Termina 2017 y, como es costumbre en esta web, toca hacer un repaso de algunas de las mejores películas que nos ha dado el Cine este año. Dos limitaciones de la lista antes de empezar: primero, que es una lista personal porque abarca solamente las mejores películas de cuantas he podido ver este año y, a pesar de ser unas cuantas, siempre habrá más de una que se quede fuera. En segundo lugar, he tomado como referencia la fecha de estreno oficial en salas españolas, por lo que habrá alguna que otra cinta estrenada en 2016 en festivales o territorio americano que se haya colado en la lista. Estas son las elegidas:
Never Here (Never Here, Camille Thorman)
Retorcida, angustiosa, elegante y sorprendente: Never Here es una película que parece filmada por el David Lynch post Carretera Perdida, en el mejor (¿hay otro?) de los sentidos. Es un thriller sobrio y contundente, que juega con nosotros hasta dejar una inolvidable impresión de la enrevesada mente de su protagonista. Desde Blind, no veía una película tan estresante con tan pocos recursos. El indie americano en su mejor expresión, y una agradable sorpresa que ha pasado injustamente desapercibida este 2017. Mejor verla sin saber más sobre ella: la engañosamente calmada montaña rusa emocional de Camille Thorman merece aún más la pena si nos dejamos sorprender por ella.
Madre! (Mother!, Darren Aronofsky)
Madre! es todo lo que significa Darren Aronofsky llevado al extremo: una perspectiva muy personal (tanto que asusta) sobre la fe, la familia y el caos como catarsis. Suena pedante, y puede llegar a serlo. Pero lo que nunca deja de ser el director americano es sincero, e imprime su brutal sinceridad en cada plano hasta sumergir, o hacer desconectar por completo, al espectador de la sala.
No es fácil quedarse en un punto intermedio con el cine de Aronofsky, y Mother! (exclamación incluida que ya dice bastante de lo que veremos) no es excepción a la regla. Si disfrutaste sufriendo con cualquiera de sus películas, su nueva propuesta te arrastrará. Si es demasiado para volver a dedicarle un par de horas, puede ser buena opción mantente alejado de ella. En mi crítica daba algunas razones por las que aún así puedes querer intentarlo de nuevo; puedes leerla aquí.
Twin Peaks (Twin Peaks: a Limited Event series, David Lynch)
¿Pero esto no es una serie? Sí, pero no. Hay varias razones por las que lo último de David Lynch y Mark Frost, también conocido como Twin Peaks: El Regreso/ Tercera Temporada se cuela en este listado del mejor cine del año: primero, que sus propios creadores –sumándose a la tendencia iniciada por otros cineastas que se han pasado a la televisión, como el italiano Paolo Sorretino con la estupenda The Young Pope– afirman que es una temporada concebida como película de 18 horas fraccionada en varios capítulos. No es una afirmación injustificada: efectivamente, aunque compartan con las series su fragmentación episódica y el medio en que se emite (si bien es cierto que la era del streaming ha hecho que cine y tv se consuman de la misma manera, haciendo aún más fina la línea) no es una serie que guste de usar elementos definitorios del serial como el cliffhanger, la separación autoconclusiva de tramas en mayor o menor medida o ceñirse a los cánones narrativos televisivos (más exposición, menos detalle, etc).
David Lynch ha repetido la jugada que le hizo célebre en los 90: llevando al extremo las posibilidades cinematográficas de la narrativa serializada, ha construido un relato personal, complejo y rompedor que comparte con The Wire o Breaking Bad la pasión por dar un empujón al medio y acabar con las barreras que, aún en la llamada segunda era dorada de la televisión, entorpecen la libertad creativa plena. Libertad que ha hecho que cada vez más directores, desde el mencionado Sorretino al celebrado Fincher, hayan escogido esta plataforma como casilla de salida para sus proyectos más ambiciosos. No me alargaré en el comentario de la serie porque en esta web fui realizando un análisis capítulo a capítulo de la temporada al completo que podéis leer o revisitar aquí.
Logan (Logan, James Mangold)
No me extenderé en esta: Logan merece un puesto en la lista porque, a pesar de su algo bipolar desarrollo y algunos tics propios del género que aún impregnan su guion, es una película valiente que da otra dimensión a lo que se puede hacer con el cine de superhéroes, protagonizado por un personaje que ya difícilmente encaja en el nombre. Logan es sucia y violenta, personal y triste, y aún así esperanzadora tanto argumental como formalmente para un género que pedía a gritos un lavado de cara, otra deconstrucción como esa que vino antes de tiempo con la estupenda El Protegido y que necesitaba recordar para poder seguir justificando la repetición insostenible del mismo patrón quemado antes de nacer.
Logan es el spaghetti western y el western crepuscular del cine superheroico al mismo tiempo, despedida perfecta de un desaprovechado intérprete y bienvenida fugaz a un estilo que quizás tarde en volver a repetirse. Precisamente por eso es motivo de celebración: no es el nacimiento de un nuevo canon porque es difícil de encajar de forma tan madura en otra película contemporánea, pro es un soplo de aire fresco. Lejos de ser perfecta, Logan es, al menos, una película necesaria. Mi compañero Pedro hablaba aquí de ella.
Silencio (Silence, Martin Scorsese)
Scorsese es conocido por sus relatos criminales más que por sus reflexiones filosóficas, pero es digno de mención que ya hemos tenido tres acercamientos a su peculiar prisma del catolicismo de forma irregular y es este tercero el que quizás funcione mejor a todos los niveles. Visión personalísima de varias figuras y conceptos cristianos, en ocasiones deformados hasta lo irreconocible, Silencio es una película de tempo calmado y mensaje tan contradictorio como la propia fe del director. Pero lejos de ser un hándicap, esta contradicción constante de forma y fondo hacen del viaje por la espiritualidad y dudas del cineasta italoameticano muy disfrutable y muy sorprendente.
Silencio es una carta de amor y dudas, interpretación difusa de la obra que adapta, retrato estilizado de los hechos que narra. Es vehículo para las potentes interpretaciones, bellísima fotografía y contenida edición que construyen lentamente una de las películas más necesariamente revisitables del año: hay tantas lecturas, conscientes o inconscientes, que no se me ocurre mejor propuesta para demostrar que el cine es el mejor medio de expresión cuando está bien utilizado. Quizás por eso creo que me dejé demasiadas cosas por el camino cuando escribí la critica el día de su estreno: esta película necesita tiempo. Y eso es uno de los mejores halagos que se le pueden hacer.
El sacrificio de un ciervo sagrado (The killing of a sacred deer, Yorgos Lanthimos)
La filmografía de Lanthimos puede describirse de muchas maneras, pero nunca como carente de imaginación. Tras dos obras maestras como Canino y Alps, el director griego realizó una adaptación de algunos de sus conceptos clave a un estilo más digerible, más americano en el sentido narrativo de la palabra, ampliando sus temas con un tratamiento negrísimo de las relaciones en Langosta. Este año ha repetido actor –Farrell ha demostrado ser un actor muy capaz cuando la dirección se lo exige– y estilo con la igualmente sorprendente El sacrificio de un ciervo sagrado.
Aunque quizás es cada vez más obvio, el cine de Lanthimos sigue teniendo un punto fuerte en descifrar su planteamiento, por lo que ir al cine sabiendo los temas en torno a los cuales girará la película sigue siendo una costumbre que arruinará gran parte de la diversión. A medio camino entre el acertijo enrevesado y la patada sardónica en la boca del espectador, El sacrificio de un ciervo sagrado es aún tan Lanthimos como podíamos pedir para que haya merecido la pena pasar por caja. No apta para ver mientras miras twitter.
Atómica (Atomic Blonde, David Leitch)
Que lo último de David Leitch tras la agradable sorpresa que fue John Wick esté en esta lista puede ser sorprendente, pero no hay razón para dejar una cinta de acción fuera solamente por su género. Si la ya mencionada Wick y su secuela, retomada por el que fuera codirector de la original (Chad Stahelski) fue un recordatorio de que el cine de acción clásico no había muerto sino que tenía más posibilidades que nunca, Atómica es llevar la fórmula al extremo de lo que el medio ofrece a la acción sin concesiones en 2017. La separación de caminos ha llevado a que tengamos dos de las mejores películas de acción de la última década en el mismo año, pero los logros de la cinta protagonizada por la genial Charlize Theron y el carismático James McAvoy casi eclipsan la acertada exploración del universo del Continental que supuso su competidora y también el divertidísimo ejercicio de estilo de Wright en Baby Driver.
Coreografías frente a ediciones rápidas y desdibujadas, fuerza narrativa frente a cámaras agitadas, esfuerzo y talento frente a retoques chapuceros. Atómica quita el aliento con su frenético desarrollo, sus brutales e hiperensayados movimientos, su nunca sobrecargada banda sonora (que le añade otra dimensión a su entendimiento del cine de género) y su buen entendido sentido el ritmo. No en vano se permite homenajear a Tarkovsky en una de sus secuencias: el buen cine de acción no entiende de distinciones por género a la hora de ser conciso e imaginativo tras las cámaras. Impregnada de carisma, brutalidad y talento, Atómica es una película tan nostálgica de tiempos mejores para el cine de acción como esmerada en traerlos de vuelta y demostrar que no hay mejor momento que ahora para volver a hacer cine palomero de calidad. Por eso es una de las películas imprescindibles y no podía faltar en esta lista. Aquí la crítica.
Crudo (Grave, Julia Ducournau)
Ópera prima tan sorprendentemente sobria para una debutante como coherente en sus formas; sincera en lo que cuenta y brutalmente directa pero, aún así, sutil en cómo lo cuenta. Crudo, fuera de primeras lecturas que se revelarán incorrectas para quien preste mínimamente atención a lo que está viendo (no, no es una película vegana ni una cinta de terror al uso) es una cinta personalísima sobre el paso de la adolescencia a la edad adulta, sobre el despertar de instintos reprimidos y sobre la herencia emocional de la familia.
Es también una película con momentos extremadamente desagradables pero lejos siempre del gore porn popularizado por películas de dudoso valor artístico de la escuela Saw y sus mil imitaciones; Crudo es un drama psicológico tan intenso que duele y, precisamente por doloroso, un retrato indescriptiblemente acertado. No es para todos los estómagos pero no hay nada gratuito en ella: cada vez que apartamos la mirada de la pantalla, la película consigue su objetivo. La metamorfosis literal y figurada del cuerpo de la protagonista es una vía de expresión que se autojustifica por acertada y compleja, lejos del marketing plano y dañino (muy al estilo del que arruinó La Bruja) que buscaba atraer a quienes solamente querían una provocación palomitera.
Las que se quedan fuera
Hay unas cuantas películas que, por razón de espacio, no entran en esta lista. Maravillas estéticas y narrativas con guiones algo desmerecidos como Blade Runner 2049, buenas películas que ya habíamos visto antes como En realidad, nunca estuviste aquí o sorpresas tanto pequeñas como grandes de la talla de Call me by your name o Mudbound han tenido que quedarse fuera, sin desmerecer su trabajo. También la nostalgia bien entendida de T2 Trainspotting, la conmovedora A Ghost Story, las rompedoras The Square y Good Time y alguna que otra sorpresa esperada como La forma del agua. Si hay alguna especialmente relevante que creas que ha quedado fuera, la sección de comentarios puede ser recopilatorio de esas propuestas imprescindibles de 2017 que merecen ser defendidas.
Siempre es difícil hacer un ránking, pero para mí, sin ninguna duda la mejor película de este año es Twin Peaks: El regreso. Después le seguirían Dunkerque, Blade Runner 2049 y La La Land (que en España se estrenó en Enero). Eso sí, aún no he tenido la oportunidad de ver la mitad de las que has escogido.
Silencio muy buena, aunque haya pasado sin pena ni gloria por los cines y no tuviera muy buena recepción por parte de la crítica y público (Adam Driver se sale).
Muy buen post, Pablo, y un saludo!
Muchas películas como para que ninguna lista sea definitiva. Con un top 100 estaría más cerca de hacer justicia.