Si hay algo que tenemos que agradecer a las plataformas de streaming no es tanto el producir películas a vacas sagradas como Fincher o Scorsese (que también, gracias Netflix), sino el dar oportunidad a realizadores más independientes con estrenos al alcance de cualquier salón de casa. Y Amazon Prime Video nos ha traído un regalo este último mes de un año inolvidable (de una u otra forma) con Sound of Metal.
Crítica de Mank, la película de David Fincher para Netflix.
Sound of Metal cuenta la historia de un joven batería de metal que pierde la audición. El chico vive en una caravana en permanente gira de conciertos junto con su novia y debe hacer frente a un cambio drástico en su vida que no sabrá muy bien como manejar.
Todo comienza con un solo de batería brutal, el segundo mejor que he visto tras el de Whiplash. Y, entre el atronador sonido, de repente, silencio. Está perdiendo la audición, su forma de comunicarse, su modo de vida y su conexión con lo que le hace más feliz.
Dirige Darius Marder en su primera película, aunque co-escribió junto a Derek Cianfrance la interesante Cruce de Caminos, thriller con Ryan Gosling y Bradley Cooper en el que se entrelazaban la historia de dos familias cuyos pivotes eran un motorista de circo que atraca un banco para dar dinero a su familia y un joven y ambicioso policía. Una trama melodramática rodada de forma descarnada, sin aditivos sentimentales.
Es un detalle importante, porque una de las virtudes de Sound of metal es el convertir una típica y tópica historia de superación en un drama demoledor alejado de toda concesión al sentimentalismo. Sound of metal, como Cruce de caminos, podrá gustar más o menos, pero es una película que respira verdad por los cuatro costados. Que podría tomar al espectador por tonto e intentar forzar la lágrima y no lo hace. Sabe que la potencia de sus imágenes impacta sin necesidad de subrayar.
Nada de esto sería posible sin una de las interpretaciones del año. No me extrañaría nada que Riz Ahmed se alzara con El Oscar a mejor actor por su soberbio papel como batería de vida autodestructivo que pierde la audición de forma repentina. Ahmed ya dio muestras de su talento en películas como El Fundamentalista Reticente o Los Hermanos Sisters, pero su mejor papel había sido en la magistral miniserie de HBO The Night Of. Hasta ahora.
Pero no está solo. Todos los intérpretes rezuman autenticidad. Olivia Cooke como pareja del protagonista o Mathieu Amalric en un pequeño papel como padre de esta. Pero el actor secundario que se lleva la palma es Paul Raci como el líder de un movimiento religioso que defiende la sordera como algo de lo que enorgullecerse. Pocas veces he visto una emoción contenida tan real como en una escena en concreto de esta película. Al fin y al cabo, Raci es hijo de padres sordos y se crió aprendiendo lenguaje de signos.
Raci es uno de los mayores defensores de la película porque otra de sus virtudes es su espectacular diseño de sonido. Sound of metal nos sumerge directamente en la sensación de ser sordo, ya que toda la película se centra en su protagonista y en cómo se relaciona con su alrededor cuando una de las formas de comunicación que posee desaparece de repente. Entendemos su rabia, su frustración y la incertidumbre ante el futuro. Y le acompañamos en su adaptación a su nueva condición mientras lucha por no abandonar su antigua vida.
En definitiva, Sound of Metal es una pequeña gran película de superación alejada de todo lo que el espectador pudiera presuponer de un film de estas características. Hay emoción, pero no forzada. Discapacidad, conducta autodestructiva y música se funden en una película carne de sábado por la tarde pero que se eleva por encima de la media de 2020 gracias a su guión sin complacencia, a la magnífica interpretación de Riz Ahmed y a un diseño de sonido que nos sumerge en las personas que sufren la ausencia del mismo. En una historia de superación de autenticidad extrema, muestra el brutal choque con la pérdida y la actitud tan loable como inevitable de adaptarnos a una situación en la que jamás uno hubiera soñado encontrarse.
Crítica de Sound of Metal en filmaffinity
Un saludo y sed felices!
Feliz Navidad a todos!
