos gusta tanto de los documentales? Demos unas cuantas razones, y algunas recomendaciones. Por aquí, por favor:
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El morbo de la realidad
Una gran parte de los documentales que ofrecen la plataforma son reescrituras de viejos y llamativos crímenes. Asesinatos sin resolver, desapariciones, redes criminales, muertes por venganza. Las series y películas centradas en la investigación criminal y los misterios violentos han sido receta para el éxito desde hace eones. A todos nos gusta saber quién fue el asesino, unir las pistas, comprobar cuanto nos horrorizamos ante cada crimen o tragedia. Pero ¿Y si no es ficción? Los documentales sobre crímenes nos atraen, porque superan la barrera de la ficción, siendo más impactantes que cualquier historia, porque ocurrieron de verdad.
Si a la emoción de la investigación le añadimos ese extra de morbo, de saber que ha ocurrido… Netflix y HBO han hecho el agosto con los casos reales. Algunos de los más vistos son “The Keepers” (Netflix), una docu serie sobre el asesinato de la monja Catherine Cesnik, que se sospechaba que podía tener relación con un red de abusos en un colegio católico; “La desaparición de Madeleine McCann” (Netflix), otra docu serie, centrada en la desaparición, aun sin resolver, de la pequeña Maddie mientras se encontraba de vacaciones en Portugal; o el documental “Mommy Dead and Dearest” (HBO), que cuenta la historia de Gypsy Rose, y como asesinó a su madre después de que esta (diagnóstica con el síndrome de Münchausen por poder) le hiciera creer a Gypsy y al mundo, de que la pequeña padecía un gran número de enfermedades.
El efecto Darth Vader
Muy en relación con los crímenes, se encuentran las personas que los cometieron. Puede parecer que nos acercamos a estos documentales de forma similar a los anteriores, pero lo cierto es que, en este caso, vamos a otra cosa. Si de las docu series sobre crímenes sin resolver esperamos misterio, teorias y morbo; de los documentales sobre asesinos esperamos que alguien encienda nuestra llama interna. Queremos odiarlos, y queremos cuantos más datos mejor para esto.
Los psicópatas y asesinos en serie nos fascinan, no podemos evitarlo. Sentimos la imperiosa necesidad de entender por qué y como alguien es capaz de llegar a hacer esas cosas tan terribles, en especial a desconocidos. Gente que parece funcional, miembros sobresalientes de la comunidad, que se escabullen para matar, torturar o violar. Como sociedad, queremos saber como detectarlos, como pararlo. Como individuos, queremos que nos den motivos para odiar a ese ser humano, para encender nuestras antorchas.
Netflix y HBO han sabido llevar a buen puerto estos instintos con documentales como “The Jinx” (HBO), que nos trae al millonario Robert Durst, y su aburrimiento que llevaron a matar a su ex esposa, “CAPTIVATED: The Trials of Pamela Smart” (HBO), con la mismísima Pamela Smart, uno de los personajes más mediáticos del crimen estadounidense; “Josef Fritzl: Story of a Moster” (Netflix), que secuestró y abusó de su hija durante 24 años; y como no, el documental “Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy” (Netflix), docu serie que nos lleva a las entrevistas con el famoso asesino en serie.
Todos somos Iker Jimenez
Y es que la realidad a veces se os queda corta. Y necesitamos teorizar sobre que otros aspectos más allá de la normalidad se ocupan en este mundo. Las historias más cercanas a “Cuarto Milenio” nos llaman, la posibilidad de que otros entes nos guíen al mal, que hacen la vida se parezca un poco más a una película de terror. Rituales a dioses desconocidos, sucesos difíciles de creer, y fraudes manifiestos; encontramos de todo.
Nos gusta tanto entrever las sombras de la normalidad, que no podemos evitar la curiosidad antes esta pequeñas rarezas. Como por ejemplo, los asesinatos cometidas por dos jóvenes en nombre de la leyenda urbana de la época de Internet, Slenderman, en “Beware the Slenderman” (HBO); uno de los trastornos más misteriosos y terroríficos que existen, la parálisis del sueño y las sobrenaturales sensaciones de quien la han experimentado en “The Nightmare” (Netflix); exorcismos que salen mal, como el que podemos ver en el docureallity “Belief: The Possesion of Janet Moss” (Netflix); u oscuras sectas como el caso de “Going Clear: Scientology and the Prison of Belief” (Netflix)
No solo en América
Estamos acostumbrados a mirar con la nariz ligeramente arrugada a nuestros amigos americanos, sus incontables crímenes en serie, sus dramas, sus sectas y sus asesinos por todas partes. Pero España tiene su propia historia, repletas de crímenes, misterios sin resolver, grandes hitos y personajes fascinantes. Ambas plataformas han sabido aprovechar nuestra propia mitología criminal e histórica, y llevarlo al genero de moda.
Así, encontramos nuestra huella en todas las categorías anteriores. Crímenes mediáticos que siguen vigentes a día de hoy con “El caso Alcásser” (Netflix), que desmonta uno de los primeros crímenes en ser seguidos por toda España, lleno de incógnitas y misterio; o “El Caso Asunta (Operación Nenúfar)” (Netflix), que cuenta en cuatro episodios el caso que estremeció al país. Tenemos nuestros propios asesinos en “Muerte en León” (HBO), que nos narra la vida y muerte de Isabel Carrasco, y la historia de traición y poder que llevó a su asesinato. Tenemos también a nuestros propios mitos (heroicos o anti-heroicos, lo dejo al gusto de cada uno) que han llevado a la pantalla con “El Pionero” (HBO). Y como no, nuestros propios mitos de la infancia y sus truculentos ascensos al éxito, como “Parchís: El documental” (Netflix).
El pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla. Supongo que por eso nos gusta tanto ahondar en nuestra propia historia, sobre todo aquella que sentimos tan cerca, para sentirnos así parte de ella, participantes de los grandes y terribles hechos que han sucedido a nuestro al rededor.
Espero que estas recomendaciones os sirvan de guía para adentraros en el sórdido, aunque interesante mundo, de las docu series y documentales de Netflix y HBO. No olvidéis pasar por nuestras reseñas, y dejarnos en los comentarios cuales son vuestros documentales favoritos, y añadir los que se me hayan pasado. Yo volveré pronto. Hasta entonces… sed felices.