Viernes 13 y Netflix estrena una serie catalogada como de terror: Nuevo sabor a cereza (Brand new cherry flavor). Un título que puede confundirnos y hacernos pensar que se trata de una historia pastelera de adolescente, pero nada más lejos de la realidad.
La serie cuenta con ocho episodios de menos de una hora de duración cada uno y está basada en la segunda novela del escritor Todd Grimson, nacido en Seattle en 1952. Como apunte que nos puede ayudar a saber qué nos deparará esta serie, os cuento que la idea le surgió debido a una recaída que sufrió en 1991 de su esclerosis múltiple.
Esto le obligó a permanecer postrado en una cama donde sus sueños se confundían con la realidad, provocándole un estado de confusión donde lo irreal se mezclaba con su triste y doloroso día a día, y que Grimson quiso plasmar en papel. La novela se publicó en 1996 y su propio autor la define como: un concepto evidentemente emparentado con el realismo mágico, que podríamos describir de manera básica como la vida más efectos especiales.
Nuevo sabor a cereza: Hollywood oscuro e inquietante
Pues ya sabemos un poco sobre la novela en la que se basa la serie, y ahora te diré que el encargado de adaptarla es Nick Antosca, el creador de Channel Zero, junto con Lenore Zion. Creo que con esto ya queda más claro lo que nos espera al verla.
Rosa Salazar (Alita: Ángel de combate) es la protagonista de Nuevo sabor a cereza. Será la encargada de interpretar a Lisa Nova, una joven bastante peculiar cuyo sueño es convertirse en directora de cine. El resto del reparto lo componen Catherine Keener (dos veces nominada al Oscar por sus interpretaciones en Truman Capote y Cómo ser John Malcovich), quien dará vida a Boro; Manny Jacinto (The Good Place y Top Gun: Maverich) en el papel de Code; Eric Lange (Creedme) que será Lou Burke, un conocido director y productor de cine; y Jeff Ward (Agents of Shield), que interpretará a un actor famoso llamado Roy Hardaway.
La serie nos lleva a los años 90, cuando la joven Lisa Nova se dirige a Hollywood para convertirse en directora de cine. Lisa tiene una reunión con Lou Burke, que ha visto su corto, el inquietante Los ojos de Lucy, y quiere apoyar a la joven para hacer una película sobre él.
Lisa y Lou firman un contrato en el que aparentemente el productor se compromete a que la película sea rodada con ella como directora. Ambos acuden a una fiesta para conseguir soporte económico y será entonces cuando Lisa conozca a Boro, una mujer extravagante y misteriosa que sin preámbulos ofrece a la joven sus servicios por si alguna vez necesitara hacer daño a alguien.
Todo parecía indicar que el futuro prometedor de la joven empezaba a dar sus primeros pasos, pero Burke se la jugará y Lisa quedará fuera de la dirección de la película. Esta traición hace que ella pierda el control al haberle arrebatado, en sus propias palabras, lo más preciado que tenía en su vida. Por este motivo no duda en acudir a Boro para que la ayude a destruir al hombre que la ha engañado.
En ese momento, Nuevo sabor a cereza se convierte en una sucesión de hechos inquietantes que más que dar miedo crean cierto malestar. La joven mostrará su lado más impulsivo que le llevará a hacer cosas realmente estúpidas: incluso le hablará al propio Burke (y a todo el que se le ponga delante) de la maldición que planea echarle.
Una de esas series ‘raras’
Nuevo sabor a cereza es una serie rara, pero no lo suficientemente rara como para que no pueda verse o no te enteres de lo que ves. Parte de su magia es que han sabido crear una armonía entre esas escenas inquietantes y una historia de lo más ‘normal’: una venganza anunciada a lo paranormal que, poco a poco, va llevándonos por otros caminos.
Es una serie con momentos oscuros y tétricos, con una protagonista que, como dice Roy, llega a dar miedo. Pero al mismo tiempo nos muestra también un lado ligero que casi roza lo absurdo, como la escena donde visitan a un amigo que está en el hospital y se dedican a pintarle las uñas y garabatear la escayola, mientras el chico está en un coma inducido.
Esa mezcla de ambientes de Nuevo sabor a cereza resulta de lo más inquietante. Escenas donde se prepara un brebaje mágico con vísceras de hámster mientras hablan de la vida, o donde unos esclavos no vivos miran con ojos vacíos a la nada mientras Lisa se recupera en un baño sanador, y no puedo dejar de nombrar las escenas de Lisa vomitando gatitos blancos sin que nadie se asombre por ello.
No se trata de escenas de mal gusto ya que no hacen un uso abusivo de la sangre ni vísceras, aunque aparecen unas cuantas. Se trata de una serie de escenas confusas y delirantes que nos llevan por una historia que poco a poco se va desvelando. Y los nuevos hechos que vamos descubriendo incrementan la intriga. ¿Quién es en realidad Boro? ¿Qué fue lo que pasó en el corto de Lisa? ¿Qué es Lisa?
De momento, Nuevo sabor a cereza está recibiendo más halagos que críticas negativas (91% en Rotten Tomatoes y un 8 en iMDB). Su final podría dar lugar a una segunda temporada fácilmente, aunque si no la hubiera tampoco importaría mucho. Personalmente, dudo sobre si me gustaría una segunda temporada que sirviera como desenlace de esta historia, ya que este final medio esquivo cuadra más con el espíritu de la serie. Es lo que tienen estas series ‘raras’…
Saludos y sed felices.
Será que yo tengo poco estómago, pero a mí me ha dado asquito. La he visto por Rosa Salazar y, en ese apartado, no me ha defraudado. Un saludo.
Muchas gracias por tu comment Manuel. Entonces seré yo que he visto demasiadas pelis, mal llamadas de terror, solo por que sale mucha sangre y al final ni le presto atención a eso. Rosa Salazar muy bien.
Saludos y buen finde!