Ya tenemos aquí una de las series más esperadas y, aparentemente, innecesarias del año. Un director de series de televisión de prestigio, dos actores primera espada de Hollywood y un libreto inmortal. Esto es Secretos de un Matrimonio. Si queréis saber qué me ha parecido este segundo capítulo, vamos a ello.
Todos los análisis de Secretos de un matrimonio.
Nuevamente, vemos una escena prólogo en la que el actor, en este caso Oscar Isaac, se prepara para su papel en el episodio. Más allá de la curiosidad de ver cómo funciona un rodaje en la era Covid, tampoco queda muy claro la utilidad de una escena de estas características. Si es para enfatizar la institución del matrimonio como un teatro con dos actores haciendo de marido y mujer, al final lo que corren el riesgo de conseguir es de que nos saquen del realista relato con esta presentación del actor preparándose para su papel. Luego están los que dicen que desean subrayar el carácter teatral de la obra en la que se basa.
De una manera u otra, vemos a Isaac preparándose para lo que le viene encima. No es para menos.
EN LA COCINA
Ocho meses después del aborto, Jonathan se sorprende ante la llegada de Mira de un viaje de trabajo por la noche. La conversación siguiente se mueve en los lentos cauces del primer capítulo. Tan insípida y vacía de contenido como la pasta sin salsa que toma Jonathan, inquieto ante la discusión que había tenido con su mujer la noche anterior por la reforma de la buhardilla.
Y entonces llega la revelación: Mira le confiesa que está enamorado de otro hombre. Una Jessica Chastain portentosa y más Liv Ulmann que nunca. Y, sin embargo, Mira es el Johan, el Erland Josephson de la Secretos del matrimonio original de Bergman. Es el primer cambio de la adaptación de Hagai Levi. Ahora es la mujer la que abandona al hombre. Veremos a ver si la visión de Levi sobre el matrimonio moderno es, simplemente, que ahora ellas también pueden tener aventuras.
Es muy fácil odiar a Chastain en este capítulo. Pero el magnífico trabajo de la actriz también posibilita la comprensión, el entender su angustia aunque no se esté de acuerdo con la brusca decisión de marcharse a Tel Aviv dejando a un marido desconcertado y desolado junto a su hija pequeña.
EN LA HABITACIÓN
Mira se ha liberado de su actitud pasiva de insatisfacción e incomodidad. Sus gestos han dejado atrás la duda para afrontar una huida hacia adelante. Todos podemos pensar, al igual que Jonathan, que su decisión es totalmente precipitada. Para ella, han sido ocho meses de angustia en la que se sentía cada vez más apresada, sin expectativas sentimentales a la vista. Su conducta es mejorable, pero al menos ha sido honrada con ella misma y con Jonathan en lugar de seguir ocultando su historia.
Llama la atención las lesiones de Mira en su espalda. Lo más factible sería pensar que son consecuencia de relaciones sexuales intensas (recordemos que Mira había encadenado una serie de relaciones caracterizadas por el maltrato antes de conocer a Jonathan). Pero también podrían deberse a una conducta de autoflagelación con fines ansiolíticos. Si consideramos a Mira como una persona con rasgos límites, el pensamiento de que el dolor físico puede calmar el dolor del alma es frecuente.
Ante esta actitud, Jonathan mantiene superficialmente el control, con unas preguntas tan ordenadas y rítmicas que parece más un interrogatorio de la policía que un marido dañado. Su indignación es tan patente como contenida.
Lo más doloroso es que queda claro que, para Mira, el amor que se tenían no fue suficiente para hacerla expresar sus sentimientos o sostenerla en su “jaula dorada”. Por eso ella parece actuar con esa decisión. No desea quedarse ni un rato más siendo un fracaso bajo la mirada del ciego enamorado que mejor la conoce.
AL DÍA SIGUIENTE
Durante la noche, parece haber un atisbo de entendimiento, de complicidad en la pareja. De consuelo. Un momento de paz expectante reflejada en la mirada anhelante de un Jonathan que nota como la mujer de su vida se le puede escapar de su vida. Es un momento volátil, que puede desvanecerse en un segundo.
Bajo la metódica rutina matutina en el baño subyace la rápida descomposición, la demolición, del matrimonio. Ella comienza a hacer rápidamente la maleta. Quiere marcharse cuanto antes, huir de la vergüenza y del fracaso que siente por no poder corresponder al amor de Jonathan.
Él, tal vez por su reacción instintiva de querer mantener el control atendiendo a las necesidades de su esposa, le hace la maleta. De paso, busca “lucirse” de forma desesperada ante la mujer que quiere abandonarlo. Todo es inútil, como bien demuestra la demoledora frase de Mira: “Ya no me atraes más. ¿Cómo arreglas eso?”.
Tras ver como se marcha, Jonathan se derrumba y termina por explotar. Lo hace con Peter y Kate, la pareja que sabía lo que estaba ocurriendo sin decírselo. Desgraciadamente, su explosión llega en el peor momento. No solo porque lo hace cuando Mira ya no está, sino porque ocurre frente a Ava.
En definitiva, Poli es un episodio más intenso que el que contemplamos la semana pasada. Un duelo actoral inmenso entre dos actores cuyo mayor defecto es la inevitable comparación con el original de Bergman. En estos sesenta minutos, asistimos a la realista destrucción de un matrimonio gracias a la magnífica interpretación de dos actores en estado de gracia. Queda por ver si la deriva de este matrimonio guarda un mensaje más universal. Levi no consigue la trascendencia de Bergman. Por mucho dolor que sientan, el dolor de Mira y Jonathan sigue siendo solo el de Mira y Jonathan.
Enlace a Secretos de un matrimonio en HBO
Un saludo y sed felices!