Reconozco que este ha sido mi primer acercamiento a Garth Ennis, autor conocido por la serie Predicador, todo un cómic de culto, y a The Punisher, el castigador en España, justiciero Marvel que ha aumentado su fama tras su participación en la segunda temporada de Daredevil. Lo mejor que puedo decir de este cómic es que me ha dejado con ganas de más de ambos, tanto de Ennis como del Castigador. Y eso que el personaje que da nombre al tomo no es el protagonista de este arco. Ni siquiera el argumento puede enmarcarse dentro del género de superhéroes.
Cocina irlandesa engloba una serie de historias y de personajes unidos por un nexo común: los diez millones de dólares que el viejo Nesbitt, un anciano mafioso irlandés, ha escondido en un barrio neoyorquino y por el que cuatro bandas irlandesas van a pelearse hasta límites insospechados.
En medio de esta guerra encontramos a Frank Castle, el Castigador, que apenas protagoniza tres escenas en todo el tomo. Lo que más me ha llamado la atención es que el Castigador de Ennis no es un héroe. Tampoco un antihéroe. Da la sensación de que acaba con los criminales porque, simplemente, los odia. Hay una línea muy fina entre él y sus víctimas. Esta queda bien dibujada al salvar a un civil durante el atentado del principio, pero no esperéis mucho más del “protagonista” a lo largo de este tomo.
Los personajes principales de esta historia son los líderes de las cuatro bandas que se disputan el botín de Nesbitt: Poll y Eamon, hermanos que lideran los Ratas de río, una banda de piratas; Maginty, un psicópata irlandés con aspecto de jamaicano; Brenda Tonner, que tiene que asumir el liderazgo de la banda tras la captura de su marido a manos del citado Maginty; y Finn Cooley, un activista radical del IRA que se destrozó la cara durante un atentado que él mismo planeó. Todos ellos y la violencia brutal que se genera entre las bandas son el reflejo de lo que sacudió durante décadas a Irlanda del Norte, algo que Ennis, norirlandés, quiso expresar en este cómic.
Entre las largas escenas de matanza y violencia sin censura, amparadas en el sello MAX de Marvel, hay subtramas realmente interesantes, como la de Maginty con el anciano Houdini, al que apodaban así porque era capaz de hacer desaparecer a los cadáveres trocito a trocito. Posiblemente haya sido una de las tramas más duras que he leído nunca en un cómic.
Sin embargo, mi escena favorita ha sido la conversación entre el asesino del MI6 que enrola a Frank en la misión y el sobrino de Finn Cooley. Un largo diálogo que encierra en sus entrañas las raíces de un conflicto que duró años y que todavía deja secuelas. Que mejor que el norirlandés para reflejarlo.
En definitiva, Cocina irlandesa es un tomo que se caracteriza por su violencia extrema y por el tratamiento adulto y pesimista del Castigador, un hombre violento que no duda en torturar y matar a los criminales con tal de que el IRA desaparezca de Nueva York. Pero este cómic no es solo eso, si no también un viaje a la irracionalidad del conflicto irlandés. Disfrutadlo.
Más detalles del cómic en la página web de Panini.
Con Cocina Irlandesa, la segunda saga completa de la nueva dirección tomada por el Punisher de Garth Ennis, quien vuelve sobre algunas de sus constantes literarias. El conflicto de Irlanda del Norte se traslada hasta la Cocina del Infierno y coge entre dos fuegos a Frank Castle, quien se embarca en una peligrosa misión contra las bandas mafiosas que se disputan el castigado barrio neoyorkino. Un volumen polémico, violento y sin concesiones, especialmente recomendado para lectores adultos.
Autores: Garth Ennis y Leandro Fernandez
