David Fincher y Gary Oldman como ejes de ‘Mank’, esta nueva cinta de Netflix que nos adentra en el mundo de la edad dorada del cine y de todo un hito de esa época: Ciudadano Kane. ¿Qué más se puede pedir? Nada, ya que creo que estamos ante una película de 5 estrellas realizada con un enorme talento y amor por el cine que no debería sorprenderme ya que las carreras de Fincher y Oldman hablan por sí solas.
En este artículo hemos unido fuerzas Carlos y yo para que podáis tener dos puntos de vista sobre lo que nos ha parecido este estreno de Netflix.
Juanma Martín
El cineasta ha cogido para este filme una historia que escribió su padre (Jack Fincher) teniendo como pilar indiscutible a un alcohólico y excéntrico Herman J. Mankiewicz, persona detrás del guion de la opera prima de Orson Welles y el mundo de Hollywood de aquellos años.
‘Mank’ es una crítica carta de amor al cine de la edad dorada aunque (aquí viene mi único punto negativo sobre esta maravilla) de acceso algo complicado para quienes no tengan cierto bagaje en el mundo del séptimo arte. Es una de esas películas que para disfrutarlas al completo hay que tener un alto conocimiento de cine en sangre para captar todas las referencias y guiños que nos regala Fincher. Para mí, que igual que algunos de mis compañeros, amo los entresijos del cine esta apuesta del cineasta me ha cautivado desde los títulos iniciales y no me ha despegado de mi televisor durante los 131 minutos de su metraje.
Dicho ya la única arista que le veo a este pulido diamante, voy a extenderme en todo lo que si me ha encantado de este ‘biopic’ de Mankiewicz.
Comenzamos por lo más obvio: La elección del blanco y negro para ‘Mank’ creo que ha sido todo un acierto. Fincher no se ha conformado con un mero desaturado de la imagen, ya que ha sabido otorgarle ese aire de las películas de los años 30. A base de una iluminación, por momentos excesiva, nos presenta imágenes con altos contrastes entre luces y sombras que nos trasladan a lo mejor del cine negro americano. Esas persianas venecianas que marcan algunos planos o ese humo de cigarro recortado por la luz. Todo huele, sabe y se siente como cine clásico. ‘Mank’ es una oda al cine en el planteamiento de cada secuencia y por los recursos que utiliza, más allá de la historia en sí, podríamos decir que es una excelentísima obra de metacine.
Y voy a hablar de dichos recursos que, mi amante del cine anterior, disfrutó como un niño: Como la aparición de aquellos, ya olvidados, puntos negros en la esquina superior derecha de las películas proyectadas en los cines (quienes tengan ya cierta edad los recordarán). Marcaban el cambio de rollo y según Tyler Durden se les conocía como ‘Topos’. Un detalle que me ha encantado y que le da ese tono de cine antiguo que con la era digital ya ha desaparecido.
El uso de los fundidos en negro a modo de transición tan frecuentes en el cine clásico también brilla en este filme y va sumando enteros a una propuesta que me ha tenido expectante desde que se anunció su estreno.
Esta película se divide en dos espacios temporales diferentes y me enamoró que para los ‘flashbacks’ se usase lenguaje de guion para informar al espectador del lugar en el que se llevaba a cabo la acción. ¡Sublime! Sobre todo por ir acompañado con el sonido de una máquina de escribir.
La escritura del guion de ciudadano Kane es la excusa para criticar a la industria del cine y todos sus excesos. Como bien se dice en el filme: “Escribe sobre lo que conoces”. Y eso es lo que hace Mank con el libreto para Orson Welles, escribir sobre el cine de forma criptica. Llegando a convertir las partes íntimas de Marion Davies en un trineo.
Como he mencionado, ‘Mank’ exuda cine en cada uno de los fotogramas y el trabajo de David Fincher es grandioso. Toda la carrera de este cineasta es excelente: El club de la lucha, perdida, seven, Zodiac…. Y así con toda su filmografía.
Seamos sinceros, este trabajo huele a Óscar o como mínimo a nominación, aunque teniendo en cuenta lo que le gusta a Hollywood hablar de sí mismo, pues las posibilidades de estatuilla aumentan sustancialmente.
Y hablando de premios, creo que aquí, en la parte interpretativa hay un par que podrían estar también en liza para llevarse algo de esa gala. Gary Oldman está brillante como Herman J. Mankiewicz, aunque eso ya es algo a lo que nos tiene acostumbrados este actor. Incluso en sus papeles más histriónicos (en León o El Quinto elemento) ya brilló sobre el resto de actores de dichas cintas. Fue un Drácula carismático, un James Gordon sencillamente perfecto y aquí nos entrega un personaje ácido, políticamente incorrecto y demasiado sincero por momentos. El actor se roba las cámaras cuando aparece en escena, pero eso no opaca el brillo Amanda Seyfried en su papel de Marion Davies, amante de William Randolph Hearst (Charles Dance). Esta actriz de 35 años me ha sorprendido gratamente ya que únicamente había visto de ella ‘Cartas a Julieta’ y ‘Mil maneras de morder el polvo’ y creo que podría postularse para llevarse un premio de la academia.
No me alargo más que este artículo es una crítica a dos manos: ‘Mank’ es una cinta sobre cina y para amantes del cine realizada con el talento excepcional que posee Dadid Fincher y que rematada con interpretaciones soberbias.
Carlos María Porras.
El pasado 4 de diciembre se estrenaba una de las películas del 2020 y es que el realizador David Fincher es sinónimo de expectación. Quizás la película pueda no llamar tu atención porque es en blanco y negro o porque trata un tema como es el Hollywood clásico y a ti no te va. No importa David Fincher ha hecho una película del origen de Facebook y la convirtió en una obra maestra, hizo de una película de cine de tarde uno de los mejores dramas de desapariciones de los últimos años y de un remake de una película reciente hizo un grandísimo thriller.
Tampoco hace falta que no hayas visto o tengas fresca Ciudadano Kane. Aunque aquí haré un inciso, es sugerente saber de que va. Aunque cierto es que en Mank esa duda tembién la tendrás resuelta. En definitva tienes que ver Mank, desde ayer la mejor A Netflix original film.
Mank con guion de Jack Fincher, padre del director de la cinta, viene a resolver la duda que siempre se ha cernido sobre la autoría del guion de Ciudadano Kane. A simple vista tras ver la película parece muy clara, las 128 páginas del guión corresponden a Henry Mankiewickz, con “Z” final sin venir a cuento como dicen en la película. Rita Alexander, secretaria personal de Mankiewicz interpretada por Lilly Collins en «Mank», señaló que ella “escribió al dictado de Mankiewicz desde el primer hasta el último párrafo […] y más tarde hizo la reescritura final y algunos cortes”. Seamos sinceros, ni esta afirmación de su secretaria ni la película de Fincher nos sacará de dudas de ese misterio que nos acompañará para siempre, pero la película más allá de ello es un hermoso viaje al ¿esplendoroso? Hollywood de los años treinta.
Para ello Fincher nos trae una bella fotografía en blanco y negro que te sumerge de lleno en la sociedad de las estrellas hollywoodienses y aquellos duros años 30 de la gran depresión. Es asombroso el mimo de la edición y montaje en este sentido, como la adición de los puntos negros (de forma digital, obviamente), que tienen que ver con el cambio de bobina o los letreros que nos anuncian de forma hábil los flashbacks. Todo cuidado al más mínimo detalle.
Si eres fan del cine dentro del cine verás en Mank uno de los mejores exponentes de los últimos años. Hay varias escenas que me han dejado fascinado de lo ilustrativas que son, como la del principio de la película, esa sala de guionistas con todos ellos participando fumando y bebiendo y aportando sus ideas. La aparición de los grandes estudios como Paramount, Metro Goldwyn Mayer o ilustres y memorables personajes como Louis B. Mayer, Irving G. Thalberg o David O. Selznick. O esos Hermanos Marx que no llegamos a ver en escena pero a los que un ejecutivo hace alusión porque han hecho salchichas en la oficina. Detalles que enriquecen y te trasladan casi un siglo atrás.
Restecto a los actores, Gary Oldman se merece todos los elogios. Había leído que se enfrentaba a uno de sus mayores retos interpretativos y he de decir que su trabajo merece la recompensa en forma de premios. Igualmente me ha gustado mucho la brillante interpretación de Amanda Seyfried como Marion Davies, amante del magnate William Randolph Hearst. Menos me ha llamado la atención la interpretación de Tom Burke como Orson Welles si bien es cierto que tiene mucha menos presencia en el filme de lo que se podía esperar. ¿Y la banda sonora? Los ya habituales compositores de David Fincher, Trent Reznor y Atticus Ross creo que realizan aquí su mejor trabajo hasta la fecha. Al igual que ocurre con el blanco y negro, la música tiene un halo mágico que nos traslada a los años treinta. Podéis disfrutar de las 52 pistas que conforman la banda sonora en este enlace de Spotify. La he estado escuchando mientras realizaba esta crítica y es maravillosa. No me extrañaría que se llevase también sus correspondientes premios.
En definitiva como bien reza el título de esta crítica, Mank es una (crítica) carta de amor al cine clásico realizada en tiempos complicados donde los grandes estudios solo buscan sagas y superhéroes, por eso brindo por Netflix y su larga unión con David Fincher.
Un saludo y sed felices.
La película es un homenaje a los escritores guionistas de hollywood los cuales experimentaron la injusticia por parte de los grandes estudios, de ninguna manera la considero una obra maestra sino una buena película rodada por un director muy Talentoso.Me temo que se dirige a un público más especializado por su tema, Desafortunadamente podría ser más acertada si se centrara en el personaje principal. El espectador actual para no confundirse es imprescindible que vea ciudadano kane antes de ponerse a verla.