InicioSeriesReseña de Separación. Un gran thriller laboral tan extraño como adictivito

Reseña de Separación. Un gran thriller laboral tan extraño como adictivito

En esta web sabemos que ha pasado algo de tiempo desde que se estrenó en Apple TV+ la magnífica serie Separación (Severance) y no tiene perdón que, tratándose de una de las mejores series de los últimos años, no la hubiéramos dedicado ninguna entrada. Así que aquí estoy yo, con toda mi buena voluntad, para corregir ese error y reseñar esta gran historia llena de ideas fantásticas y originales que podéis encontrar en la plataforma de Apple y que consta de nueve episodios de unos 50 minutos de duración.

Separación es un thriller con ciertas notas de ciencia ficción que gracias a un perfecto guion que sabe dosificar las revelaciones y a unas magníficas interpretaciones, mantiene interesado a un espectador que sin saber muy bien por qué no puede apartar la vista de vista de una pantalla donde generalmente solo hay gente trabajando, haciendo cosas bastantes extrañas y en un lugar aún más raro.

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El grupo de “refinadores de macrodatos” protagonitas de la historia

La premisa de la serie no puede ser más interesante e incluso actual dados los tiempos en los que vivimos. ¿Y si la humanidad fuese capaz de separar totalmente su vida laboral de la personal? Pero cuando digo totalmente, me refiero a llevarlo a tal extremo que un trabajador no recordará nada de lo que ocurre en su oficina cuando no está trabajando y viceversa, no saber nada de su vida privada ni de lo que ocurre en su tiempo libre cuando está en su ámbito laboral. Así pues, esa persona estaría desdoblada en dos, una personalidad en el trabajo (dentri) y otra fuera de este (fueri). Lumon Industries ha logrado esta hazaña gracias a la implantación de un chip en el cerebro que se coloca a los trabajadores que así lo quieran de manera voluntaria.

La serie sigue a Mark (Adam Scott), recién ascendido como director del equipo de “refinado de macrodatos” por la baja repentina de Petey (Yul Vazquez), su anterior jefe que además era su mejor amigo. En su equipo tenemos a Irving (John Turturro) y a Dylan (Zach Cherry) a los que se une Helly (Britt Lower), que llega para sustituir a Petey. Partiendo de la nueva dinámica se establece en el equipo, los espectadores vamos a ver como “refinado de macrodatos” hace su muy extraño trabajo bajo unas condiciones laborales aún más extrañas.

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Proceso de implantanción del chip

Desde el principio queda claro que en Lumon pasan cosas muy raras y rápidamente comienzan a tomar un cariz bastante turbio cuando Hally no se adapte a este entorno laboral pero no pueda abandonarlo ya que debe ser su fueri la que presente la solicitud de baja. Pero no sabemos por qué, a pesar de los riesgos que corre, la fueri de Hally no la presenta de ninguna de las meneras. Y eso llevará a los “refinadores” a preguntarse muchas cosas.

Pero para tener respuestas también necesitamos conocer lo que pasa fuera de las oficinas de Lumon, algo a lo que el espectador solo tendrá acceso a través de Mark, ya que en ningún momento vamos a saber nada de los fueris de sus compañeros. Y es gracias a la vida de Mark como vamos a ir pudiendo montar las piezas de un puzle tan extraño como intrigante y adictivo.

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El fueri de Mark con su hermana

Lo mejor de la serie es un guion que mezcla de manera muy acertada el thriller con unas gotas de ciencia ficción y que funciona muy bien como denuncia de los entornos laborales tóxicos que pretenden aislar a los trabajadores y transformarlos en meros números. Es cierto que la trama tarda un poco en arrancar, siendo un poco lenta en los primeros episodios en lo que además el espectador andará tan perdido como la pobre Hally. Pero una vez que la cosa empieza a coger velocidad y las revelaciones y excentricidades de Lumon toman forma, es imposible no acabar enganchado a la pantalla. Algo a lo que también ayuda el tono de sátira, el humor soterrado y subyacente en la historia que hace que la veamos muchas veces con una sonrisa en la boca.

A parte de su intrincado guion, la serie tiene varios aspectos que la hacen destacar por encima de la media. El primero de ellos es la labor de sus protagonistas, con mención especial a Adam Scott y Britt Lower, los dos que llevan el peso de la serie, aunque sin olvidar a ese gran secundario que siempre es John Turturro. En el caso de Adam Scott además tiene el gran mérito de que prácticamente hace dos papeles, el Mark dentri y el fueri, con el añadido de tener que interpretarlos de manera distinta, pero sin obviar que al final son una misma persona. Tampoco podemos olvidar a Patricia Arquette y Christopher Walken, dos grandes que dan vida a sendos personajes secundarios que serán muy importantes para la trama.

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Patricia Arquette encarna a la jefe de Mark en Lumon

El segundo elemento a destacar es el espectacular trabajo en el diseño de producción de la serie. Las oficinas de Lumon, blancas blanquísimas, tienen un aspecto retro que queda muy bien. Sin olvidar esos largos, larguísimos pasillos en los que muy complicado no perderse y que buscan que los trabajadores no puedan intimar de un departamento a otro. De esta manera se acrecienta al ambiente opresivo y asfixiante en el que los protagonistas trabajan sin saber exactamente qué es lo que están haciendo. Un claro ejemplo de deshumanización en el ámbito laboral al que muchos empresarios sin duda darían su aprobación.

También brilla la dirección de un Ben Stiller que usa el citado diseño de producción para jugar con el foco y la profundidad de campo para generar en el espectador una enorme sensación de extrañeza que se ve acrecentada por la familiaridad por la que los personajes se mueven en el escenario. Stiller se las apaña para que siempre tengamos el punto de vista más raro en la oficina, pero más certero fuera, mientras seguimos la vida del fueri de Mark. De esta manera logra establecer una interesante dicotomía que además viene de perlas para la trama de la serie.

En resumen, Separación es una serie magnífica que además nos hace pensar, con un punto de partida que nos hace cuestionarnos si trabajamos para vivir o vivimos para trabajar. Tiene una historia absorbente que tarda en arrancar pero que una vez lo hace atrapa al espectador sin remedio, un espectador que quiere saber las respuestas a las muchas preguntas que se van plateando y que tiene un final de temporada apasionante que deja aún con más ganas de seguir la vida de Mark y sus compañeros.

Juanjo Avilés
Juanjo Avilés
Licenciado en periodismo, apasionado de los comics, las (buenas) series de televisión, el cine, los videojuegos y los juegos de mesa... vamos, soy un frikazo total, siempre a vuestro servicio.
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